La historia familiar, los templos y la obra misional: Poderosos compañeros en el recogimiento de Israel
No son cosas separadas, sino que todas son partes de la misma gran obra.
Dos misioneras de la Misión Texas Houston se sintieron inspiradas a enseñar una lección sobre el propósito del templo. Durante la lección, el hombre al que enseñaban mencionó que su hermano había muerto varios años antes. Como ya había sentido el Espíritu en cuanto a José Smith y el Libro de Mormón, cuando se dio cuenta de que podía proporcionar las ordenanzas salvadoras a su hermano, aceptó la invitación de las misioneras de ser bautizado. Posteriormente, como miembro nuevo, se bautizó por su hermano fallecido en el Templo de Houston, Texas.
En Tempe, Arizona, un miembro de la Iglesia le preguntó a su vecino si le gustaría que le ayudaran a crear un árbol genealógico para mostrar a sus antepasados. El vecino aceptó, y el miembro lo ayudó a agregar los nombres de sus padres y abuelos en FamilySearch. Utilizaron vínculos en internet para tener acceso a información que ya se hallaba disponible y, al poco tiempo, el vecino tuvo un cuadro en abanico que mostraba cinco generaciones de su familia. Eso contribuyó a que ese hombre se interesara en el Evangelio y, con el tiempo, le condujo al bautismo y a llevar los nombres de sus antepasados al templo.
Relatos como esos —y hay cientos de ellos— ilustran la forma en que la historia familiar, la obra misional y la obra del templo pueden combinarse para atraer a las personas hacia el Evangelio.
Partes del mismo plan
“Las personas tienen un deseo innato de saber algo sobre sus antepasados”, dijo el presidente Russell M. Nelson. “Eso se convierte en una oportunidad natural para nuestros misioneros”1. Ese deseo innato proviene de Dios y es un medio poderoso para volver el corazón hacia los antepasados que están esperando recibir las ordenanzas del templo. Asimismo, el conectarse con esos antepasados sirve para preparar el corazón de los vivos para recibir verdades eternas, llevando así a las personas de ambos lados del velo al templo.
Cuando el ángel Moroni se apareció a José Smith en septiembre de 1823, le habló acerca del Libro de Mormón, “el instrumento de Dios para [llevar] a cabo [el] recogimiento”2, y luego citó varios pasajes de las Escrituras. Uno de esos pasajes tenía que ver con el regreso de Elías el Profeta, quien entregaría llaves esenciales del sacerdocio y daría inicio a una época en la que el corazón de los hijos se volvería hacia sus padres (véanse Malaquías 4:6; José Smith—Historia 1:27–43).
A menudo utilizamos la frase “el espíritu de Elías” para describir el interés y el amor de las personas por sus antepasados3. El presidente Nelson dijo que esta es “una manifestación del Espíritu Santo que da testimonio de la naturaleza divina de la familia”4.
Eso explica el motivo por el que muchas personas sienten intensa satisfacción cuando descubren información sobre sus antepasados. Así como la mayoría de las personas tienen un sentido innato de que la familia es lo que más importa en la vida, también saben que la familia incluye necesariamente a los que han partido antes. A medida que aprenden más sobre esos familiares que han fallecido, sus corazones se vuelven gozosos hacia ellos para incluirlos. Esta no es simplemente una respuesta emocional, sino que a menudo es una respuesta espiritual guiada por el Espíritu Santo.
“Volverse a los padres despierta el corazón y lo prepara para el gran cambio”, dijo el élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Por consiguiente, el espíritu de Elías contribuye a la conversión”5. Claramente, la historia familiar, la obra misional y la obra del templo se deben utilizar juntas. Dado que nuestro profeta pone hincapié en que el recogimiento de Israel en ambos lados del velo es la obra más importante que se lleva a cabo en el mundo en la actualidad, no es difícil imaginar que la historia familiar sea un don profundo enviado por el cielo para ayudarnos a compartir el Evangelio con los demás.
