Lección 34
Jesucristo enseña las Bienaventuranzas a los nefitas
Objetivo
Que los niños aprendan que las Bienaventuranzas y los demás principios que Jesucristo enseñó a los nefitas nos ayudan a parecernos más al Padre Celestial y a Su Hijo.
Preparación
-
Estudie, con la ayuda de la oración, 3 Nefi 12–13. Después, estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras. (Véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII.)
-
Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que promuevan la participación de los niños y que mejor los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
-
Materiales necesarios:
-
Un ejemplar del Libro de Mormón para cada niño.
-
La lámina 4–45, Jesús enseña en el hemisferio occidental (“Las bellas artes del evangelio” 316; 62380).
-
Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Actividad para despertar la atención
Separe a los niños en parejas. Si el número de niños fuera impar, sea usted compañero de uno de ellos. Pídales que escuchen primero las instrucciones y luego traten de recordarlas y llevarlas a cabo en el orden en que se hayan dado.
-
Den la mano a su compañero como si lo estuvieran saludando y díganle su nombre completo.
-
Pónganse de pie y díganle a su compañero algo que admiran de él o de ella.
-
Den una vuelta en el mismo sitio y digan a su compañero algo que les gusta de ustedes mismos.
-
Averigüen cuál es el profeta preferido del Libro de Mormón de su compañero.
-
Siéntense y crucen los brazos.
Pídales que comiencen. Si a los niños les resulta difícil recordar todas las instrucciones, déselas nuevamente e indíqueles que comiencen otra vez. Explíqueles que si esta actividad se repitiera varias veces, todos podrían recordar las instrucciones y hacer lo que se les pidió. De la misma forma, al cumplir con las enseñanzas de Jesucristo a lo largo de nuestra vida, poco a poco aprendemos a ser como nuestro Padre Celestial y Su Hijo.
Enséñeles que Jesucristo visitó el continente americano después de haber resucitado, eligió doce discípulos y enseñó a los nefitas los mismos principios que había enseñado en el Sermón del Monte en Jerusalén (véase Mateo 5–7).
Esas enseñanzas, conocidas como las Bienaventuranzas, son de gran importancia en nuestra vida. La palabra bienaventuranza significa felicidad o bendición.
Relato de las Escrituras
Ponga a la vista la lámina de Jesucristo enseñando en el hemisferio occidental y narre a los niños el relato de Jesucristo enseñando las Bienaventuranzas, que se encuentra registrado en los capítulos 12 y 13 de 3 Nefi.
Preguntas para analizar y aplicar
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios a su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• Según dijo Jesucristo, ¿a quiénes debían prestar atención y obedecer los nefitas? (3 Nefi 12:1.) ¿Por qué es importante que en la actualidad prestemos atención y obedezcamos a los líderes de la Iglesia?
• ¿Qué bendiciones recibimos cuando nos bautizamos? (3 Nefi 12:2.) ¿Qué debemos hacer si deseamos recibir la guía del Espíritu Santo?
• ¿Qué quiere decir ser “pobres en espíritu”? (3 Nefi 12:3. Prestos para aprender, no ser presumidos ni jactanciosos.) ¿En qué forma demostramos a nuestro Padre Celestial que estamos dispuestos a aprender? Indique que las palabras “vienen a mí” en el versículo 3 no se encuentran en el relato de la Biblia pero que nos ayudan a comprender mejor las Bienaventuranzas. El solo hecho de ser “pobres en espíritu” no es suficiente; también tenemos que venir al Salvador. Eso mismo se aplica a cada una de las Bienaventuranzas.
El Salvador enseñó que debemos arrepentirnos y venir a Él “como un niño pequeñito” (3 Nefi 9:22). Indique las cualidades ejemplares que usted haya observado en cada uno de los niños. Haga hincapié en la importancia de ser reverente en clase, de tratar de aprender y de ayudar a los demás a aprender también.
