Mensaje de los líderes del Área
El verdadero significado del día de reposo
Estimados amigos:
¡Qué gozo supone el caminar con ustedes y con el Señor, todos juntos en la senda del discipulado!
Cuando Jesús visitó a los nefitas, pronunció un discurso similar al del Sermón del Monte, haciendo hincapié en que las cosas antiguas, las que se hallaban bajo la ley, se habían cumplido en Él1. La declaración del Señor, impartida hace más de dos mil años, de que las “cosas antiguas han pasado, y todas las cosas se han vuelto nuevas”2, continúa resonando en la actualidad. Se dio una “ley” más elevada y se enseñó una forma de vida más santa.
Cuando Jesús estuvo en la tierra, enseñó al aliviar las cargas de los demás y ayudar a los necesitados. Algunas personas quizás piensen que las creencias limitan nuestro albedrío y posibilidades, pero todos hemos experimentado que la verdad y la doctrina puras dadas por el Señor nos hacen libres y nos brindan guía divina, alivio y seguridad en un mundo lleno de turbulencias.
Las enseñanzas de Jesús eran diferentes a las de los fariseos, sobre todo en la forma de honrar el día de reposo. Los fariseos intentaban aparentar que eran justos, pero sus motivaciones eran impuras. Jesús enseñó que hacer el bien y ayudar a los demás era más importante que seguir las interpretaciones estrictas de la ley. Utilizó los milagros de sanación como oportunidades para enseñar en cuanto al verdadero significado del día de reposo y la importancia de la compasión y el amor.
Cuando Jesús dijo que “[e]l día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo”3, quiso decir que el día de reposo es un valioso don de Dios, que nos proporciona un descanso de los desafíos de la vida cotidiana y una oportunidad para la renovación física y espiritual. El día de reposo no es un día para llevar a cabo las actividades diarias habituales, sino que ofrece otra oportunidad para el descanso y el solaz, la revelación personal mediante escuchar y aprender Su palabra, y la oportunidad de hacer el bien y elevar a los demás.
Poner el énfasis en reglas estrictas y ciegas, basadas en tradiciones y estructuras por encima de los principios divinos eternos y verdaderos, hace que se pierda el propósito divino del Señor de ayudarnos a progresar. Si centramos nuestra vida en el Señor, su yugo es fácil y ligera su carga4. Dios nos da mandamientos, incluido el de honrar el día de reposo, no para oprimirnos sino para bendecirnos. El camino hacia el Padre Celestial es estrecho y angosto, pero el Señor vino para anunciar que no tenemos que recorrerlo solos. Su invitación a todos los que se sienten “cargados”5 es que nos pongamos a Su lado, que nos unamos a Él con gozo y que le dejemos que Él comparta nuestras cargas.
En hebreo, la palabra sabbat significa “descanso”. De hecho, esta es Su promesa: “… hallaréis descanso para vuestras almas”6.
¿Seguimos haciendo listas de las cosas que se pueden hacer o las que no se pueden hacer en el día de reposo? ¿O hemos cambiado en Cristo y junto a Él estamos trazando, con la ayuda del Padre Celestial, nuestro propio plan individual para lo que hacemos antes, durante y después del día de reposo?
Podemos convertir el día de reposo en una delicia prestando servicio a los demás, en particular a los que no se sientan bien o a los que estén solos o necesiten ayuda. Elevar su ánimo levantará también el nuestro7.
Ruego que conectemos con el Padre Celestial todo el tiempo, pero sobre todo en el día de reposo, tanto dentro como fuera del centro de reuniones de la Iglesia, en nuestro hogar y en las casas de amigos y familiares.
Agradezco la oportunidad de caminar al lado de ustedes y con el Señor por la senda del discipulado, y me siento bendecido por tener al Señor y a ustedes como hermanos y amigos a mi lado. Estoy agradecido por el día de reposo en mi vida y en la de mi familia, nos ayuda a reencontrarnos espiritualmente y a pasar momentos juntos que refuerzan nuestro amor y nuestros lazos.
Me gustaría invitarles a que piensen en formas de descubrir individualmente cómo hacer del día de reposo una delicia. Necesitamos su mano amiga y su sonrisa afectuosa en las reuniones dominicales de nuestras capillas, porque no podemos recorrer el camino solos. Ruego que sigamos aprendiendo y aplicando Sus enseñanzas en nuestra vida y que nos esforcemos por honrar el día de reposo como un don sagrado de Dios, ¡y ruego también que podamos compartir este don con los demás!