“Atracción hacia personas del mismo sexo”, Recursos para orientar, 2020.
“Atracción hacia personas del mismo sexo”, Recursos para orientar.
Atracción hacia personas del mismo sexo
Algunos miembros podrían sentir atracción hacia personas del mismo sexo, o identificarse como homosexuales, lesbianas o bisexuales. Al buscar la guía del Espíritu Santo y dedicar tiempo a aprender en cuanto a las necesidades de los hijos e hijas de Dios que sienten atracción hacia personas del mismo sexo o que se identifican como homosexuales, usted desarrollará la caridad y aumentará su capacidad de ministrar.
Sentir atracción hacia personas del mismo sexo o elegir usar una categoría determinada de identificación sexual (como, por ejemplo, homosexual, lesbiana o bisexual) no es pecado ni viola las normas de la Iglesia. Las palabras como homosexual y lesbiana significan cosas diferentes para las diferentes personas. Es posible que identificarse como un hombre homosexual signifique que el miembro sienta atracción hacia personas de su mismo sexo, aunque decida no actuar de conformidad con tales sentimientos. También es posible que esa categoría describa cómo se expresa a sí mismo emocional, física, romántica, sexual o políticamente. No suponga que una persona está quebrantando la ley de castidad porque use alguna categoría de identificación sexual.
El élder M. Russell Ballard dijo: “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cree que ‘la experiencia de la atracción entre personas del mismo sexo es una complicada realidad para muchas personas. La atracción en sí no es pecado, sino el actuar según esos sentimientos. Aunque las personas no eligen tener esas atracciones, sí eligen cómo responder a ellas. Con amor y comprensión, la Iglesia tiende la mano a todos los hijos de Dios, incluso [a aquellos que sienten atracción hacia personas del mismo sexo]’” (“Quedaos tranquilos y sabed que yo soy Dios”, devocional del Sistema Educativo de la Iglesia para los jóvenes adultos, 4 de mayo de 2014, broadcasts.ChurchofJesusChrist.org).
Las personas que experimentan sentimientos de atracción hacia personas del mismo sexo y que se comprometen a guardar los mandamientos de Dios pueden recibir llamamientos, tener la recomendación para el templo y recibir las ordenanzas del templo.
Lo más importante que usted puede hacer después de que alguien le revela que siente atracción hacia personas del mismo sexo es escuchar y ayudarlo a sentirse bienvenido.
Muchos principios sobre la atracción hacia personas del mismo sexo se aplican también a quienes tienen disforia de género o se identifican como transgénero. Sin embargo, la atracción hacia personas del mismo sexo y la disforia de género son muy diferentes. Quienes experimentan disforia de género podrían o no sentir atracción hacia personas del mismo sexo, mientras que la mayoría de quienes sienten atracción hacia personas del mismo sexo no desean cambiar de género.
Para consultar las enseñanzas de la Iglesia sobre la atracción hacia personas del mismo sexo, algunas preguntas frecuentes y otra información útil para los líderes, maestros, padres y personas, véanse las secciones Ayuda para la vida y Temas del Evangelio de LaIglesiadeJesucristo.org.
Procurar entender
Es posible que aquellas personas que experimentan atracción hacia personas del mismo sexo se sientan avergonzadas o indignas, aunque jamás hayan actuado de acuerdo con esos sentimientos. Quizás tengan temor de que usted las rechace debido a esos sentimientos y quizás no sepan cómo conciliar lo que experimentan con los principios del Evangelio.
Cuando brinde consejo a quienes experimentan atracción hacia personas del mismo sexo, reconozca su fe y su valor al hablar de esos sentimientos con usted. Tranquilícelos y asegúreles que Dios los ama. Admita que es posible que usted no entienda plenamente aquello por lo que están pasando. Hágales saber que los ama y que desea comprender. Exprese su disposición a prestar apoyo emocional y espiritual.