Lea 3 Nefi 12:4. Hable de alguna vez en la cual haya sentido el consuelo del Espíritu y pida a los niños que también hablen de sus experiencias personales en las que hayan recibido consuelo.
• ¿Qué quiere decir ser mansos? (3 Nefi 12:5. Suave, apacible, bondadoso y demostrar autodominio.) ¿En qué forma nosotros y los demás recibimos bendiciones cuando somos mansos?
• ¿Qué significa padecer hambre y sed de rectitud? (Desear ser buenos con la misma intensidad que deseamos los alimentos y el agua.) ¿Qué se nos promete si tenemos “hambre y sed de rectitud”? (3 Nefi 12:6.)
• ¿Qué quiere decir demostrar misericordia? (3 Nefi 12:7. Estar dispuestos a perdonar, ser bondadosos y amables.) ¿Qué se nos promete si demostramos misericordia? Si lo cree conveniente, relate alguna experiencia personal en la cual usted haya perdonado a alguien y cuénteles cómo se sintió luego que lo hizo.
• ¿Qué significa ser de corazón puro? (3 Nefi 12:8. Ser sincero y honrado, tener mente y corazón puros, disfrutar de lo bueno y alejarse de lo malo y de la iniquidad, tanto de pensamiento como de obra.) ¿Cuáles son algunos ejemplos de elegir diversiones buenas y sanas en vez de las malas? ¿Por qué el obedecer las enseñanzas del evangelio nos hace puros de corazón?
• ¿Qué significa ser pacificador? (3 Nefi 12:9.) ¿Cuáles son algunas de las situaciones que podrían cambiar al ser pacificadores? ¿Cómo se sienten cuando lo son?
• ¿Qué prometió el Salvador a los que fueran perseguidos (burlados, ridiculizados, atormentados) a causa del testimonio que tenían de Él? (3 Nefi 12:10–12). ¿Conocen a alguien que haya sufrido algún tipo de persecución por creer en el Salvador? Si lo cree conveniente, hable de alguna vez en que usted o alguien que conoce haya defendido lo justo a pesar de las críticas.
• ¿Qué quiere decir ser la sal de la tierra? (3 Nefi 12:13. Véase la actividad complementaria 4.) ¿En qué forma se puede comparar el buen ejemplo de ustedes con la sal?
• ¿Cuánta luz podrá dar una vela encendida si se pusiera debajo de un balde o de una lata? (3 Nefi 12:14–16.) ¿Cuáles son las formas en que pueden dejar que su luz (o sea, su ejemplo) brille? ¿De qué forma ha sido como una luz en la vida de ustedes el ejemplo de otra persona?
• ¿En qué forma nos ayuda el guardar los mandamientos a ser más como nuestro Padre Celestial y Jesucristo? (3 Nefi 12:48.)
• ¿Cuán importante es que perdonemos a los demás? (3 Nefi 13:14–15.)
• De lo registrado en 3 Nefi 13:16–18, ¿qué aprendemos acerca del ayuno?
• ¿Qué quiere decir “No os acumuléis tesoros sobre la tierra… sino acumulaos tesoros en los cielos”? (3 Nefi 13:19–20.) ¿Qué tesoros podremos llevarnos a la otra vida? ¿Qué tesoros, que ahora nos parecen tan importantes, no podremos llevarnos?
• ¿Por qué nos da mandamientos Jesucristo? (3 Nefi 12:20.) ¿Qué han aprendido de las Bienaventuranzas y de otros principios que les servirán esta semana para parecerse más al Salvador?
