Respuesta de la Iglesia ante el huracán Dean

Mientras el huracán Dean asolaba el territorio mexicano por segunda vez, en esta ocasión como una tormenta de categoría 2, los líderes de la Iglesia seguían trabajando con los oficiales locales de Jamaica para determinar la mejor manera de ayudar a sus ciudadanos a recuperarse de la devastación que había provocado Dean a su paso como un huracán de categoría 5.

Los vientos huracanados de Dean azotaron gran parte de Jamaica el domingo 19 de agosto de 2007, pero los vientos de 233 km/h cerca del ojo de la tormenta barrieron el sur de la isla. Se informó que los miembros y los misioneros resultaron ilesos, pero muchos hogares de miembros padecieron daños en los tejados y de otra índole.

Dean llegó a la costa caribeña de México el 21 de agosto. El ojo de la tormenta pasó por una zona poco habitada de la península de Yucatán, a 64 km al este nordeste de Chetumal. El huracán recuperó fuerza después de pasar por la bahía de Campeche y azotó la costa del centro de dicho país a unos 160 km al norte de Veracruz.

Se informó que los miembros y los misioneros resultaron ilesos. Los líderes de la Iglesia habían preparado alojamiento seguro y disponían de víveres y agua suficiente para los misioneros. El personal del almacén de los obispos de México estaba preparado para enviar ayuda humanitaria en caso de necesidad.