Testigo especial ¿Cómo puede ayudarme el Evangelio a ser feliz? El élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, comparte algunas ideas sobre este tema. La fuente y la causa de la verdadera felicidad son la verdad del Evangelio y la obediencia a la ley eterna. El plan de felicidad del Padre Celestial está diseñado para proporcionar guía a Sus hijos, para ayudarlos a llegar a ser felices y para que vuelvan a salvo a Su hogar con Él. En esta vida experimentamos ternura, amor, amabilidad, felicidad, pesar, desilusión, dolor e incluso limitaciones físicas, de maneras que nos preparan para vivir de nuevo con nuestro Padre en los cielos. Hay lecciones que debemos aprender y experiencias que debemos tener en la tierra. Ustedes saben lo que está bien y lo que está mal, y tienen la responsabilidad de aprender por sí mismos “tanto por el estudio como por la fe” (D. y C. 88:118) las cosas que deben hacer y las que no deben hacer. La obediencia a los principios del Evangelio invita la compañía constante del Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos ayuda a saber, a entender y a vivir las enseñanzas de Jesucristo. Para su felicidad y protección, los invito a que estudien y vivan más diligentemente el evangelio del Salvador. No sólo debemos vivir el Evangelio, sino que debemos amar vivir el Evangelio. Al hacerlo, recibiremos innumerables bendiciones, mayor fortaleza y verdadera felicidad. De un devocional ofrecido en la Universidad Brigham Young, Idaho, el 23 de agosto de 2002. Ilustración por Brian Beach