Los consejos de barrio en acción
Los Santos de los Últimos Días usan los consejos de barrio y de rama para bendecir la vida de las personas necesitadas.
La noche del 22 de mayo de 2011, en medio del estruendo de las sirenas, un enorme tornado arrasó el centro de Joplin, Misuri, EE. UU., destruyendo casas y vidas. La zona del Barrio Joplin 1 fue severamente dañada por el tornado, pero de inmediato el obispo Chris Hoffman y los integrantes del consejo de barrio salieron a ver si los miembros estaban bien.
“Teníamos un plan preparado para responder a la emergencia porque habíamos hablado de ello en el consejo de barrio antes de que sucediera”, dijo. “También confiamos en el Espíritu para saber qué hacer. No había electricidad y los teléfonos celulares no funcionaban. Oramos y escuchamos para recibir respuestas, y las respuestas llegaron; siempre llegaban. Como obispo, era gratificante escuchar a los miembros decir: ‘Esto es lo que hice’, en lugar de: ‘¿Qué quiere que haga?’”.
La manera en que la gente respondió en Joplin muestra el poder de un consejo de barrio unido. “La reunión del consejo de barrio es una de las reuniones más importantes de la Iglesia”, escribió el élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles, “porque los líderes de los quórumes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares pueden analizar y planificar con el obispado… De todos los consejos y comités de la Iglesia, yo creo que el consejo de barrio es el que puede tener mayor impacto al ayudar a los hijos de nuestro Padre”1.
Unidos por el amor y la fe
En Puerto Francisco de Orellana, un poblado aislado en la selva de Ecuador, los miembros están fuertemente unidos por el amor y la fe. El consejo de rama que se lleva a cabo mensualmente refleja lo mucho que se preocupan. Se centran primero en las personas y en las familias, y luego en qué ayuda pueden prestar los programas. Entonces viene la inspiración.
Muchos miembros necesitan ayuda para encontrar trabajo. El consejo de rama nota que los problemas de los miembros con frecuencia se pueden resolver a nivel local. Cuando el consejo analizó las necesidades de una madre sola con una hija joven que tiene problemas de salud, la presidenta de la Sociedad de Socorro mencionó un trabajo del cual sabía y en el cual la madre podría trabajar y aún permanecer cerca de su hija.
El consejo de rama también utiliza los recursos de la Iglesia, como por ejemplo los materiales del taller de autosuficiencia laboral de los Servicios de Empleo SUD2. El consejo organizó una clase que un miembro del barrio impartía y que ayudó a otro miembro a encontrar un trabajo mejor.
Ramiro Reyes, primer consejero de la presidencia de rama, dice respecto al consejo de rama: “Somos instrumentos en las manos del Señor. Él logra Sus metas por medio de nuestras obras”.
Un sendero al templo
En Liverpool, Nueva York, EE. UU., cuando la presidenta de la Primaria, Melissa Fisk, asistió a la reunión de consejo del barrio, comprendió su poder. Al buscar una libreta en su bolso, vio la foto de 28 niños de la Primaria en la entrada del Templo de Palmyra, Nueva York; todos los niños estaban llenos de picaduras de avispas. Por un momento, la foto la distrajo de la reunión y recordó brevemente el día en que la Primaria del barrio había ido a Palmyra para disfrutar el sentimiento sagrado que reina en los jardines del templo. Desafortunadamente, cuando los niños pusieron las mantas en el suelo, accidentalmente golpearon un nido de avispas.
Después de atender a todos, las líderes invitaron a los niños a que tocaran el templo. Los niños rehusaron hacerlo porque tenían miedo de que hubiera más avispas; de modo que los padres y los líderes se pararon en fila y formaron un camino hacia el templo, y eso dio valor a los niños para acercarse.
Cuando Melissa volvió a prestar atención a la reunión de consejo pensó: “Qué bueno sería si todas las personas pudiesen estar rodeadas de amigos y líderes tan amorosos como esos en su sendero de progreso hacia el templo”.
Sus pensamientos se interrumpieron cuando escuchó a la presidenta de la Sociedad de Socorro comentar acerca de una hermana con necesidades: “No estaba en la Iglesia el domingo; me aseguraré de que sus maestras visitantes le avisen del viaje al templo que pronto se llevará a cabo”.
“Están pasando por algunas dificultades en este momento”, dijo el presidente del quórum de élderes. “Verificaré con sus maestros orientadores para ver si hay algo que podamos hacer”.
“Las mujeres jóvenes podrían ayudar a cuidar de los niños”, agregó la presidenta de las Mujeres Jóvenes.
Al mirar los rostros de los integrantes del consejo de barrio, Melissa vio afecto y preocupación genuinos. Ella sonrió. “El Señor sí ha preparado la vía para que Sus hijos sean protegidos y amados”, pensó. “¡El consejo de barrio!”.
Al igual que en Joplin, en Puerto Francisco de Orellana y en Liverpool, los líderes de la Iglesia en todo el mundo siguen descubriendo las bendiciones de los consejos de barrio y de rama. Al hacerlo, aprovecharán el extraordinario poder de esos consejos para ayudar al Señor a bendecir a Sus hijos y a llevar a cabo Su obra.