Envejecer fielmente
Una decisión clave
La autora vive en Idaho, EE. UU.
Decidimos interpretar dúos juntas; era nuestra manera de sembrar gozo en el mundo.
Un día, hace tres años, cuando yo tenía 87 años, me encontraba en un evento social. Allí había una mujer que tocaba el piano, bastante similar a como lo toco yo. Cuando le pregunté su nombre, descubrí que era Alice Bodily, la madre de mi obispo. En ese entonces ella tenía 90 años.
Le pregunté a mi obispo si creía que a su madre le gustaría tocar a dúo. Él le preguntó, y ella respondió que le encantaría. Así que tres años atrás comenzamos a tocar el piano a dúo una hora cada miércoles por la mañana, para satisfacción nuestra.
Empezamos con duetos sencillos para niños y seguimos con un par de dúos que yo solía tocar con mi madre. Sin embargo, lo que más nos gustaba era interpretar dúos de los sagrados himnos de la Iglesia. Nuestros dos himnos favoritos son “La oración del Profeta” (Himnos, nro. 14) y “Cuando hay amor” (Himnos, nro. 194).
Al tocar cada miércoles y practicar otros días, llegamos a tocar bastante bien e impresionamos a nuestros hijos con un pequeño concierto. Mi obispo nos dijo que le gustaría que tocásemos en la reunión sacramental, así que aprendimos “El Espíritu de Dios” (Himnos, nro. 2). Fue un gran desafío para nosotras, pero nos preparamos durante varios meses y nos sorprendimos a nosotras mismas, a nuestros hijos y probablemente también a los miembros de nuestro barrio. Antes de la pandemia de COVID-19, tocamos ese himno en los barrios de cinco de nuestros hijos.
Hay muchos himnos hermosos que ahora nos encanta tocar, como “Venid a Mí” (Himnos, nro. 61), “Come, Thou Fount of Every Blessing” (que no se encuentra en el himnario actual, pero que es fácil de encontrar) y “Llamados a servir” (Himnos, nro. 161). Para encontrar un arreglo de dúo a veces es necesario pedir ayuda, pero algún familiar, hermana ministrante o líder de música del barrio por lo general está dispuesto a dar una mano.
Incluso encontramos una colección de canciones de Navidad y preparamos una presentación para un centro geriátrico en diciembre. Otro músico nos acompañó y tocó el xilófono y unas campanas para darle variedad a nuestra presentación.
Por medio de nuestra música, a los 90 y 93 años, sentimos que “[sembramos] gozo” (Himnos, nro. 150) no solo en Navidad, sino también durante todo el año. Ya hace tres años que tocamos con frecuencia. ¡La decisión de tocar a dúo claramente fue clave para las dos!