2008
Cómo mantener a los jóvenes alejados de las drogas
Febrero de 2008


Cómo mantener a los jóvenes alejados de las drogas

Como padre, ¿qué puede hacer para mantener a sus hijos alejados de las drogas?

Julio Guarteche tiene respuestas, y sabe de lo que habla, ya que es el director del departamento de antinarcóticos de Uruguay. Tiene siete hijos y es primer consejero del obispado del Barrio Montevideo XVIII, Estaca Montevideo Oeste, Uruguay, por lo que tiene muchas oportunidades de trabajar con los jóvenes. Dado que ha tenido mucho tiempo para pensar en los problemas de las drogas, su lista de ideas útiles para los padres surge con rapidez y sin dificultad:

  • Den un buen ejemplo.

  • Pasen tiempo con sus hijos.

  • Mantengan un verdadero diálogo —no un monólogo, sino un diálogo— con ellos.

  • Denles numerosas muestras de amor genuino.

  • Agradezcan con frecuencia a sus hijos las cosas buenas que hacen.

  • Cuando sea necesario corregirles, háganlo con amor.

Su consejo para los jóvenes, como persona que afronta directamente este problema, es el siguiente: “Nunca prueben las drogas. Es posible que tengan efectos placenteros al principio, pero llevan escondidas terribles consecuencias”.

El título oficial del hermano Guarteche es Director General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas. Tiene el rango de inspector mayor de la policía nacional y ha sido policía desde hace más de 30 años. Parece que se trata de una tradición familiar, ya que su padre y sus hermanos también han sido oficiales de la policía.

En sus actividades cotidianas, el hermano Guarteche emplea una herramienta que con frecuencia no se asocia con las labores policiales: la oración. Cuando se planea un operativo, ora para que ninguno de sus oficiales salga herido. Pide incluso que la persona o las personas a las que tengan previsto arrestar resulten ilesas. Por ahora, las cosas han salido de acuerdo con lo que ha rogado en sus oraciones.

En las tareas policiales también se puede recibir inspiración. Por ejemplo, en una ocasión, este hermano había pasado muchas horas interrogando a un sospechoso de varios casos de asesinato. Terminó por irse a casa a descansar, pero al llegar, tuvo el fuerte sentimiento de que si regresaba a la cárcel de inmediato aquel hombre confesaría. Así lo hizo, y la confesión se produjo.

Existe un pasaje de las Escrituras, dice el hermano Guarteche, que representa “las mejores técnicas de investigación policial”: Helamán 9:26–36. Se trata del pasaje en el que el profeta Nefi indica a un grupo de escépticos cómo identificar al asesino del juez superior. Esto nos enseña que los investigadores deben plantear las preguntas adecuadas, observar las reacciones del sospechoso y examinar las pruebas en la escena del crimen. Por último, el hermano Guarteche indica que nunca viene mal ser digno de recibir inspiración como Nefi.

El trabajo lo mantiene ocupado casi 24 horas al día, o al menos así lo parece. Supervisa operativos de represión del tráfico de drogas que se extienden hasta zonas lejanas como los Estados Unidos y Europa, con cientos de millones de dólares en dinero y propiedades de por medio. Así que, en medio de la presión de su trabajo, ¿cómo logra el hermano Guarteche mantener el equilibrio en la vida? “Mi máxima prioridad es siempre la familia”, dice, y añade sonriendo: “Le digo a la gente que tengo siete hijos y que en los ratos libres lucho contra los traficantes de drogas internacionales”.

La presión de su trabajo, entre otras cosas, le ha obligado a organizar mejor su tiempo. “Sólo puedo decir que Dios me bendice. Hay ciertas cosas de la vida que sólo he superado con la ayuda del Señor”, añade. También atribuye el éxito de su trabajo a sus excelentes colaboradores.

El hermano desea instar a los padres a tomar en cuenta las prioridades. “Muchas veces nos afanamos por dar cosas materiales a nuestros hijos, pero esto no es lo más importante que podemos darles”. Cuenta que cuando llega a casa del trabajo, su hijo de siete años le está esperando para jugar al ajedrez o para improvisar un partido de fútbol en el pasillo. Las edades de sus hijos varían desde los dos hasta un poco más de los veinte años.

Cuando uno afronta el mal tan de cerca todos los días, ¿resulta difícil mantener un testimonio firme? “No, creo que resulta mucho más fácil”, responde. Día tras día, el hermano puede ver claramente la necesidad de vivir los principios básicos del Evangelio, y cita la honradez como ejemplo. “No estamos hechos para mentir”, dice, a lo cual agrega que cuando mentimos accionamos una serie de reacciones emocionales que no podemos controlar. Los delincuentes siempre se delatan de una manera u otra. Cuando no mentimos, no nos metemos en problemas. A este respecto, añade el siguiente consejo: “Digan siempre la verdad”.

Los que no viven de acuerdo con las verdades del Evangelio siempre terminan pagando el precio, dice el hermano Guarteche. Él lo constata claramente en su trabajo. “En términos bíblicos, las drogas maldicen a todo aquel que las toca”. Como sucede con otras sustancias o elementos que causan adicción, nadie puede producir, transportar, vender o consumir drogas sin sufrir personalmente pérdidas físicas o espirituales. Hasta los traficantes de drogas de mayor éxito, indica, “viven en jaulas de oro”. Se ven obligados a vivir presos del miedo y de la sospecha, y saben que pueden perder en un instante todo lo que más valoran.

La única manera segura de tener paz en esta vida y en la siguiente es ser obedientes. “La humanidad sería completamente diferente si todos vivieran los principios del Evangelio”, afirma.