“¿Qué doctrina puede ayudar a las personas a superar los problemas con la pornografía?”, Recursos para orientar, 2020.
“¿Qué doctrina puede ayudar a las personas a superar los problemas con la pornografía?”, Recursos para orientar.
Recursos para orientar
¿Qué doctrina puede ayudar a las personas a superar los problemas con la pornografía?
Una de sus responsabilidades como miembro de la Iglesia es enseñar y testificar de la doctrina pura del evangelio de Jesucristo, lo cual puede hacerse enseñando la doctrina de Cristo, es decir, que todos deben tener fe en Jesucristo, arrepentirse de sus pecados, bautizarse, recibir el don del Espíritu Santo y perseverar hasta el fin. Consulte estos materiales, que también están disponibles en la sección “Addressing Pornography”, en ChurchofJesusChrist.org:
“El poder del enseñar la doctrina”, (Henry B. Eyring, Liahona, julio de 1999, págs. 85–88)
“La doctrina de Cristo”, (D. Todd Christofferson, Liahona, mayo de 2012, págs. 86–89)
“Sigan la doctrina y el evangelio de Cristo”
Las personas tienen la responsabilidad de resolver sus propios problemas con la pornografía. Deben asumir la responsabilidad de su propia vida y de los cambios que necesiten hacer. Al mantener conversaciones inspiradas con las personas, guíelas a buscar revelación personal sobre las soluciones. Aliéntelas a procurar la autosuficiencia espiritual al esforzarse por comprender y poner en práctica la doctrina de Cristo. El estudio y la oración son esenciales en ese proceso.
Las personas también tienen la responsabilidad de entender y subsanar el dolor que su consumo de pornografía haya causado a los demás. Al trabajar con ellas, oriéntelas para que acepten dicha responsabilidad y para que hagan lo que puedan a fin de efectuar una restitución.
Sobreponerse al consumo de pornografía puede ser difícil; las personas han de esforzarse por determinar cuáles son los factores específicos que influyen en su consumo de pornografía y resolverlos. Cabe mencionar que las soluciones espirituales, aunque son importantes y útiles para superar el consumo de pornografía, con frecuencia son solo una parte de la solución completa. Las personas deben plantearse si tienen problemas de carácter biológico, psicológico y social, los cuales a menudo tienen que ver con el consumo de pornografía.
Enseñar la doctrina
Al enseñar a quienes luchan contra el consumo de pornografía, trabaje en conjunto con las personas a fin de determinar qué doctrina podría ayudarlas a resolver las influencias que afectan a su conducta. El presidente Boyd K. Packer enseñó: “La verdadera doctrina, cuando se entiende, cambia la actitud y la conducta. El estudio de las doctrinas del Evangelio mejorará la conducta más rápidamente de lo que el estudio del comportamiento mejorará el comportamiento. La obsesión por una conducta indigna puede conducir a una conducta indigna, y por eso hacemos tanto hincapié en el estudio de la doctrina del Evangelio” (véase “Los niños pequeños”, Liahona, enero de 1987, pág. 17).
La doctrina básica que se enseña en Seminario y en Instituto es una guía útil para determinar en qué doctrina han de centrarse (véase “Doctrinas básicas”). Enseñe la doctrina valiéndose de materiales del Evangelio tales como las Escrituras y los discursos de la conferencia general.
Ministre con caridad al enseñar y céntrese en ayudar a las personas a reconocer el Espíritu Santo en su vida. Pídales que busquen cómo pueden progresar mediante los desafíos que tienen con la pornografía. Si lo desea, haga preguntas inspiradas en cuanto a su progreso; a su creciente entendimiento de sí mismos en los aspectos biológico, psicológico, social y espiritual; y su desarrollo de los atributos cristianos. Guíe a las personas para que comprendan el modo en que el poder de Cristo puede transformarlas y dar forma a la persona en la se están convirtiendo.
Centre sus enseñanzas en ayudar a las personas a entender el arrepentimiento y el poder de Jesucristo y de Su expiación. Quizás también resulte de provecho instarlas a buscar información sobre la sexualidad sana, la expresión sexual apropiada y la función del impulso sexual dentro de los límites que Dios ha establecido.
Ejemplos de enseñanza doctrinal
Los siguientes ejemplos recalcan los desafíos que suelen afrontar quienes tienen dificultades con la pornografía y ofrecen doctrina que puede ayudar con dichos desafíos. Ore con la persona para ayudarla a determinar cuál es la doctrina específica que más necesita en ese momento.
Soledad y aislamiento
Las personas que tiene dificultades con la pornografía a menudo experimentan sentimientos de soledad y de aislamiento. Es posible que no se relacionen socialmente con otras personas. Comprender la doctrina de la Trinidad puede ayudar a las personas a sentir el amor del Padre Celestial, de Jesucristo y del Espíritu Santo, y a conectarse con Ellos. Procure enseñar sobre la naturaleza divina y las funciones de cada miembro de la Trinidad.
Vergüenza y ocultamiento
Los sentimientos de vergüenza con frecuencia conducen a las personas a ocultar su conducta. La vergüenza ocasiona que sientan que son malas personas e indignas de recibir el perdón. Por otra parte, la culpa lleva a las personas a reconocer los errores y a procurar arrepentirse y cambiar. El comprender el Plan de Salvación nos ayuda a emplear el poder del albedrío y de la responsabilidad. Jesucristo y Su expiación eliminan la vergüenza y nos ayudan a arrepentirnos, a progresar y a cambiar.
