Voces de los Santos de los Últimos Días
¿Era ese el fin de mi vida?
Samson Ho, Hong Kong, China
Yo era un saludable padre de dos hijos hermosos y esposo de una mujer maravillosa y trabajadora. Tenía un buen trabajo con un ingreso estable. La vida parecía perfecta, pero mi mundo comenzó a desmoronarse cuando se me diagnosticó cáncer nasofaríngeo, un tipo raro de cáncer de cabeza y cuello.
Estaba sirviendo como consejero del obispo en ese momento y estábamos llevando a cabo nuestro torneo anual de baloncesto en la capilla cuando comencé a sentirme muy mal. Fui a ver al doctor y luego de muchos exámenes de laboratorio, me dijo que estaba en la etapa 4 de cáncer nasofaríngeo. Estaba preocupado y asustado. Me preguntaba si ese era el fin de mi vida y qué le pasaría a mi familia si yo moría. Lo único en lo que realmente podía depender para recibir guía y consuelo era orar al Padre Celestial.
Después de tres días de oración constante, sentí como si una suave voz me susurrara: “No temas”.
Desde ese momento en adelante, el miedo a la muerte se alejó de mi mente. Las cosas aún eran difíciles para mí. Hubo una época en la que no podía tragar ningún tipo de alimento y estaba demasiado enfermo como para dormir, pero nunca me rendí ni me alejé de Dios; Él me ha ayudado.
Mi cáncer ha estado en remisión desde hace más de 18 años. No sé cuánto tiempo Dios me permitirá vivir, pero me alegra que aún pueda servir a mis hermanos y hermanas. Sé que nuestro Padre Celestial nunca nos deja ni abandona; y si queremos recibir bendiciones de Dios, no podemos dejarlo ni abandonarlo a Él.