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Bendiciones patriarcales: Reflexiones de profetas y patriarcas
Aprende más acerca de los propósitos y las promesas de las bendiciones patriarcales.
“Recuerdo la primera vez que di una bendición patriarcal”, dice Vyacheslav A. Protopopov, un patriarca que vive en Moscú, Rusia. “Por supuesto, había meditado, estudiado y me había preparado espiritualmente. Estaba nervioso, pero cuando llegó el momento, el Espíritu llenó la habitación y eliminó cualquier miedo o restricción. El Espíritu me ayudó a escuchar las palabras que llegaban a mi corazón”.
Al igual que el hermano Protopopov, los patriarcas de toda la Iglesia declaran el linaje y proporcionan bendiciones patriarcales mediante el espíritu de revelación. Estas son algunas enseñanzas de los profetas y Apóstoles, junto con reflexiones de cuatro patriarcas, acerca de cómo recibir y seguir esta sagrada fuente de guía espiritual.
Mensajes personales del Padre Celestial
“Por todo el mundo, los nobles patriarcas se preparan espiritualmente para dar bendiciones patriarcales”, dijo el élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Cuando el patriarca les pone las manos sobre la cabeza, él siente y expresa el amor que Dios tiene por ustedes. Les pronuncia el linaje en la casa de Israel y menciona bendiciones del Señor”1.
El patriarca Clayne A. Steed, de Alberta, Canadá, compartió: “Una y otra vez, me lleno de humildad por la singularidad de las bendiciones que se dan: las palabras, expresiones y oraciones. Mediante la inspiración del Espíritu Santo, llegan a ser impresiones, ideas y palabras que se declaran por medio de mí como intermediario para que el Padre Celestial pueda bendecir a Sus hijos. Apenas alcanzo a apreciar la importancia de lo que se habla, porque no es mi bendición, es la bendición de Dios” para Sus hijos.
“Así como hay muchas cosas que nos diferencian en nuestra individualidad y en nuestras experiencias, nuestra bendición patriarcal también es personal”, dice Emile E. Bailly, de Loiret, Francia. “Cada uno de los hijos de nuestro Padre Celestial puede saber, por el poder de la revelación, que la bendición proviene de Dios para él individualmente”.
“La bendición patriarcal es para aquel que la recibe y ningún otro”, dijo el presidente Thomas S. Monson (1927–2018). “Tal vez sea breve o extensa, sencilla o profunda. No es ni su extensión ni su complejidad, lo que caracteriza a una bendición patriarcal, sino que es el Espíritu lo que transmite su verdadero significado”2.
Nuestra función en las bendiciones prometidas
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, nos recordó que “ya sea por linaje literal o por adopción”, somos “heredero[s] legítimo[s] de las promesas que Dios le hizo a Abraham. Somos la descendencia de Abraham. Una de las razones fundamentales por la que recibimos una bendición patriarcal es para ayudarnos a comprender mejor quiénes somos en calidad de posteridad de Abraham, y a reconocer la responsabilidad que descansa sobre nosotros”3. Nuestra bendición patriarcal nos puede ayudar a reconocer tanto la obra como las bendiciones que Nuestro Padre Celestial ha preparado para nosotros a través de nuestra rectitud.
“La bendición patriarcal nos ayuda a crecer en fe y testimonio, a superar las pruebas y a ser felices”, dice el hermano Protopopov. “Al estudiar la bendición, se nos revelan más cosas mediante la inspiración, nuestro deseo de ser justos y nuestro esfuerzo por seguir los preceptos y las enseñanzas de los profetas vivientes. Si estudiamos frecuentemente nuestra bendición, nos ayudará a acercarnos más a Jesucristo y a ver y valorar la rectitud en nuestras experiencias terrenales”.
“El albedrío es un don divino”, dice el hermano Steed. “Al ejercer sabiamente ese don cuando tomamos decisiones correctas, lo que es una posibilidad se convierte en una realidad una y otra vez a medida que el Señor nos bendice individualmente. El Señor no impone las bendiciones a Sus hijos. Debemos actuar con rectitud y obediencia para obtener las bendiciones prometidas”.
Como enseñó el presidente Russell M. Nelson: “Su bendición patriarcal […] les ayudará a comprender su potencial futuro. Literalmente, pueden reclamar al Señor el cumplimiento de esas bendiciones por medio de su fidelidad”4.
Una perspectiva eterna
“Me gustaría que más personas entendieran que su bendición patriarcal no es solo para esta vida terrenal, sino también para las eternidades”, dice Keith L. Stapleton, de Georgia, EE. UU. “Recuerden que el Padre Celestial nos ha conocido desde el principio mismo. Somos Sus hijos. Él conoce todas las cosas acerca de nosotros desde esa época hasta esta vida terrenal y por las eternidades. Por lo tanto, nuestra bendición patriarcal puede aplicarse a cualquier parte de nuestra existencia”.
“A veces alguien se preocupará porque alguna promesa hecha en su bendición patriarcal todavía no se ha cumplido”, enseñó el presidente Boyd K. Packer (1924–2015), quien sirvió como presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Por ejemplo, una bendición puede indicar que la persona contraerá matrimonio y esta no encuentra compañero o compañera. Eso no significa que la bendición no se cumplirá. Conviene saber que las cosas ocurren en el debido tiempo del Señor y no siempre en el nuestro. Las cosas de naturaleza eterna no tienen límite de tiempo. Desde la existencia preterrenal hasta nuestra existencia más allá del velo de la muerte, nuestra vida es una vida eterna”5.
El presidente James E. Faust (1920–2007), que fue Segundo Consejero de la Primera Presidencia, compartió de manera similar que las bendiciones patriarcales “son guías sagradas de consejo, promesas e información que provienen del Señor. Sin embargo, nadie debe esperar que las bendiciones den en forma detallada todos los acontecimientos que sucederán durante la vida o que sean la solución a todos nuestros problemas. Si en una bendición se omite un acontecimiento muy importante en la vida, tal como una misión o el matrimonio, eso no quiere decir que la persona no recibirá dichas bendiciones. Mi propia bendición patriarcal es corta y tal vez solo ocupe tres cuartas partes de una página. Sin embargo, ha sido para mí muy completa, adecuada y perfecta”. El presidente Faust también dijo que “las bendiciones patriarcales deben leerse frecuentemente y con espíritu de humildad y devoción”6.
“Nuestra madurez espiritual cambia continuamente para bien de acuerdo con nuestros esfuerzos”, dice el hermano Bailly. “Por eso es bueno volver a leer nuestra bendición patriarcal de vez en cuando, porque se nos pueden dar nuevas impresiones, sentimientos y comprensión adicional para nuestra edificación. El Padre Celestial nunca deja de desear para cada uno de nosotros todo el bien que seamos capaces de recibir. Todas estas cosas llegarán en el momento adecuado, cuando estemos listos para ellas, ya sea en esta vida o después”.