Lección 9
La oración de Enós
Objetivo
Alentar a los niños a buscar las bendiciones que se reciben cuando oramos sinceramente a nuestro Padre Celestial.
Preparación
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Estudie, con la ayuda de la oración, el libro de Enós. Después, estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños el relato de las Escrituras. (Véase “Cómo preparar las lecciones”, pág. VII, y “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII.)
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Lectura complementaria: Principios del Evangelio, capítulo 8.
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Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que promuevan la participación de los niños y que mejor los ayuden a alcanzar el objetivo de la lección.
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Materiales necesarios: Un ejemplar del Libro de Mormón para cada niño.
Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Actividad para despertar la atención
Hágales la adivinanza que se encuentra a continuación y pídales que levanten la mano cuando sepan la respuesta.
No soy ni persona, ni lugar, ni objeto.
Puedo ser tan silenciosa que nadie más me escuche, o lo bastante fuerte para que se me escuche en todo el salón.
Se me puede utilizar en forma individual o en grupo.
Se me utiliza en cualquier momento, lugar o circunstancia.
Se me utiliza para expresar gratitud, pedir guía, consuelo, perdón, protección, ayuda, salud y para cualquier otra bendición que la persona necesite para sí o para alguien más.
Se me utiliza para hablar con el Padre Celestial.
¿Qué soy?
Escriba las respuestas de los niños en la pizarra. Cuando descubran que la respuesta correcta es la oración, pregúnteles si tienen alguna pregunta acerca de la oración. Resuma las preguntas en la pizarra y pídales que presten atención para obtener las respuestas a medida que usted les lee el relato de Enós. Al final del relato, vuelva a las preguntas que se hicieron y analícelas con los niños.
Relato de las Escrituras
Enseñe el relato que se encuentra en el libro de Enós. Explíqueles que Enós era hijo de Jacob, de quien se trató en la lección 8. (Para sugerencias de cómo enseñar el relato de las Escrituras, véase “La enseñanza por medio de las Escrituras”, pág. VIII.)
Preguntas para analizar y aplicar
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar sus principios. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Por qué oró Enós a Dios? (Enós 1:1–4.) ¿Quién le enseñó acerca de Jesucristo? ¿En qué forma les han ayudado sus padres a aprender sobre el Padre Celestial y Jesucristo?
• ¿Qué quiere decir “con potente oración y súplica”? ¿Creen ustedes que este tipo de oración es diferente de otras oraciones? ¿Por qué? ¿En qué forma contestó nuestro Padre Celestial la oración de Enós? (Enós 1:5.)
• ¿Cómo supo Enós que sus pecados habían sido perdonados? (Enós 1:5–6.)
• ¿Por qué dijo nuestro Padre Celestial que los pecados de Enós habían sido perdonados? (Enós 1:8.) Explíqueles que debido a que Jesucristo sufrió por nuestros pecados, todos podemos recibir perdón si nos arrepentimos.
• ¿Por quién oró Enós después que le fueron perdonados sus pecados? (Enós 1:9.) ¿Qué le respondió el Señor a Enós acerca de los nefitas? (Enós 1:10.)
• ¿Por qué creen que oró Enós por los lamanitas cuando ellos eran enemigos de los nefitas? (Enós 1:11.) ¿Qué bendiciones le pedirían ustedes al Padre Celestial para alguien que haya sido poco amable o malo con ustedes? ¿Qué deseaba Enós para los lamanitas? (Enós 1:13.)
• Enós oró por la preservación de los anales de su pueblo. ¿Por qué eran tan importantes esos anales? ¿Qué le prometió el Señor a Enós? (Enós 1:15–18.) ¿Qué significa pedir con fe?
• ¿Qué promesas se le dieron a Enós? (Enós 1:8, 12, 15.) ¿Cómo podemos nosotros recibir las mismas promesas?
• ¿Qué efecto tuvieron en los lamanitas la labor y las enseñanzas realizadas por los nefitas? (Enós 1:20.)
• Del relato de Enós, ¿qué aprendieron acerca de la oración?
• Cuando oran, ¿en qué forma se dirigen a nuestro Padre Celestial? ¿Qué podemos hacer para que nuestras oraciones sean más sinceras?
