“Misioneros que regresan a casa anticipadamente”, Recursos para orientar, 2020.
“Misioneros que regresan a casa anticipadamente”, Recursos para orientar.
Misioneros que regresan a casa anticipadamente
Los misioneros que regresan o terminan su misión antes de lo previsto pueden experimentar desafíos particulares. Mientras se preparaban para la misión y salían a servir, es probable que se llenaran de gran esperanza y deseos de servir al Señor. Al volver a casa antes de tiempo por cualquier razón (por ejemplo, problemas de salud físicos o mentales, o debido a una transgresión), quizás se sientan decepcionados, avergonzados o desanimados. Tal vez cuestionen la inspiración que los llevó a servir en una misión. Estos exmisioneros podrían preocuparse en cuanto a cómo los ven otras personas o incluso cómo los ve el Señor. Es posible que sientan que han fracasado o que son indignos, y quizás se juzguen duramente. Además, quizás experimenten sentimientos semejantes a las pérdidas e incluso atraviesen varias fases de un proceso de duelo.
Los misioneros que regresan a casa antes de tiempo necesitan de los esfuerzos combinados de la familia, los amigos, los líderes y los miembros del barrio para ayudarlos a pasar este período difícil. Preste ayuda con amor a fin de consolar, animar y cuidar de cada exmisionero y de su familia. Inste al misionero, a su familia y a los miembros del barrio a referirse a él como “exmisionero”, y no como “un misionero que regresó antes” ni como “un misionero relevado antes de tiempo”. La elección de estos términos puede ayudar a reducir el estigma asociado a los relevos anticipados.
Procurar entender
Al hablar con la persona, procure mostrar amor y comprensión tal como el Salvador lo haría. Puesto que cada situación es diferente y las circunstancias de cada persona varían, considere con espíritu de oración hacer preguntas como las siguientes para poder entender mejor las inquietudes del misionero y discernir sus necesidades.
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¿Qué piensa de su misión?
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¿Qué bendiciones recibió de su servicio?
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¿Cuáles son sus mayores preocupaciones o inquietudes en este momento?
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¿Qué piensa de su relevo?
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¿Cómo responde su familia a su relevo?
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¿Qué planes tiene para abordar los desafíos que lo han hecho regresar?
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¿Con qué clase de apoyo cuenta?
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¿De qué modo pueden fortalecerlo las lecciones que aprendió en su misión durante esta época de transición?
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¿Cómo es su relación con el Señor en este momento?
Ayudar a la persona
Al ayudar al exmisionero en la situación en la que se halla, considere algunas de las siguientes sugerencias.
Si resultara de provecho, reúnase con el exmisionero a menudo para ayudarlo a encontrar esperanza y sanación.
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Ayude al misionero a comprender el poder que tiene el Salvador para ayudarlo a atravesar cualquier desafío (véanse Alma 7:11–12; Doctrina y Convenios 88:6; Mosíah 24:13–15).
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Ayude al misionero a ver su identidad y su valor como hijo o hija de Dios, y a reconocer sus fortalezas, talentos, habilidades y dones espirituales individuales (véanse Doctrina y Convenios 18:10–11; Hechos 17:28–29).
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Inste al misionero a pedir una bendición del sacerdocio.
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Si el misionero hubiera regresado a casa debido a alguna afección de salud física o mental, ayúdelo a recibir tratamiento adecuado y sin demora.
Ayúdelo a entender que el Señor valora y acepta el servicio que ha prestado como misionero, incluso el hecho de que haya aceptado el llamado a servir (véase Doctrina y Convenios 124:49).
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Exprese gratitud por el servicio misional que la persona ha prestado.
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Si el relevo del exmisionero se debiera a razones de salud física o mental, el obispo podría pedirle a este que presente un informe de su misión ante el sumo consejo de la estaca.
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Busque maneras de ayudarlo a sentirse bienvenido al barrio o a compartir experiencias acerca de la misión. Si resultara adecuado, pregunte al misionero si desea ofrecer una oración, compartir su testimonio o hablar en las reuniones de la Iglesia.
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Ayúdelo a comprender que tendrá muchas oportunidades de servir en la obra del Señor, aunque ya no lleve la placa misional.
