Escuela Dominical: Doctrina del Evangelio
‘Eternamente en deuda con vuestro Padre Celestial’


Lección 15

“Eternamente en deuda con vuestro Padre Celestial”

Mosíah 1–3

Objetivo

Aumentar la comprensión de los miembros de la clase en cuanto a la deuda que tienen con Dios y animarles a “[despojarse] del hombre natural… por la expiación de Cristo el Señor” (Mosíah 3:19).

Preparación

  1. Lea los pasajes de las Escrituras que se mencionan a continuación y medite y ore al respecto:

    1. Mosíah 1. El rey Benjamín enseña a sus hijos la importancia de las verdades que se encuentran en las planchas de bronce. Escoge a su hijo Mosíah para que le suceda como rey y le da instrucciones de congregar al pueblo.

    2. Mosíah 2. El rey Benjamín enseña al pueblo que cuando están al servicio de los demás, están al servicio de Dios. Les recuerda que están “eternamente en deuda con [su] Padre Celestial de entregarle todo lo que [tienen] y [son]”.

    3. Mosíah 3. El rey Benjamín repite las profecías de un ángel con respecto a Jesucristo y Su expiación.

  2. Si tiene disponibles los siguientes materiales, prepárese para usarlos durante la lección:

    1. La lámina El rey Benjamín se dirige a su pueblo (62298; Las bellas artes del Evangelio, 307).

    2. “Convirtiéndose en Sus hijos e hijas”, segmento de once minutos de duración del video “El Libro de Mormón, Presentaciones en video” (5X911 002).

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Actividad para despertar interés

Si lo desea, utilice la siguiente actividad, o una de su preferencia, para comenzar la lección. Escoja la actividad que sea más apropiada para su clase.

Pida a los miembros de la clase que observen la ilustración que está en la cubierta de este manual de lecciones. Señale que la cubierta de la Guía de estudio para el miembro de la clase tiene la misma ilustración, y después comparta la información que figura a continuación:

  1. El Libro de Mormón consta de 238 capítulos.

  2. Solamente 50 de esos capítulos (aproximadamente el 21 por ciento) contienen relatos de acontecimientos que ocurrieron después del nacimiento de Jesús.

  3. Solamente 18 de esos capítulos (aproximadamente el 8 por ciento) contienen relatos de la visita de Jesús al pueblo nefita.

Pida a los miembros de la clase que mediten sobre cómo responderían a la siguiente pregunta:

• ¿Por qué creen que se escogió esta ilustración para representar nuestro estudio del Libro de Mormón?

Pida a un alumno que lea en voz alta Mosíah 3:13. Haga hincapié en que Jesucristo es el personaje central del Libro de Mormón. Su expiación se aplica tanto a las personas que vivieron antes de Su ministerio terrenal como a las que vivieron durante Su ministerio terrenal y también a los que vivimos en estos días. Explique que las lecciones de hoy y de la próxima semana se centran en las palabras del rey Benjamín, profeta y líder que ayudó a su pueblo a ejercer la fe en Jesucristo cientos de años antes de Su ministerio terrenal y de Su expiación.

Análisis y aplicación de las Escrituras

Con la ayuda de la oración, seleccione los pasajes de las Escrituras, las preguntas y otros materiales de la lección que mejor satisfagan las necesidades de los miembros de la clase. Al preparar y al presentar la lección, asegúrese de dejar suficiente tiempo para analizar Mosíah 3, capítulo que contiene enseñanzas poderosas acerca de la expiación de Jesucristo.

1. El rey Benjamín enseña a sus hijos y pide a Mosíah que congregue al pueblo.

Analicen Mosíah 1. Pida a varios miembros de la clase que lean en voz alta los versículos que usted haya seleccionado.

• En el libro de Mosíah, el primer relato del rey Benjamín no se relaciona con su reinado, sino con sus enseñanzas como padre (Mosíah 1:2–8). ¿Qué nos dice esto acerca del rey Benjamín? ¿Qué pueden aprender los padres de su ejemplo?