Unirlas
Entonces, ¿cómo se pueden unir esas actividades complementarias? A continuación se presentan algunas ideas.
Miembros
Utilice relatos familiares para iniciar una conversación significativa sobre el amor que usted tiene por su familia, pasada y presente. El conocimiento que usted tiene de su propia familia lo faculta de manera perfecta para entablar conversaciones con otras personas acerca de su familia. Su ofrecimiento de ayudarles a aprender más sobre su familia puede profundizar su relación y quizás, al final, los conduzca a un sendero de importancia eterna.
Futuros misioneros
Dedique algunos momentos a participar en la obra del templo y de historia familiar, aunque esté ocupado mientras se prepara para la misión. Abra una cuenta de la Iglesia; como misionero, le hará falta por varios motivos, entre ellos para tener acceso a su historia familiar en FamilySearch.org.
Aprenda relatos sobre sus antepasados y prepárese para compartirlos. Si tiene un templo cerca, lleve algunos nombres de familiares al templo, y si no fuera así, prepare nombres para que otras personas los lleven al templo. Comience ahora a aprender acerca de FamilySearch y otros recursos.
Misioneros que actualmente prestan servicio
Consulte con su presidente de misión para ver si la participación personal en la obra de historia familiar y del templo es apropiada en su misión. Estas son algunas de las cosas que se aceptan en cada misión:
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Hablar sobre las familias; el deseo universal de pertenecer y conectar hace que sea una manera natural de iniciar una conversación.
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Ayudar a los investigadores a aprender de qué forma sus familias pueden estar juntas para siempre.
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Testificar de las bendiciones del templo.
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Alentar a los miembros recién bautizados a participar en la obra de historia familiar y del templo.
Consultores de templo e historia familiar
Tenga en cuenta que usted también puede desempeñar un papel clave en el proceso de conversión y retención de los miembros nuevos de la Iglesia.
“Si fuera un misionero hoy en día”, dijo el presidente Nelson, “mis dos mejores amigos en el barrio o la rama donde prestara servicio serían el líder misional de barrio y el consultor de templo y de historia familiar de barrio”6.
Según sea apropiado, ayude a los misioneros a hablar a las personas sobre la historia familiar y el propósito de los templos. Ofrézcase para ayudar a esas personas a empezar su propio árbol genealógico. Cuando sea propicio, anime a los misioneros a llevar a las personas al centro de historia familiar.
A medida que los investigadores se preparan para su propio bautismo, los misioneros pueden animarlos a prepararse para ser bautizados en el templo por sus antepasados. Ayude a los miembros recién bautizados a seguir descubriendo su historia familiar. Forme parte de la alegría que sienten por las oportunidades que ahora tienen de bendecir a generaciones de familiares. Aliéntelos a mantenerse dignos de las bendiciones del templo.
Ayudar a apresurar la obra
En Doctrina y Convenios 88:73 el Señor dijo: “He aquí, apresuraré mi obra en su tiempo”. Algunas de las señales más claras de ese apresuramiento son:
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Un número cada vez mayor de templos y su cercanía a los miembros de la Iglesia.
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Obra misional por todo el mundo.
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La explosión de la disponibilidad de información sobre nuestros antepasados.
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El desarrollo de tecnología poderosa para encontrar, organizar y compartir esa información.
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Un deseo real y cada vez mayor entre los hijos de Dios en la tierra por descubrir quiénes son y conectarse con sus familias —pasadas y presentes— así como con la tierra de sus antepasados.
Como dijo el presidente Nelson: “Nuestro mensaje al mundo es sencillo y sincero: invitamos a todos los hijos de Dios en ambos lados del velo a venir a su Salvador, recibir las bendiciones del santo templo, tener gozo duradero y hacerse merecedores de la vida eterna”7.
¡Qué bendita oportunidad tenemos, como miembros de la Iglesia que viven en los últimos días, de ser los ayudantes del Padre Celestial para recoger a Sus hijos!