El llamamiento de los primeros apóstoles de la Restauración
El 8 de febrero de 1835, José Smith pidió a los hermanos Brigham y Joseph Young que cantaran para él. El Profeta recibió entonces la revelación de que era el momento de llamar a los Doce Apóstoles1.
José Smith pidió a Brigham que avisara que se celebraría una conferencia el siguiente sábado; y le dijo a Brigham que él sería uno de los Doce2.
Seis días después, los santos se reunieron. José Smith dijo que uno de los propósitos principales de la reunión era que los Tres Testigos del Libro de Mormón —Oliver Cowdery, David Whitmer y Martin Harris— “escogieran a doce hombres de la Iglesia como Apóstoles”3. Anteriormente, Oliver y David habían recibido aquella asignación en junio de 1829, pero, a pesar de que habían “buscado al Señor mediante el ayuno y la oración” para saber cuáles eran los Doce, el momento aún no era el indicado4. Ahora, dijo José, había llegado el momento.
Los Doce (en el orden en que se presentaron en la reunión) eran Lyman Johnson, de 23 años de edad; Brigham Young, de 33; Heber C. Kimball, de 33; Orson Hyde, de 30; David W. Patten, de 35; Luke Johnson, de 27; William E. McLellin, de 29; John F. Boynton, de 23; Orson Pratt, de 23; William Smith, de 23; Thomas B. Marsh, de 34; y Parley P. Pratt, de 27. Todos ellos habían servido en misiones. Ocho habían acompañado a José Smith en la expedición del Campo de Sion durante el verano anterior5.
Tras su designación, se ordenó a cada uno de los Apóstoles6. Las bendiciones pronunciadas en sus ordenaciones rebosaban de promesas de éxito misional. Heber C. Kimball recordó más adelante que las bendiciones “predijeron muchas cosas que se habrían de verificar; que tendríamos el poder de sanar a los enfermos, echar fuera demonios, devolver la vida a los muertos, dar vista a los ciegos, … mover montañas; y que todas las cosas nos estarían sujetas mediante el nombre de Jesucristo”7.
Oliver Cowdery también recalcó las dificultades que afrontarían: “Estén preparados en todo momento para sacrificar su vida si Dios se lo requiriera para el avance y la edificación de Su causa”. Oliver instó a los apóstoles a procurar conocer personalmente a Jesucristo, a fin de que pudieran testificar de Su existencia con certeza: “Jamás cesen de esforzarse hasta que hayan visto a Dios, cara a cara”8.
A partir de mayo de 1835, los apóstoles emprendieron varias misiones de proselitismo para la Iglesia y su liderazgo general también bendijo a muchas personas.