2011
Feliz en el Evangelio
Septiembre de 2011


Feliz en el Evangelio

De una entrevista con el élder Carlos A. Godoy, de los Setenta; por Jacob Fullmer

“…nos gloriaremos en el Señor; sí, nos regocijaremos porque es completo nuestro gozo” (Alma 26:16).

Elder Carlos A. Godoy

Cuando tenía 14 años, mi escuela estaba frente a una capilla Santo de los Últimos Días. Observaba a hombres con camisas blancas entrar y salir de ese gran edificio y me preguntaba qué sería lo que hacían adentro.

Un día, mis amigos y yo queríamos jugar al fútbol americano, pero no había más espacio en los terrenos de nuestra escuela. Alguien dijo: “Vamos a jugar a la iglesia; tienen un buen lugar afuera para jugar”. Ésa fue la primera vez que tuve contacto con la Iglesia, por fuera del edificio.

Dos años después, uno de los amigos de mi hermano invitó a mi hermana a ir a la Iglesia SUD y yo la acompañé. Estaba entusiasmado porque por fin descubriría lo que hacían adentro de esa Iglesia.

Cuando llegamos, vimos a algunos miembros que se divertían con un juego sencillo. Parecían muy felices, y eso me llamó la atención. “¿Por qué están tan felices?”, me pregunté.

Encontré la respuesta cuando tomé las charlas misionales y me bauticé. La felicidad viene de adentro. Mi conversión cambió mi vida, la vida de mis hijos, y a generaciones futuras y pasadas.

Cualquier cosa que hagas fuera de las enseñanzas de la Iglesia no te traerá felicidad. Quizás te traiga una sonrisa o un breve momento de emoción, pero la verdadera felicidad se encuentra dentro del Evangelio.

Aunque tus amigos a veces se rían de ti, te admirarán por defender tus principios.

Tus padres te aman, y todo lo que te piden que hagas no es porque sean estrictos, es porque te quieren proteger.

Siempre debes estar agradecido por tus padres, por el Evangelio y por la felicidad que trae a tu vida.

Ilustración por Matt Smith.