Con espíritu de oración, considere hacer las siguientes preguntas para entender mejor la situación. Procure tener tacto y tenga la precaución de evitar indagar de manera demasiado explícita:
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¿Podría contarme más sobre cómo se siente?
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¿De qué manera han influido en su vida esos sentimientos? ¿De qué manera han influido en la vida de sus amigos y familiares?
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¿En qué puedo ayudarlo?
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¿Quiere que nos reunamos con regularidad para hablar sobre esto?
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Las categorías tienen diferentes significados para diferentes personas. ¿Qué significa para usted la palabra homosexual (o lesbiana, bisexual, atracción hacia personas del mismo sexo, etcétera)?
Ayudar a la persona
Al aconsejar a las personas que experimentan atracción hacia personas del mismo sexo, no es necesario que tenga un entendimiento perfecto del asunto. Su deseo de entender y ayudar lo harán merecedor de recibir la guía del Espíritu en tanto ame y escuche.
Ayude a las personas a reconocer que los sentimientos de atracción hacia personas del mismo sexo pueden ser un aspecto de su experiencia terrenal, pero que esos sentimientos no cambian su identidad eterna y divina como hijo o hija de Dios.
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Ayúdelas a reconocer sus fortalezas, talentos y habilidades individuales. Aliéntelas a procurar conocer el propósito de Dios y a discernir, mediante el Espíritu Santo, la guía específica y personalizada que reciben en su camino.
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Si la persona ha tomado parte en comportamientos sexuales con personas del mismo sexo, enseñe el arrepentimiento y el perdón mediante la expiación del Salvador Jesucristo.
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Ofrezca consejo y apoyo con regularidad de modo que la persona no se sienta sola en este camino.
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Evite prometerle que la atracción hacia personas del mismo sexo disminuirá o desaparecerá si se mantiene fiel.
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No debe recomendarse el matrimonio como forma de eliminar o reducir la atracción hacia personas del mismo sexo.
Invite a la persona a centrarse en cultivar o mantener formas de vida sanas.
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Señale las fortalezas espirituales que pueden cultivarse o que ya se hayan cultivado al responder con fe a los sentimientos de atracción hacia personas del mismo sexo.
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Ayude a la persona a buscar oportunidades de realizar contribuciones significativas a la familia y al barrio a través de llamamientos y otras oportunidades de servicio.
Ínstela a cultivar relaciones sanas no sexuales con personas del mismo sexo que sean de confianza. Ayude a la persona a hacer lo siguiente:
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Buscar un mentor o amigo de confianza con quien pueda reunirse a menudo para hablar de sus metas y progreso.
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Sincerarse con personas de confianza en cuanto a los sentimientos de atracción hacia personas del mismo sexo. El revelar deliberada y cuidadosamente dichos sentimientos no solo es útil, sino que podría proteger a algunas personas de la depresión o de hacerse daño a sí mismas.
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Tratar de fortalecer su relación con los familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo de confianza.
Es posible que algunas personas que experimentan atracción hacia personas del mismo sexo hayan actuado de conformidad con tales sentimientos y hayan quebrantado la ley de castidad:
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Si la persona tuviera dificultades con la pornografía, la masturbación u otros comportamientos sexuales que no están en armonía con la ley de castidad, apoye sus esfuerzos por superar esos desafíos. Consulte la sección “Pornografía” de LaIglesiadeJesucristo.org para obtener ayuda con los problemas relativos a la pornografía.
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Determine cuáles son las situaciones más comunes que conduzcan a la persona a conductas pecaminosas.
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Comprenda qué sentimientos subyacen detrás de dichas situaciones (tales como la soledad o el rechazo).
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Ayude a la persona a buscar y poner en práctica otras reacciones alternativas.
