2022
Ayudando al Padre Celestial a llevar a cabo Su obra y Su gloria
Septiembre de 2022


Sección doctrinal

Ayudando al Padre Celestial a llevar a cabo Su obra y Su gloria

La obra y la gloria de nuestro Padre Celestial es ayudar a todos Sus hijos a lograr la inmortalidad y la vida eterna (cfr. Moisés 1: 39).

La misión y responsabilidad de la Iglesia es ayudar al Padre Celestial a llevar a cabo Su plan de salvación y exaltación; y la Iglesia cumple con esa misión invitando a todos a venir a Cristo.

La pregunta que nos podríamos hacer es la siguiente: “Cuando hablamos de la Iglesia, ¿a qué o a quién nos referimos?”.

La palabra “iglesia” viene del griego “ekklesía”. En los estados griegos, recibía el nombre de “ekklesía” la asamblea de los ciudadanos. En el Nuevo Testamento, encontramos la palabra “ekklesía” traducida por “asamblea” (cfr. Hechos 19: 39). En el Antiguo Testamento, la palabra con el mismo significado es “kahal”, que se traduce por “congregación” (cfr. Deuteronomio 5:22), y por “asamblea” (cfr. Deuteronomio 9:10). En la versión griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta, la palabra hebrea “kahal” se traduce por “ekklesía. Por tanto, la iglesia era originalmente “la asamblea o congregación de fieles”, independientemente de dónde se reunieran; que normalmente era al aire libre.

Por tanto, cuando hablamos de la misión de la Iglesia, estamos hablando de la misión de los miembros de la Iglesia; estamos hablando de nosotros mismos, no de una institución ajena y distante; estamos hablando de nosotros y de nuestra responsabilidad de ayudar a nuestro Padre Celestial a llevar a cabo su obra.

¿Y qué tenemos que hacer para ayudar a nuestro Padre? Debemos invitar a venir a Cristo a “todos” sin excepción: miembros y no miembros, vivos y muertos. Invitamos a los no bautizados “Proclamando el Evangelio”; a los bautizados, “Perfeccionando a los Santos”; y a los que han fallecido, “Redimiendo a los muertos”.

El presidente Spencer W. Kimball enseñó que las tres invitaciones de “Proclamar”, “Perfeccionar” y “Redimir” son obra misionera; esto debemos tenerlo en cuenta en todo lo que hagamos en la Iglesia.

Hablando de los vivos, “Proclamar” tiene que ver con la “conversión”, y “Perfeccionar”, con la “retención” y la “activación”. Por tanto, es fundamental que todo lo que hagamos en la Iglesia ayude en la conversión de los no miembros, la retención de los miembros activos y la recuperación de los menos activos.

Teniendo en cuenta todo esto, la pregunta sería, pues, si los discursos que damos, los testimonios que compartimos, las lecciones que enseñamos y la forma como nos comportamos en las reuniones ayudan o no a nuestro Padre Celestial en Su obra de llevar a cabo la vida eterna de todos Sus hijos. Recordemos esto cuando participemos de una u otra manera en las reuniones y actividades de la Iglesia.