“Lección 7 — Material para el maestro: El poder fortalecedor de Jesucristo”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro, 2021
“Lección 7 — Material para el maestro”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro
Lección 7 — Material para el maestro
El poder fortalecedor de Jesucristo
El Libro de Mormón amplía nuestra comprensión de la amplitud y la profundidad de la expiación del Salvador. De este libro aprendemos que Jesucristo no solo nos brinda la oportunidad de quedar limpios del pecado, sino que también puede consolarnos y ayudarnos en nuestras debilidades y flaquezas. Durante esta lección, los alumnos tendrán la oportunidad de explicar esta doctrina y testificar de ella. También se dará la oportunidad a los alumnos de reconocer qué pueden hacer para propiciar que la gracia del Señor surta efecto en su vida.
Sugerencias para la enseñanza
Alma, hijo, enseña al pueblo de Gedeón que el Señor socorrerá a Su pueblo.
Podría mostrar imágenes como las siguientes y preguntar: “¿Qué dificultades, dolores o aflicciones podríamos experimentar que no sean resultado de decisiones pecaminosas?” (escriba las respuestas de los alumnos en la pizarra).
Dé a los alumnos un minuto para reflexionar sobre algunos desafíos que hayan causado dolor o sufrimiento a los alumnos y a sus seres queridos (los alumnos quizás quieran anotarlos).
Recuerde a los alumnos que cuando Alma, hijo, ministró al fiel pueblo de Gedeón, les enseñó que el sufrimiento del Salvador también puede ayudarnos con los dolores y las aflicciones que no son causados por el pecado. Invite a los alumnos a revisar Alma 7:11–12 y a buscar cualquier frase que les llame la atención. Invítelos a explicar el significado de lo que encontraron y por qué es trascendental para ellos.
A fin de ayudar a profundizar la comprensión de los alumnos de que el Salvador sabe cómo socorrer a Su pueblo, tal vez usted quiera compartir la siguiente declaración del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
[Socorrer] [c]on frecuencia se utiliza en las Escrituras para describir el cuidado y la atención que Cristo nos da […]; literalmente significa “correr a”. Qué manera tan magnífica de describir el esfuerzo urgente del Salvador a nuestro favor. Incluso cuando nos llama a venir a Él y seguirlo, Él está corriendo incansablemente a ayudarnos (véase “Venid y ved”, Liahona, agosto de 1998, pág. 48).
Luego de analizar las enseñanzas de Alma 7:11–12, ayude a los alumnos a reconocer un principio similar al siguiente: El Salvador tomó sobre Sí nuestros dolores, enfermedades y tentaciones a fin de poder socorrernos a medida que enfrentamos los desafíos de la vida terrenal.
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¿Por qué es importante comprender este aspecto de la doctrina de la expiación del Salvador?
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¿Qué les enseña esta verdad sobre la naturaleza y el carácter de Jesucristo?
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¿Cómo puede ayudarlos a ustedes o a sus seres queridos el tener fe en esta verdad durante las dificultades personales?
Como clase o en grupos pequeños, lean la declaración del élder Bednar, que se encuentra en la sección 1 del material de preparación para la clase, y analicen las preguntas siguientes del material de preparación:
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¿En qué momentos han sentido que el Salvador los consuela o fortalece cuando han experimentado dificultades en la vida?
El Señor enseña a Moroni acerca del poder de Su gracia.
Muestre la imagen adjunta e invite a un alumno a explicar cómo se sintió Moroni en cuanto a su habilidad para escribir Escrituras sagradas (de ser necesario, revise Éter 12:23–25 con los alumnos).
Podría invitar a los alumnos a dedicar un minuto a escribir y meditar en cuanto a algunas de sus carencias y debilidades.
Lean Éter 12:27 juntos e invite a los alumnos a buscar principios que puedan ayudarnos a afrontar nuestras debilidades a la manera del Señor. Los alumnos podrían reconocer verdades similares a la siguiente: Cuando acudimos al Señor, Él nos ayuda a reconocer nuestras debilidades. Reconocer nuestras debilidades puede ayudarnos a ser humildes. Cuando nos humillamos y tenemos fe en el Salvador, Su gracia puede hacer que nuestras debilidades se conviertan en fortalezas. Muestre las verdades que los alumnos reconocieron para que las puedan consultar más adelante en la actividad siguiente.
Invite a los alumnos a explicar, como clase o en grupos pequeños, qué significan esos principios para ellos.
A fin de ayudar a los alumnos a pensar en esos principios y sentirlos más profundamente, tal vez quiera mostrar algunas de las preguntas siguientes y pedir a los alumnos que elijan cuáles quieren analizar juntos. Tal vez no haya tiempo para analizarlas todas.
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¿De qué maneras una debilidad puede ser una bendición para alguien? (Si lo desea, haga referencia a la declaración de la hermana Michelle D. Craig que se encuentra en la sección 2 del material de preparación).
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¿Cómo explicarían la gracia del Señor a alguien que se siente incapaz de abandonar un pecado o hábito?
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¿Qué han aprendido en cuanto al Salvador al pasar ustedes por el proceso de humillarse y depender de Su gracia en su vida?
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¿Qué podemos hacer para propiciar que la gracia del Señor surta efecto más plenamente en nuestra vida? (Podrían revisar 2 Nefi 25:23, 29 y las declaraciones de los líderes de la Iglesia que se encuentran en la sección 3 del material de preparación).
Testifique (o invite a un alumno a testificar) de la expiación del Salvador, especialmente de Su poder para ayudarnos a vencer la aflicción, la tristeza, la debilidad y la ineptitud.
Dé tiempo a los alumnos para meditar y anotar las impresiones personales que sintieron hoy durante la lección. Podría invitarlos a considerar las siguientes preguntas: ¿Qué piensan que el Señor desea que hagan para obtener un mayor acceso a Su gracia? ¿Qué pueden hacer para abordar una debilidad que enfrentan actualmente con mayor humildad y fe en Cristo?
Para la próxima clase
Pida a los alumnos que piensen en las preguntas que tengan en cuanto al mundo de los espíritus, la resurrección o el Juicio Final. Al prepararse para la siguiente clase, invítelos a pensar en lo que están haciendo para prepararse para la vida después de la muerte.