Él desea que yo sea feliz
Cuando me llevaron a la sala de urgencias con los dos pulmones colapsados, pensé que mi vida había llegado a su fin. No me sentía preparada para el fin ni en lo emocional ni en lo espiritual, pero el cuerpo ya no me respondía. Para mis familiares fue muy difícil verme en ese estado, pero ellos se mantuvieron fuertes y fui bendecida al haber sobrevivido.
Sin embargo, mis problemas de salud no terminaron ahí, ya que desde entonces he tenido que vivir con solo un pulmón que me funciona y con la columna vertebral curvada. Cada día siento dolor y me resulta difícil. En una ocasión pensé que sería mejor morir en lugar de seguir sufriendo. Me sentía débil, no solo física, sino también mental y espiritualmente, y había perdido la esperanza y la confianza. Comencé a rechazar a las personas que me daban ánimo, pero mis familiares nunca se dieron por vencidos. Ellos me amaban y me cuidaban, y mis amigos continuaron brindándome su apoyo. Aun así, yo todavía sentía que mi futuro no sería tan prometedor como me lo había imaginado.
Una noche me encontraba sumamente deprimida, así que decidí leer mi bendición patriarcal. En el momento en el que leí los primeros renglones, los ojos se me llenaron de lágrimas: “El Padre Celestial se interesa por ti y te ama. Él desea que seas feliz en esta vida”.
En ese momento me di cuenta de que el Padre Celestial en realidad tiene un futuro sumamente brillante para mí y que puedo esperar recibir maravillosas bendiciones que me tiene preparadas, siempre y cuando siga el camino que Él quiere que tome.
El Padre Celestial sabía que todos pasaríamos por dificultades y por eso envió a Su Hijo, Jesucristo, para que sufriera por nosotros y nos consolara. Así de inmenso es el amor que Ellos sienten por nosotros. Quizá siga enfrentando dificultades en mi vida aquí en la tierra, pero sé que el amor de Ellos siempre estará a mi alcance y que Sus promesas se cumplirán si persevero y los sigo a Ellos.