Manuales y llamamientos
Recompensas que provienen de la enseñanza


Recompensas que provienen de la enseñanza

Como maestro, usted puede experimentar el gozo que proviene de ayudar a los demás a aumentar su conocimiento del Evangelio. Sus esfuerzos fieles y diligentes por enseñar el Evangelio serán de utilidad a los demás al desarrollar un testimonio de Jesucristo más firme y vivir de acuerdo con los mandamientos.

A un maestro de la Escuela Dominical le preocupaba que en la clase hubiera muchas otras personas más preparadas para enseñar que él y se preguntaba si su enseñanza tenía alguna utilidad; un domingo una persona de la clase fue a hablar con él en privado. Ella le dijo que debido a las experiencias espirituales que su esposo había tenido durante las clases, ahora él se había propuesto juntar a su familia todos los días para ofrecer la oración familiar; además de eso, se había comprometido a prepararse para asistir al templo para que su familia pudiera sellarse. Ella expresó su profundo aprecio y amor por todo el esfuerzo que el maestro había realizado para invitar al Espíritu durante sus clases. De esta manera, el corazón de ese maestro se llenó de humildad y comprendió el verdadero propósito y las recompensas que provienen de la enseñanza.

Al enseñar, tanto usted como los que le escuchen serán bendecidos. Su conocimiento personal del Evangelio y su testimonio del Salvador se verá fortalecido a medida que estudie, prepare y enseñe las lecciones del Evangelio. Sentirá mayor amor hacia los demás; sentirá que el Espíritu se derramará abundantemente en su vida diaria por medio de su esfuerzo diligente y humilde de vivir lo que enseñe. Su vida se verá enriquecida por su servicio como maestro.