• ¿Qué enseñó el rey Benjamín a sus hijos? (Véase Mosíah 1:2–7. Nótese que la palabra misterios en los versículos 3 y 5 se refiere a las verdades espirituales que sólo se conocen por medio de la revelación.) ¿Qué diferencia había entre los nefitas, que estudiaban las Escrituras, y los lamanitas, que no lo hacían? (Véase Mosíah 1:5.) ¿En qué forma se refleja esa diferencia en la sociedad moderna? ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a los hijos a cultivar el amor por las Escrituras?

• El rey Benjamín “encargó [a Mosíah] los anales… sobre las planchas de bronce” (Mosíah 1:16). El Señor ha mandado a los profetas, videntes y reveladores de nuestros días que se aseguren de que las Escrituras sean “preservadas y protegidas” (D. y C. 42:56). ¿Por qué es importante que las Escrituras sean “preservadas y protegidas”? (Véase Mosíah 1:3–5.)

• ¿Por qué pidió el rey Benjamín a su hijo Mosíah que congregara al pueblo? (Véase Mosíah 1:10–12. Nótese que el nombre al que se refería el rey Benjamín era el de Cristo. Hacia el final de su discurso, este rey enseñó al pueblo a tomar sobre sí el nombre de Cristo. Esta enseñanza se analizará como parte de la lección 16.)

2. El rey Benjamín enseña al pueblo que está eternamente en deuda con Dios.

Lean y analicen los versículos de Mosíah 2 que usted haya seleccionado.

• ¿Cómo se organizó el pueblo una vez que llegó al templo para escuchar al rey Benjamín? (Véase Mosíah 2:5–6; véase también la primera sugerencia adicional para la enseñanza.) ¿Qué hizo el rey Benjamín cuando observó que no todos alcanzaban a escuchar sus palabras? (Véase Mosíah 2:7–8. Si va a utilizar la lámina del rey Benjamín, muéstrela ahora.) ¿Qué semejanzas hay entre esa reunión y una conferencia general hoy en día?

• El rey Benjamín dijo al pueblo que no le había mandado congregarse para que trataran livianamente sus palabras (Mosíah 2:9). ¿Qué les aconsejó hacer mientras escuchaban sus enseñanzas? (Véase Mosíah 2:9.) ¿Qué significa abrir nuestros oídos, corazones y mentes a las enseñanzas de los profetas vivientes?

• ¿Qué es lo que más admiran de la forma en que el rey Benjamín sirvió como rey? (Véase Mosíah 2:10–16.) ¿Qué efecto tuvo en su pueblo el liderazgo del rey Benjamín? (Véase Mosíah 1:1; 6:7.)

• ¿Qué enseñó el rey Benjamín en cuanto al servicio? (Véase Mosíah 2:17–19.) ¿Cómo demostramos nuestra gratitud a Dios a través del servicio que prestamos a los demás? ¿Qué clase de servicio inspira a otros a “dar gracias a [su] Rey Celestial”? (Algunos ejemplos se encuentran en Mosíah 18:8–10; D. y C. 18:10–16.)

• Pida a un miembro de la clase que lea en voz alta Mosíah 2:20–21. ¿Qué significa ser un servidor inútil? ¿Por qué somos servidores inútiles de Dios aunque le alabemos y le sirvamos con toda el alma? (Véase Mosíah 2:22–25; véase también la cita que figura a continuación y la segunda sugerencia adicional para la enseñanza.) ¿Qué nos enseña esto acerca del amor que nuestro Padre Celestial tiene para con nosotros?

El presidente Joseph Fielding Smith dijo: “¿Piensan que algún día será posible que cualquiera de nosotros, por más duro que trabajemos… podamos pagarles a nuestro Padre Celestial y a Jesucristo las bendiciones que hemos recibido de Ellos? El gran amor, al igual que las bendiciones que le acompañan, que se nos extendió mediante la crucifixión, el padecimiento y la resurrección de Jesucristo, queda fuera de nuestra capacidad mortal para comprender. Nunca podríamos pagarlo” (en “Conference Report”, abril de 1966, pág. 102; o Improvement Era, junio de 1966, pág. 538).

