Comprenda a los que enseña
Es importante comprender a los que enseña. Tenga en cuenta la madurez y la experiencia de los miembros de su clase. Las personas de diferentes edades tienen necesidades diferentes y aprenden de manera distinta.
Niños
Los niños están en el proceso de crecer o progresar en el plano físico, social, emocional y espiritual. Al preparar la lección, tenga en mente la capacidad, los talentos y las necesidades de todos los niños.
A los niños les encanta la variedad. Utilice relatos cortos, juegos sencillos, láminas, objetos comunes y canciones para mantener su interés.
Los niños están empezando a aprender a compartir y a ser bondadosos y pacientes. Ayúdeles a superar sus defectos recordándoles el ejemplo de Jesús e instándoles a seguirle.
Los niños son muy confiados y creerán lo que usted les enseñe. También observarán y seguirán su ejemplo.
Jóvenes
El periodo de transición entre la niñez y la edad adulta representa a veces un difícil desafío. Es posible que los miembros de la clase tengan muchas responsabilidades que atender en su familia, en la escuela y en el trabajo. Las siguientes sugerencias pueden ayudarle a influir en los jóvenes para bien: Prepare las lecciones a fin de que tengan una relevancia directa para su vida. Ayúdeles a ver la forma en que el Evangelio puede proporcionar respuesta a sus preguntas y ayudarles a tomar buenas decisiones.
Aveces los jóvenes se sienten solos o faltos de cariño. Ayúdeles a convertirse en una parte importante de la clase. El pertenecer a un grupo que se guía por las normas del Evangelio proporciona a los jóvenes fortaleza espiritual y les ayuda a mantener una vida pura.
Muéstreles que respeta sus opiniones. Aliénteles a participar en la lección y comentar sus ideas con usted y con el resto de los miembros de la clase.
Adultos
Los miembros adultos de una clase tienen edades y circunstancias personales muy diversas. Utilice estas diferencias para enriquecer la clase. Aliente a los miembros de la clase a compartir la sabiduría que han adquirido por medio de su experiencia y aproveche los muchos talentos que tienen.
Enseñe las verdades del Evangelio con sencillez. El Espíritu Santo ayudará a los miembros de la clase a comprender y aplicar estas verdades en su vida personal.