Principios básicos del Evangelio
Los convenios nos conectan con Dios
El hacer y guardar convenios trae bendiciones.
Un convenio es una promesa entre el Padre Celestial y Sus hijos. Él establece las condiciones de los convenios que hacemos con Él. Si hacemos lo que Él nos pide, recibimos muchas bendiciones. No solo recibimos bendiciones en la tierra: si hacemos y guardamos los convenios, un día regresaremos a vivir con Dios y nuestra familia en el cielo.
Los convenios y las ordenanzas
Hacemos convenios durante ciertas ordenanzas. Necesitamos recibir esas ordenanzas y obedecer los convenios a fin de regresar a vivir con Dios. Las ordenanzas se efectúan por la autoridad del sacerdocio. Entre esas ordenanzas se encuentran el bautismo, la confirmación, recibir el Sacerdocio de Melquisedec (en el caso de los hombres) y las ordenanzas que recibimos en el templo. Durante la Santa Cena, los miembros de la Iglesia renuevan las promesas que le han hecho a Dios (véase Doctrina y Convenios 20:77, 79).
Los convenios nos ayudan a vivir en rectitud
Al bautizarnos, prometemos seguir a Jesucristo, recordarlo siempre y guardar los mandamientos (véase Doctrina y Convenios 20:37). Dios promete que el Espíritu Santo siempre estará con nosotros.
Cuando los hombres reciben el sacerdocio, hacen la promesa de vivir de manera que sean dignos del poder del sacerdocio de Dios. Dios promete bendecirlos (véase Doctrina y Convenios 84:33–40).
Los convenios que hacemos en el templo
Cuando los miembros de la Iglesia reciben la investidura en el templo, hacen la promesa de vivir con rectitud y de sacrificarse por el Evangelio. A ellos se les promete poder de Dios (véanse Doctrina y Convenios 38:32; 109:22).
En el sellamiento del templo, el esposo y la esposa se casan por la eternidad, y hacen la promesa de ser fieles el uno al otro y a Dios. Dios promete que pueden volver a Él y vivir en familia para siempre (véase Doctrina y Convenios 132:19–20).
Somos un pueblo del convenio
Aquellos que se unen a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días llegan a ser el pueblo del convenio. También heredan las bendiciones y las responsabilidades del convenio de Abraham (véase Gálatas 3:27–29). El formar parte del pueblo del convenio de Dios significa que nos ayudamos los unos a los otros a medida que nos acercamos más a Cristo. También quiere decir que nos esforzamos por fortalecer a la Iglesia de Dios en la tierra. Si guardamos nuestros convenios, podemos hallar poder y fortaleza de Dios.