2012
‘¡Ha resucitado!’: El testimonio de un profeta
Abril 2012


Mensaje de la Primera Presidencia

“Ha resucitado”

El testimonio de un profeta

Presidente Thomas S. Monson

“El llamado del clarín al mundo cristiano”, ha declarado el presidente Thomas S. Monson, es que Jesús de Nazaret se levantó de entre los muertos. “La realidad de la resurrección nos da a cada uno de nosotros esa paz que sobrepasa todo entendimiento” (véase Filipenses 4:7)1.

En los siguientes extractos, el presidente Monson comparte su testimonio de la resurrección del Salvador y su gratitud por ella, y declara que debido a que el Hijo conquistó la muerte, todos los hijos del Padre que vengan a la tierra vivirán nuevamente.

La vida después de la existencia mortal

“Yo creo que ninguno de nosotros puede comprender la trascendencia total de lo que Cristo hizo por nosotros en Getsemaní, pero agradezco cada día de mi vida Su sacrificio expiatorio por nosotros.

“A último momento Él podría haberse arrepentido, pero no lo hizo. Descendió debajo de todo para salvar todas las cosas. Al hacerlo, Él nos concedió vida después de esta existencia mortal. Él nos reivindicó de la caída de Adán.

“Mi agradecimiento hacia Él llega hasta lo profundo de mi alma. Él nos enseñó cómo vivir; Él nos enseñó cómo morir; Él aseguró nuestra salvación”2.

Disipando las tinieblas de la muerte

“En ciertas situaciones, como cuando se trata de prolongados sufrimientos y enfermedades, la muerte llega como un ángel de misericordia. Pero casi siempre, la consideramos como la enemiga de la felicidad humana.

“Las tinieblas de la muerte siempre se pueden disipar por medio de la luz de la verdad revelada. ‘Yo soy la resurrección y la vida’, dijo el Maestro, ‘el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá jamás’.

“Esa seguridad —sí, incluso la sagrada confirmación— de que hay vida más allá de la tumba, bien podría proporcionar la paz que el Señor prometió cuando les aseguró a Sus discípulos: ‘La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo’”3.

No está aquí

“Nuestro Salvador volvió a la vida. El acontecimiento más glorioso, reconfortante y tranquilizador de la historia de la humanidad se había llevado a cabo: la victoria sobre la muerte. El dolor y la agonía de Getsemaní y del Calvario se habían borrado; la salvación de la humanidad se había asegurado; la caída de Adán se había resuelto.

“La tumba vacía de esa primera mañana de Pascua era la respuesta a la pregunta de Job: ‘Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?’. A todos los que estén al alcance de mi voz, declaro: si un hombre muriere, volverá a vivir. Lo sabemos, pues tenemos la luz de la verdad revelada…

“Mis queridos hermanos y hermanas, en el momento de nuestro más hondo pesar, nos pueden brindar profunda paz las palabras del ángel en esa primera mañana de Pascua de Resurrección: ‘No está aquí, sino que ha resucitado’”4.

Todos volverán a vivir

“Reímos, lloramos, trabajamos, jugamos, amamos y vivimos; y luego morimos…

“Y permaneceríamos muertos de no ser por un Hombre y Su misión, sí, Jesús de Nazaret…

“Con todo mi corazón y el fervor de mi alma levanto mi voz en testimonio, como testigo especial, y declaro que Dios vive; Jesús es Su Hijo, el Unigénito del Padre en la carne. Él es nuestro Redentor y nuestro Mediador ante el Padre. Fue Él quien murió en la cruz para expiar nuestros pecados. Él fue las primicias de la resurrección y gracias a Su muerte todos volveremos a vivir”5.

Un testimonio personal

“Declaro mi testimonio personal de que la muerte ha sido vencida, se ha logrado la victoria sobre la tumba. Ruego que todos puedan reconocer la verdad de las palabras que Aquel que las cumplió hizo sagradas. Recuérdenlas. Aprécienlas. Hónrenlas. Él ha resucitado6.

Notas

  1. “Ha resucitado”, Liahona, abril de 2010, pág. 17.

  2. “Al partir”, Liahona, mayo de 2011, pág. 114.

  3. Véase “Ahora es el momento”, Liahona, enero de 2002, pág. 68; véase también Juan 11:25–26; 14:27.

  4. “¡Ha resucitado!”, Liahona, mayo de 2010, pág. 90; véase también Job 14:14; Mateo 28:6.

  5. “¡Yo sé que vive mi Señor!”, Liahona, mayo de 2007, págs. 24, 25.

  6. Véase “Ha resucitado”, Liahona, abril de 2003, pág. 7.

Cómo enseñar con este mensaje

Tras compartir las citas del mensaje del presidente Monson, haga notar el testimonio que da del verdadero significado de la Pascua. Podría hacer las siguientes preguntas a los miembros de la familia: “¿Qué significa para ustedes que un profeta viviente haya testificado de estas verdades en la actualidad? ¿Cómo pueden aplicarlas a su vida?”. Considere dar su propio testimonio.

Tomás el incrédulo , por Carl Heinrich Bloch.