“Capítulo 35: Los santos se marchan del Condado de Jackson, Misuri: Septiembre–diciembre de 1833,” Relatos de Doctrina y Convenios (2002), 132–34 “Capítulo 35,” Relatos de Doctrina y Convenios, 132–34 Capítulo 35 Los santos se marchan del Condado de Jackson, Misuri Septiembre–diciembre de 1833 Ya que el populacho en el Condado de Jackson estaba causando muchos problemas, los santos trataron de conseguir la ayuda del gobernador de Misuri. William Phelps y Orson Hyde fueron a verlo y le dijeron en cuanto al populacho, y que sus casas habían sido destruidas. El gobernador no quiso ayudarlos y les dijo que pidieran ayuda a los jueces. Pero los jueces eran amigos del populacho y tampoco quisieron ayudar. El populacho atacó a los santos durante seis días. Destruyeron sus casas, lastimaron a los hombres, entraron a la fuerza a uno de los comercios y tiraron todo al piso. El populacho hizo que los santos dejaran sus casas. Era invierno y muchas personas murieron a causa del frío y la humedad, porque no tenían dónde vivir. Los santos se fueron a otras partes de Misuri para escapar del populacho. Los santos estaban tristes porque sus casas, granjas y comercios estaban destruidos, y porque les habían robado sus animales. Ni el gobernador ni los jueces quisieron ayudarles. Pero los santos todavía tenían fe en Dios, pues sabían que La Iglesia de Jesucristo era verdadera y que José Smith era un profeta. Mientras que los santos estaban siendo perseguidos en Misuri, José Smith estaba en Kirtland, Ohio. Jesús le dio a José una revelación en la que le explicaba por qué los santos de Misuri estaban teniendo problemas. Jesús dijo que algunos de los santos no habían obedecido los mandamientos y que no eran unidos como el pueblo de Sión debía ser. Algunos de ellos discutían y se decían cosas feas. Algunos eran celosos y algunos no compartían. Doctrina y Convenios 101:2, 6–8 A pesar de estos problemas, Jesús dijo que amaba a los santos y que no los olvidaría. Dijo que debían consolarse porque los puros de corazón regresarían un día a edificar Sión. Jesús les dijo a los santos que se prepararan para cuando Él regresara de nuevo a la tierra. Cuando Él venga, la gente se amará y tendrá paz, y los que hayan sido perseguidos por haber seguido a Jesús recibirán bendiciones. Satanás no tendrá poder para tentar a la gente y no habrá muerte como la conocemos hoy en día. Todos serán felices. Doctrina y Convenios 101:9, 16–19, 22–36