• En vista de que somos servidores inútiles, estamos “eternamente en deuda con [nuestro] Padre Celestial de entregarle todo lo que [tenemos] y [somos]” (Mosíah 2:34). ¿Cómo podemos hacerlo? (Véase Mosíah 2:17, 22; 4:10.) ¿Qué nos dará nuestro Padre Celestial cuando le entreguemos “todo lo que [tenemos] y [somos]”? (Véase Mosíah 2:22, 41; véase también D. y C. 84:38.)

• Después de que se nos han enseñado los mandamientos, ¿cuáles son las consecuencias de rehusarnos a obedecerlos? (Véase Mosíah 2:36–39.) Según el rey Benjamín, ¿cuál es la causa del tormento que a menudo se compara con un lago de fuego? (Véase Mosíah 2:38; véase también Mosíah 3:23–27.)

3. El rey Benjamín repite las profecías de un ángel acerca de Jesucristo y Su expiación.

Lean y analicen los versículos de Mosíah 3 que usted haya seleccionado. Explique que antes de dirigirse al pueblo, el rey Benjamín había recibido la visita de un ángel que llegó a “[declararle] alegres nuevas de gran gozo” (Mosíah 3:1–4). El capítulo 3 de Mosíah contiene el mensaje del ángel.

• Pida a un miembro de la clase que lea en voz alta Mosíah 3:5–10. ¿Por qué padeció Jesús tentaciones, dolor, hambre, sed y fatiga? (Véase Alma 7:11–12.) ¿Por qué padeció angustia por la iniquidad del pueblo? (En la cita que figura a continuación se encuentran las respuestas a esta pregunta y a las tres siguientes.)

¿Por qué es importante saber que él era el Hijo de Dios y de María? ¿Por qué dio Su vida? ¿Por qué era éste un mensaje de “gran gozo”? (Mosíah 3:3.)

El élder Robert D. Hales dijo: “Lo que debemos recordar en cuanto al Salvador es que él y sólo él tenía el poder de poner Su vida y volverla a tomar. él tenía la aptitud para morir debido a Su madre mortal, María, y la capacidad para sobreponerse a la muerte debido a Su Padre inmortal. Nuestro Salvador, Jesucristo, fue en forma voluntaria y deliberada hacia Su muerte, habiendo dicho a Sus discípulos que así sucedería. ¿Y para qué?, se podría preguntar alguien. La respuesta es: Para proveer la inmortalidad a todo el género humano y la promesa de una vida eterna a quienes creyeren en él (véase Juan 3:15), para dar Su propia vida en rescate de otros (véase Mateo 20:28), para vencer a Satanás y su poder, y para hacer posible que el pecador sea perdonado. Sin la expiación de Jesús, existiría una barrera infranqueable entre Dios y los hombres y mujeres mortales. Cuando comprendemos la Expiación, lo recordamos a él con respetuosa reverencia y agradecimiento” (“En memoria de Jesús”, Liahona, enero de 1998, pág. 30).

• De acuerdo con el ángel, ¿quién recibirá salvación mediante la expiación de Jesucristo? (Véase la lista que figura a continuación.) ¿Cómo demuestra esto el poder de la Expiación para asegurar “que descienda un justo juicio sobre los hijos de los hombres”? (Mosíah 3:10).

  1. Las personas “que han muerto sin saber la voluntad de Dios concerniente a ellos, o que han pecado por ignorancia” (Mosíah 3:11; nótese que en Doctrina y Convenios 137:7–9 aprendemos que heredarán el reino celestial las personas que mueran sin el conocimiento del Evangelio pero que lo habrían recibido con todo el corazón).

  2. Las personas con el conocimiento del Evangelio que se arrepientan y ejerzan la fe en Jesucristo (Mosíah 3:12–13).

  3. Los niños pequeños que mueran en la infancia (Mosíah 3:16, 18, 21; véase también D. y C. 137:10).

• ¿Por qué son los niños pequeños “sin culpa ante Dios”? (Véase Mosíah 3:16, 21; Moroni 8:12; D. y C. 29:46. Aunque “por naturaleza, ellos caen”, son “sin culpa ante Dios” porque “viven en Cristo” por medio de la Expiación.)

• El ángel dijo que “el hombre natural es enemigo de Dios” (Mosíah 3:19). ¿Qué significa la frase “hombre natural”? (Véase Alma 42:6–10 y la cita que figura a continuación.)