Haga hincapié en que la prioridad principal del exmisionero es sanar, y que las decisiones en cuanto a volver al servicio misional deben tomarse después.
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No presione al misionero para que regrese al campo misional. Esa decisión puede tomarse solo después de que se haya recuperado por completo de los problemas que lo hayan traído a casa.
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Para quienes deseen volver al servicio misional o busquen otras oportunidades de servir, consulte el artículo “Regresar al servicio”.
Aliente al misionero a mantenerse en contacto con el presidente de misión y su esposa mientras atraviesa estos momentos de transición.
Si el misionero no regresara al servicio de tiempo completo, procure brindarle apoyo y atención. Conforme el exmisionero empiece a establecer metas para su futuro, aconséjelo en cuanto a aspectos como los siguientes:
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Formación académica
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Empleo
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Relaciones (salir con jóvenes del sexo opuesto)
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Oportunidades de servicio
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Asistencia a Instituto
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Asistencia al templo y dignidad
Para el obispo: Si el misionero se mudara o cambiara de barrio poco después de regresar, comuníquese con su nuevo obispo y asegúrese de que conozca la situación del exmisionero.
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Si el misionero hubiera regresado a su casa por cuestiones de dignidad, ayúdelo con el proceso de arrepentimiento (véase Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 2020, capítulo 32).
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Si el relevo del exmisionero se debiera a razones de salud física o mental, el obispo podría pedirle que presente un informe de su misión ante el sumo consejo de la estaca.
Apoyar a la familia
La experiencia del exmisionero de volver a casa anticipadamente también afecta a la vida de los integrantes de su familia. Determine el impacto que ha tenido en la familia del miembro y procure abordar esas cuestiones.
Consulte a los integrantes de la familia y ayúdelos con sus propias dificultades, preocupaciones o preguntas que surgieran como resultado de que el misionero haya regresado antes de tiempo.
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Ayude a los familiares a entender cómo el Salvador puede sanar, brindar paz y consolarlos a ellos y al exmisionero.
Inste a la familia a deliberar juntos en cuanto a las necesidades del exmisionero y los recursos disponibles para ayudarlo.
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Ayude a los integrantes de la familia a centrar su preocupación en el misionero y en su sanación en vez de centrarla en cómo podrían ver la situación los demás.
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Ayude a los padres del misionero a comprender que el hecho de su hijo o hija haya regresado anticipadamente no significa que ellos hayan hecho algo mal como padres.
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Ayúdelos a entender que no deben castigarse ni culparse a sí mismos ni a otras personas por el regreso anticipado del misionero.
Disuada a los integrantes de la familia de presionar al misionero para volver al servicio misional antes que esté listo, o si no deseara volver.
Hacer uso de los recursos del barrio y de la estaca
Considere trabajar en conjunto con los líderes del barrio u otras personas de confianza para proporcionar apoyo, guía y ayuda de forma continua. Solicite el permiso de la persona antes de hablar de la situación con otros.
Los líderes tal vez podrían tratar la situación del exmisionero en el consejo de barrio para determinar los recursos y las oportunidades que existan para ayudarlo.
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Busque maneras de que los líderes de la Iglesia puedan servir y apoyar activamente al exmisionero y a su familia durante esos momentos cruciales.
Aliente al misionero a buscar alguna persona de confianza para que sea su mentor, y luego ínstelos a reunirse con regularidad.
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El mentor podría ser la hermana o el hermano ministrante del exmisionero.
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Considere la posibilidad de elegir a otro exmisionero con alguna experiencia parecida, que haya encontrado esperanza y fortaleza mediante el Salvador Jesucristo y Su evangelio.
Tenga presente al misionero en llamamientos y oportunidades para servir y dirigir la palabra de maneras pertinentes, si estuviera listo para ello.
Según sea apropiado, considere la ayuda adicional de los recursos de la Iglesia y de la comunidad que estén en armonía con los principios del Evangelio.
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En algunas regiones, la organización Servicios para la Familia ofrece servicios de consulta a los líderes de la Iglesia y sesiones de terapia para los misioneros que regresan a casa antes de tiempo.
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Si Servicios para la Familia no estuviese disponible, considere otros recursos de la comunidad.