Algunas personas que experimentan atracción hacia personas del mismo sexo buscan la guía de un terapeuta profesional. La terapia puede afianzar las formas de vida sanas. Considere lo siguiente:
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En ocasiones, a las personas les es difícil verse a sí mismas de manera objetiva. Buscar la opinión de un terapeuta profesional que esté en armonía con los principios del Evangelio puede ayudar en muchos aspectos de la vida, incluso con los cuadros de depresión y ansiedad, los comportamientos compulsivos, los efectos del abuso y otros problemas emocionales. Tal y como el élder Jeffrey R. Holland ha indicado, la ayuda profesional a veces puede ser tan importante como la ayuda espiritual (véase “Como una vasija quebrada”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 41).
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El buscar la opinión de un terapeuta profesional es señal de fortaleza y humildad. Si la persona decide buscar tal ayuda, los demás deben respetar su derecho de determinar los resultados deseados. La Iglesia recomienda los métodos que respetan “la autodeterminación del paciente”.
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En otras palabras, la persona tiene el derecho de determinar los resultados deseados, y los terapeutas y los profesionales deben respetar sus deseos. En el caso de alguien que experimenta atracción hacia personas del mismo sexo o se identifica como homosexual, la terapia puede ayudar a que la persona aborde su sexualidad de maneras más sanas y gratificantes. Sin embargo, no todas las personas necesitan terapia o asesoramiento profesional.
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Aunque pueden producirse y se producen cambios en la sexualidad en el caso de algunas personas, no es ético centrar el tratamiento profesional en la suposición de que ocurrirá o de que deba ocurrir un cambio de orientación sexual.
Si se hallara disponible en su localidad, póngase en contacto con Servicios para la Familia para pedir información o una consulta.
Apoyar a la familia
La atracción hacia personas del mismo sexo tiene impacto tanto en los miembros de la familia como en la persona. Determine el impacto que ha tenido en la familia de la persona y procure atender esas cuestiones.
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Apoye a los miembros de la familia, incluso al cónyuge, conformen traten de superar posibles sentimientos de conmoción, dolor, enojo, traición y culpa.
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Ayude a los padres, cónyuges u otros miembros de la familia a dejar de culparse o culpar a otras personas a fin de que puedan centrarse mejor en cultivar las relaciones familiares.
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Inste a los familiares a amar y aceptar al miembro de la familia.
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Aliente a los familiares a procurar ayuda profesional y terapia, de ser necesario.
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Ínstelos a buscar información en los recursos de la Iglesia, tales como Temas del Evangelio o la sección Ayuda para la vida, en LaIglesiadeJesucristo.org.
Hacer uso de los recursos del barrio y de la estaca
Considere pedir a líderes del barrio o a otras personas de confianza que proporcionen apoyo, guía y ayuda en forma constante. Solicite el permiso de la persona antes de hablar de la situación con otros.
Determine la mejor forma de ministrar a aquellas personas que experimenten sentimientos de atracción hacia personas del mismo sexo.
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Cultive una atmósfera y fomente una cultura en la que todas las personas se sientan bienvenidas y amadas.
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Considere analizar el asunto en el consejo de barrio o en una lección de quinto domingo. Use los materiales que están en la sección Ayuda para la vida, en LaIglesiadeJesucristo.org, y en “Atracción hacia personas del mismo sexo”, en Temas del Evangelio, para preparar lecciones o análisis.
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Combata los estereotipos y mitos en cuanto la atracción hacia personas del mismo sexo. Si las personas del barrio o rama no tuvieran un entendimiento basado en el Evangelio en cuanto al tema, refiéralas a la sección Ayuda para la vida, en LaIglesiadeJesucristo.org, y a la sección “Atracción hacia personas del mismo sexo”, en Temas del Evangelio.
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Ayude a las personas a entender que encontrarse en el entorno de quienes experimentan atracción hacia personas del mismo sexo no significa que ellos también vayan a experimentar lo mismo, ni tampoco significa que el hecho de experimentar atracción hacia personas del mismo sexo aumente los riesgos de pedofilia.
Localice terapeutas locales o recursos en línea que presten servicios que estén en armonía con los principios del Evangelio.
Considere comunicarse con Servicios para la Familia, si estuviera disponible, para determinar los recursos con que se cuenta.