¿Qué hay en la caja?
Ava se movió en la silla. Oyó que su maestra de la Primaria estaba hablando, pero Ava no podía prestar atención. Solo podía pensar en la caja que había debajo de la silla de la hermana Obi.
Estaba envuelta en papel azul brillante y tenía un lazo dorado encima. ¿Qué podía ser? Ava agachó mucho la cabeza. Fijó la vista en la caja. Deseaba poder ver a través del papel brillante. Apenas podía esperar para ver lo que había adentro.
Por fin, la hermana Obi sacó la caja y la puso sobre su regazo.
“Dentro de esta caja se encuentra una de las mayores creaciones del Padre Celestial”, dijo la hermana Obi. “Miren adentro y después pasen la caja sin decir nada”. Le pasó la caja a Noah,
quien abrió la tapa con cuidado. Miró dentro de la caja, sonrió y luego le pasó la caja a June.
Ava vio a todos tomar un turno. Uno por uno, todos sus amigos abrieron la caja. Miraban adentro y sonreían.
¿Qué podía ser tan importante para el Padre Celestial? ¿Y cómo podía caber en una caja algo tan especial?
Por fin le llegó el turno a Ava. Levantó la tapa brillante y miró adentro. ¡Era un espejo! Ava miró el espejo de la caja y vio el reflejo de su propia cara.
Vio cómo se abrían sus ojos. ¿Ella era una de las mayores creaciones del Padre Celestial? ¿El Padre Celestial la amaba tanto?
Ava sonrió. Sintió calidez y felicidad en su interior. Era como un gran abrazo, un gran abrazo del Padre Celestial. ¡Él realmente la amaba! Ella era una de Sus mayores creaciones.