Actividades complementarias
Utilice en cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido una o más de las siguientes actividades:
-
Escriba en la pizarra como títulos: Bienaventurados son y Promesa. Escriba en hojas de papel por separado 3 Nefi 12:3, 3 Nefi 12:4, y así hasta el versículo 10, y repártalas entre los niños. Pídales que lean, de a uno, los versículos que tienen escritos en las hojas y digan cuál es la promesa que corresponde a cada una de las Bienaventuranzas. Escriba las respuestas en la columna correspondiente. (Haga hincapié en la importancia de “venir a Cristo” al hablar acerca de cada una de las Bienaventuranzas.) Al terminar, la pizarra debe quedar así:
Bienaventurados son
Promesa
los pobres en espíritu que vienen a Jesucristo.
recibirán el reino de los cielos.
los que lloran.
serán consolados.
los mansos.
heredarán la tierra.
los que tienen hambre y sed de rectitud.
serán llenos del Espíritu Santo.
los misericordiosos.
alcanzarán misericordia.
los de corazón puro.
verán a Dios.
los pacificadores.
serán llamados hijos de Dios.
los que son perseguidos por causa del Salvador.
recibirán el reino de los cielos.
-
Analice y ayude a los niños a aprender de memoria el decimotercer Artículo de Fe.
-
Pregúnteles como podrían cumplir mejor una de las Bienaventuranzas y escriba sus sugerencias en la pizarra. Exhórtelos a elegir una de las Bienaventuranzas [no es necesario que todos elijan la misma] y que traten de vivir de acuerdo con ella la semana entrante. Si lo desea, entrégueles hojas de papel con la siguiente oración: “Esta semana trataré de ser más __________”, para que ellos escriban lo que hayan elegido en el espacio en blanco y lo lleven a casa.
-
Muestre a los niños un poco de sal y explíqueles que ésta se ha utilizado por cientos de años para realzar el sabor de la comida y como conservante de alimentos para que de esa forma no se echen a perder. De la misma manera que la sal conserva los alimentos, nuestra relación con el Padre Celestial y el Salvador se conservará si obedecemos Sus enseñanzas y guardamos nuestros convenios. De la misma forma que la sal añade sabor a la comida, al vivir con rectitud, podemos aumentar la bondad del mundo. Haga a los niños las siguientes preguntas:
-
¿Cuáles son algunas de las influencias impuras del mundo que podrían afectar nuestra relación con el Salvador?
-
De la misma forma que la sal pierde su sabor cuando se debilita con impurezas, ¿qué nos sucede a nosotros cuando permitimos que entren impurezas (pensamientos, influencias y hechos impuros) en nuestra vida?
-
-
Si no es domingo de ayuno cuando imparta la lección, prepare un poco de pororó (rosetas de maíz, palomitas) por ejemplo, con y sin sal (pregunte primero a los padres si los niños pueden comer lo que piensa preparar), y pídales que prueben la diferencia que hay entre uno y otro. Explíqueles cuán importante es la sal en algunos alimentos. Es importante que los niños comprendan que para considerarnos la sal de la tierra, primero debemos desarrollar características cristianas y prestar servicio a los demás.
-
Léales el pasaje de las Escrituras que se encuentra a continuación y pídales que levanten la mano cada vez que escuchen, en cualquiera de sus formas, el verbo hacer;
“…éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, ésas también las haréis; porque aquello que me habéis visto hacer, eso haréis vosotros;
“De modo que si hacéis estas cosas, benditos sois, porque seréis enaltecidos en el postrer día” (3 Nefi 27:21–22; cursiva agregada).
Explíqueles que el Salvador nos bendecirá si hacemos lo que nos ha mandado. Una ley eterna es que por medio de la obediencia se reciben bendiciones. Si lo desea, lea y analice con ellos D. y C. 130:20–21.
-
Canten o repitan la letra de las canciones “Voy a vivir el evangelio” (Canciones para los niños, Nº 72), “Amad a otros” (Canciones para los niños, Nº 74), “El valor de Nefi” (Canciones para los niños, Nº 64), “Soy un hijo de Dios” (Canciones para los niños, Nº 2) o “Haz tú lo justo” Himnos, Nº 154).
Conclusión
Testimonio
Testifique que al vivir de acuerdo con las Bienaventuranzas y los demás mandamientos seremos bendecidos y llegaremos a ser más como nuestro Padre Celestial.
Sugerencias de lectura
Sugiera a los niños que estudien en casa 3 Nefi 12:3–24, 39–48 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.