• Enós oyó la voz del Señor en su mente en respuesta a su oración. ¿Cuáles son algunas de las formas por medio de las cuales podemos recibir respuesta a nuestras oraciones? (Un sentimiento de paz; el sentimiento de que algo no está bien; ideas que nos vienen a la mente; pasajes de las Escrituras que nos brindan comprensión sobre una situación en particular; consejos de líderes de la Iglesia, los padres y otras personas que el Señor envía; sueños y visiones.) Pida a los miembros de la clase que relaten en qué forma han recibido respuesta a una oración.
• ¿Por qué, a veces, el Padre Celestial nos contesta con un “no” a lo que hemos pedido en nuestras oraciones? ¿Cómo podemos saber que la respuesta que recibimos es “no”?
• Después de orar, ¿por qué debemos detenernos a escuchar, de la misma forma que lo hizo Enós?
• ¿Qué aprendió Enós acerca de la vida después de la muerte? (Enós 1:27.) Si lo desea, lea este versículo o pida a la clase que lo lea al unísono.
Revise la lista anotada en la pizarra para asegurarse de que se hayan contestado todas las preguntas de los niños.
Actividades complementarias
Utilice en cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido una o más de las siguientes actividades:
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Entregue a cada uno de los niños una hoja de papel y un lápiz, y luego pídales que escriban las siguientes preguntas: ¿Cuándo podemos orar?, ¿Dónde podemos orar?, ¿Sobre qué podemos orar?, dejando lugar entre las preguntas para escribir las respuestas. Pídales que escriban las respuestas a medida que se analicen las preguntas.
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Repase el modelo de una oración:
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Comenzar dirigiéndonos a nuestro Padre Celestial.
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Decirle por qué estamos agradecidos.
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Pedirle lo que deseamos.
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Terminar diciendo: “En el nombre de Jesucristo. Amén”.
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Repase el lenguaje que debemos utilizar al orar. Trate de que los niños comprendan que cuando hablamos con nuestro Padre Celestial, debemos dejar a un lado nuestras palabras de todos los días y dirigirnos a Él con un lenguaje especial de reverencia y respeto (véase Dallin H. Oaks, “El lenguaje de la oración”, Liahona, julio de 1993, págs. 17–20).
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Escriba en la pizarra la declaración que se encuentra a continuación del élder Boyd K. Packer (“El don de saber escuchar”, Liahona, enero de 1980, pág. 32), dejando los espacios en blanco. Diga a los niños que aprenderán algunas formas de recibir respuestas a las oraciones al llenar los espacios en blanco de la declaración del élder Packer.
“Algunas (b) las encontraremos leyendo las (a) o al escuchar a determinados (e) ; y, algunas veces, cuando sea importante, habrá respuestas que vendrán por intermedio de una (f) en verdad directa, tan (d) y (c) que resultará inconfundible”.
Utilice las siguientes palabras para llenar los espacios en blanco:
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Escrituras.
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respuestas.
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nítida.
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potente.
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oradores.
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inspiración.
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Explíqueles cómo la oración de Enós, en la que suplicaba que se preservaran los anales (Enós 1:14–16), se contestó cientos de años después con la salida a luz del Libro de Mormón. Tal como el Señor se lo prometió a Enós, la gente de la actualidad puede obtener un testimonio de Jesucristo por medio del Libro de Mormón. Si lo considera apropiado, invite a un joven o a una joven que haya regresado de la misión para que asista a la clase y hable sobre alguna experiencia que haya tenido en el campo misional, en la cual alguien obtuvo un testimonio de Jesucristo por medio de la oración y del Libro de Mormón; o pedir a uno de los padres u otro miembro del barrio que relate cómo la oración le ayudó a obtener un testimonio del Libro de Mormón.
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Repase la primera visión de José Smith, donde él ofreció una sincera oración de fe (José Smith—Historia 1:14–16). Si lo cree conveniente, muestre la lámina de La Primera Visión (“Las bellas artes del evangelio” 403; 62470).
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Repase los Artículos de Fe 7 y 9. Inste a los niños a elegir uno y aprenderlo de memoria en clase o en casa durante la semana entrante.
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Canten o repitan la letra de las canciones “Oración de un niño” (Canciones para los niños, Nº 6) o “Dime, Señor” (Canciones para los niños, Nº 75).
Conclusión
Testimonio
Exprese su testimonio del poder que la oración tiene en su vida. Si lo considera conveniente, relate una experiencia que haya fortalecido su fe y testimonio de la oración. Pida a los niños que hablen sobre experiencias que hayan tenido relacionadas con la oración.
Sugerencias de lectura
Sugiera a los niños que estudien en casa Enós 1:1–8, 21–27 como repaso de la lección de hoy.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.