Confusiones en cuanto a la función de la sexualidad
El consumo de pornografía puede ocasionar que surjan creencias inapropiadas o falsas en cuanto a la función de la expresión sexual. El Plan de Salvación aclara la importante función de la expresión sexual, así como su propósito en la formación de familias y en las relaciones matrimoniales amorosas. Enseñe que el Plan de Salvación y otras doctrinas ayudan a poner énfasis en el valor del alma, al contrario de lo que hacen las peligrosas distorsiones y la cosificación presentes en la pornografía.
Mientras escuche hablar a las personas sobre los desafíos que afrontan, se lo guiará para determinar qué doctrina satisface mejor sus necesidades. Estos ejemplos son solo algunas maneras de abordar la enseñanza de la doctrina.
Alentar a las personas a poner en práctica la doctrina del Evangelio
Ayude a las personas a esforzarse por comprender la doctrina relativa a sus necesidades particulares. El Espíritu Santo puede inspirar a las personas a determinar maneras específicas de aplicar la verdad en su vida. Ínstelos a comprometerse a vivir de acuerdo con las impresiones que reciban, de acuerdo con los mandamientos del Señor y de acuerdo con las enseñanzas del evangelio de Jesucristo; se trata de un proceso que dura toda la vida para quienes procuran ser discípulos de Jesucristo.
Los siguientes conceptos constituyen doctrina adicional que quizás ayude a las personas que luchan contra el consumo de pornografía.
Responsabilidad
Cada uno de nosotros es hijo o hija de Dios. Por causa de esa identidad divina, tenemos dones, tales como el albedrío, y deberes, tales como la responsabilidad.
La responsabilidad ante uno mismo, ante los demás y ante el Señor es clave para progresar. Enseñe a las personas en cuanto a los peligros de la pornografía y la forma en que esta infringe las normas de Dios. Ayúdelas a entender que no pueden avanzar sin asumir su responsabilidad por las conductas nocivas e inapropiadas.
Para los obispos y presidentes de rama: lo anterior incluye la confesión. A veces se requiere reunirse varias veces antes de que las personas que consumen pornografía confiesen totalmente la conducta inapropiada. Al reunirse con ellas, ayúdelas a comprender la relación que existe entre la justicia y la misericordia, y la forma en que esas verdades se relacionan con la confesión y la responsabilidad. Tenga tacto y muestre amor y cordialidad a fin de inspirar y alentar. Tenga cuidado y evite avergonzar; no emplee la coerción. No se debe llevar a cabo un consejo de membresía para disciplinar ni amenazar a los miembros que tengan dificultades con la pornografía (véase Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 2020, 32.8.2).
Orar y estudiar las Escrituras con regularidad
Orar y estudiar las Escrituras con regularidad es esencial para que se produzca un potente cambio en el corazón. Enseñe a las personas a orar específicamente, pidiendo perdón y ejerciendo la fe en el Padre Celestial y en Jesucristo. Las personas también pueden recibir fortaleza al estudiar el Libro de Mormón a diario (véase Russell M. Nelson, “El Libro de Mormón: ¿Cómo sería su vida sin él?”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 60–63). Invítelas a que busquen con regularidad los discursos de la conferencia general y los artículos de las revistas de la Iglesia que traten sobre la pornografía y sobre las metas espirituales.
Fe en nuestro Padre Celestial y en Jesucristo
Las personas tienen que creer que pueden cambiar; procure ser positivo y realista con ellas cuando repasen los principios de la fe en el Padre Celestial y en Jesucristo. Enséñeles que aun el deseo más pequeño de comenzar el proceso de cambio puede conducir al progreso (véase Alma 32:27–28). Conforme las personas cultiven la fe y pongan en práctica lo que estén aprendiendo, podrán aumentar su fe para sustentar un potente cambio.
Es un proceso y no un suceso
El arrepentimiento es un proceso gozoso que lleva tiempo (véanse Dale G. Renlund, “El arrepentimiento: Una gozosa elección”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 121–124; Stephen W. Owen, “El arrepentimiento es siempre positivo”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 48–50). Tal como se requiere tiempo para adquirir un mal hábito, también se requiere tiempo para cultivar conductas cristianas sanas. La oración frecuente, el estudio de las Escrituras y el desarrollo de la fe en nuestro Padre Celestial y en Jesucristo contribuyen a ese proceso.
No se requiere (ni tampoco es muy realista) que la persona sea perfecta al avanzar ni que inmediatamente tenga un gran cambio de corazón. Más bien, debe avanzar con verdadera intención de buscar el perdón, eliminar la conducta pecaminosa y progresar moderadamente. Además, alguien que ve pornografía también debe reconocer y asumir la responsabilidad del dolor que causa su conducta y el detrimento a la confianza que aquello genera en sus relaciones. El hacerlo podría incluir una restitución y debe incluir ser sincero con el cónyuge, si la persona estuviera casada.
Testifique con frecuencia del poder de la expiación de Jesucristo y de Su capacidad de ayudar a las personas a cambiar. La expiación de Jesucristo brinda gozo (véase Mosíah 4:2–3).