El élder Bruce R. McConkie dijo: “Después de la caída de Adán, el hombre se volvió carnal, sensual y diabólico por naturaleza; llegó a ser hombre caído… Todas las personas sobre la tierra que son responsables de sus hechos heredan ese estado caído, ese estado de probación, ese estado en el que las cosas del mundo son deseables para la naturaleza carnal. En ese estado, ‘el hombre natural es enemigo de Dios’, hasta que se aviene al gran plan de redención y nace de nuevo en la rectitud (Mosíah 3:19). Por tanto, todo el género humano seguiría perdido y caído para siempre si no fuera por la expiación de nuestro Señor (Alma 42:4–14)” (Mormon Doctrine, 2a. edic., 1966, págs. 267–268).

• ¿Cómo podemos “[despojarnos] del hombre natural”? (Véase Mosíah 3:19. Analicen las respuestas de la manera que se indica a continuación.)

  1. Someternos al “influjo del Espíritu Santo”. ¿Cómo nos ayuda eso a “[despojarnos] del hombre natural”? (Véase 2 Nefi 32:5; Mosíah 5:2; 3 Nefi 28:11.)

  2. Volvernos “[santos] por la expiación de Cristo el Señor”. ¿Qué significa ser un verdadero santo? (Si lo desea, señale que la palabra santo implica santificación o santidad. En el Libro de Mormón, la palabra se usa para hacer referencia a los miembros devotos de la Iglesia del Señor. Véase, por ejemplo, el uso de la palabra santos en 1 Nefi 14:12 y 2 Nefi 9:18.) ¿Cómo nos ayuda la Expiación a volvernos verdaderos santos?

  3. Volvernos “como un niño”. ¿Cómo podemos “[vivir] en Cristo”, como lo hacen los niños pequeños? (Véase Mosíah 3:17–19, 21; véase también 2 Nefi 25:23–26; Moroni 8:10.)

Si va a utilizar la presentación en video “Convirtiéndose en Sus hijos e hijas”, muéstrela ahora.

• ¿A dónde dijo el ángel que se esparciría el conocimiento del Salvador? (Véase Mosíah 3:20.) ¿Cómo se está cumpliendo esa profecía? ¿Cómo seguirá cumpliéndose?

Conclusión

Si no lo ha hecho aún como parte de esta lección, pida a un miembro de la clase que lea en voz alta Mosíah 3:19.

De acuerdo con la inspiración del Espíritu, testifique de las verdades que se analizaron durante la lección.

Sugerencias adicionales para la enseñanza

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.

1. “…plantaron sus tiendas… hacia el templo” (Mosíah 2:6).

Cuando el pueblo fue a escuchar el discurso del rey Benjamín, “plantaron sus tiendas alrededor del templo, cada hombre con la puerta de su tienda dando hacia el templo” (Mosíah 2:6). Establezca un contraste entre esa gente y Lot, quien plantó “sus tiendas hacia Sodoma” (Génesis 13:12). Explique que al principio Lot sólo vivía cerca de la inicua ciudad de Sodoma, pero con el tiempo él y su familia vivieron dentro de la ciudad misma (Génesis 14:12).

• ¿Qué cosas podríamos hacer que equivaldrían a plantar nuestras tiendas hacia Sodoma? ¿Qué cosas podríamos hacer que equivaldrían a plantar nuestras tiendas hacia el templo? ¿Cómo podemos orientar nuestros hogares más hacia el templo que hacia los lugares del mundo?

2. “Eternamente en deuda” (Mosíah 2:34).

Trace una balanza en la pizarra, tal como se muestra a continuación:

Imagen

• ¿Por qué no está equilibrada esta balanza?

Pida a varios miembros de la clase que lean en voz alta Mosíah 2:20–25. Conforme vayan leyendo, pídales que señalen las ofrendas que podemos dar al Señor y las bendiciones que él nos da. Escriba las ofrendas del lado de la balanza que dice Nuestras ofrendas y anote las bendiciones del lado que dice Bendiciones recibidas de Dios. Ayude a los miembros de la clase a comprender que siempre estaremos en deuda con Dios.

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