Ven, sígueme
El arca de Noé
Durante 120 años, Noé repetidamente “exhortó a los hijos de los hombres a que se arrepintieran; pero no hicieron caso de sus palabras […].
La tierra se corrompió delante de Dios, y se llenó de violencia […].
“Y dijo Dios a Noé: Ha llegado para mí el fin de toda carne” (Moisés 8:20, 28, 30).
A pesar de “la paciencia de Dios en los días de Noé, [solo] pocas personas, a saber, ocho, fueron salvadas” (1 Pedro 3:20).