El poder del Libro de Mormón
Imploro que cada día todos estudiemos y meditemos en el Libro de Mormón con espíritu de oración.
Mis amados hermanos y hermanas, les doy la bienvenida al reunirnos de nuevo en una gran conferencia general de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Antes de comenzar mi discurso hoy, me gustaría anunciar cinco nuevos templos que se construirán en las siguientes localidades: Brasilia, Brasil; la zona de Manila, Filipinas; Nairobi, Kenia; Pocatello, Idaho, EE. UU.; y Saratoga Springs, Utah, EE. UU.
Esta mañana hablo del poder del Libro de Mormón y de la necesidad crítica que tenemos como miembros de esta Iglesia de estudiar, reflexionar y aplicar sus enseñanzas en nuestras vidas. Nunca será suficiente recalcar la importancia de tener un testimonio firme y seguro del Libro de Mormón.
Vivimos en una época de grandes desafíos e iniquidad. ¿Qué nos protegerá del pecado y de la maldad que abundan en el mundo de hoy? Estoy convencido de que un testimonio firme de nuestro Salvador Jesucristo y de Su evangelio nos ayudará a mantenernos a salvo. Si no están leyendo el Libro de Mormón todos los días, por favor háganlo. Si lo leen con espíritu de oración y con el deseo sincero de saber la verdad, el Espíritu Santo les manifestará que es verdadero. Si es verdadero, y testifico solemnemente que lo es, entonces José Smith fue un profeta que vio a Dios el Padre y a Su Hijo Jesucristo.
Debido a que el Libro de Mormón es verdadero, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la Iglesia del Señor en la Tierra, y el santo sacerdocio de Dios ha sido restaurado para beneficio y bendición de Sus hijos.
Si no tienen un firme testimonio de estas cosas, hagan lo necesario para obtenerlo. Es esencial que tengan un testimonio propio en estos tiempos difíciles, ya que los testimonios de los demás solo les servirán hasta cierto punto. No obstante, una vez que se obtiene, el testimonio debe mantenerse activo y vivo por medio de la obediencia constante a los mandamientos de Dios, y mediante la oración y el estudio diarios de las Escrituras.
Mis amados compañeros en la obra del Señor, imploro que cada día todos estudiemos y meditemos en el Libro de Mormón con espíritu de oración. Al hacerlo, estaremos en condiciones de oír la voz del Espíritu, resistir la tentación, superar la duda y el temor, y recibir la ayuda del cielo en nuestras vidas. De ello testifico con todo mi corazón, en el nombre de Jesucristo. Amén.