“Lección 12 — Material de preparación para la clase: La necesidad que tenemos de un renacimiento espiritual”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro, 2021
“Lección 12 — Material de preparación para la clase”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro
Lección 12 — Material de preparación para la clase
La necesidad que tenemos de un renacimiento espiritual
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, observó: “El Libro de Mormón es nuestro manual de instrucciones al viajar por el sendero que nos lleva de ser malos a buenos y a mejores, y al esforzarnos para que cambie nuestro corazón” (“La Expiación y el trayecto de la vida terrenal”, Liahona, abril de 2012, pág. 12). En el Libro de Mormón, este cambio se describe como un renacimiento espiritual, un cambio de corazón y una conversión. A medida que estudies este material para prepararte para la clase, reflexiona sobre cómo vivir la doctrina de Cristo puede ayudarte a profundizar tu conversión y llegar a ser más semejante a Jesucristo.
Sección 1
¿De qué manera puede profundizar mi conversión el vivir la doctrina de Cristo?
El resumen siguiente describe lo que sucede cuando llegamos a estar realmente convertidos:
La conversión entraña un cambio de comportamiento, pero va más allá de esto; se trata de un cambio en nuestra misma naturaleza. Es un cambio tan significativo que el Señor y Sus profetas se refieren a él como un nuevo nacimiento, un cambio de corazón y un bautismo de fuego (véase “Conversión”, Temas del Evangelio, topics.ChurchofJesusChrist.org).
Por ejemplo, luego de que Alma, hijo, fue llamado al arrepentimiento por un ángel, sufrió un intenso pesar por sus pecados. Mientras sufría, Alma acudió al Señor en busca de ayuda, sus pecados fueron perdonados y experimentó un renacimiento espiritual (véase Mosíah 27:11–23).
El renacimiento espiritual, o conversión, no es un evento pasivo. “[La conversión] viene como resultado de nuestros esfuerzos justos por seguir al Salvador; dichos esfuerzos incluyen el ejercitar la fe en Jesucristo, el arrepentirse del pecado, bautizarse, recibir el don del Espíritu Santo y perseverar hasta el fin con fe [llevar a la práctica la doctrina de Cristo]” (véase “Conversión”, Temas del Evangelio, topics.ChurchofJesusChrist.org).
La experiencia del pueblo del rey Benjamín demuestra cómo el llevar a la práctica la doctrina de Cristo conduce al renacimiento espiritual y la conversión al Señor.
En su último sermón, el rey Benjamín enseñó que todos somos “servidores improductivos” y estamos “eternamente en deuda” con Dios (Mosíah 2:21–25, 34). Luego testificó que solo podemos ser redimidos por medio de Jesucristo. Abrumado por este mensaje, el pueblo del rey Benjamín cayó al suelo en reverencia y asombro (véase Mosíah 3:17–4:2).
En Mosíah 4 aprendemos que luego de que el pueblo recibió el perdón de sus pecados, el rey Benjamín les enseñó a creer en Dios y a vivir con fe para que pudieran “siempre reten[er] la remisión de [sus] pecados” (versículo 12). Cuando finalizó su sermón, el rey Benjamín quiso saber si su pueblo creía lo que él había enseñado (véase Mosíah 5:1).
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, observó lo siguiente acerca del renacimiento espiritual:
Se preguntarán: “¿Por qué no se produce ese gran cambio más rápido en mí?”. Deben recordar que los sorprendentes ejemplos del pueblo del rey Benjamín, de Alma y de otras personas de las Escrituras son solo eso: extraordinarios y no comunes [véase Ezra Taft Benson, “Un poderoso cambio en el corazón”, Liahona, marzo de 1990, págs. 2–7]. Para la mayoría de nosotros los cambios son graduales y llevan tiempo. Volver a nacer, a diferencia del nacimiento físico, es más un proceso que un acontecimiento, y el dedicarnos a ese proceso es el propósito central de la vida terrenal […].
Participemos dignamente de la Santa Cena cada semana y recurramos al Espíritu Santo para eliminar los últimos vestigios de impureza en nosotros. Testifico que a medida que sigan en el sendero del renacimiento espiritual, la gracia expiatoria de Jesucristo borrará sus pecados y la mancha de esos pecados, las tentaciones perderán su atractivo y, por medio de Cristo, llegarán a ser santos, tal y como Él y nuestro Padre son santos (véase “Nacer de nuevo”, Liahona, mayo de 2008, pág. 78).
La presidenta Bonnie L. Oscarson, quien fue Presidenta General de las Mujeres Jóvenes, enseñó:
Todos debemos procurar cambiar nuestro corazón y naturaleza misma para que ya no tengamos el deseo de seguir los caminos del mundo, sino de complacer a Dios. La verdadera conversión es un proceso que se lleva a cabo a lo largo de un tiempo e implica estar dispuestos a ejercer la fe […]. Requiere constancia y esfuerzo diario (“¿Creo?”, Liahona, mayo de 2016, págs. 88–89).
Sección 2
¿Cómo puedo mostrarle al Señor que realmente quiero experimentar un cambio de corazón?
Considera qué podemos aprender del ejemplo de los anti–nefi–lehitas acerca de hacer un esfuerzo deliberado por obtener y mantener un potente cambio de corazón. Aquellos antiguos lamanitas habían sido “un pueblo salvaje, empedernido y feroz; un pueblo que se deleitaba en asesinar a los nefitas, y en robarles y despojarlos” (Alma 17:14). Sin embargo, los anti–nefi–lehitas aceptaron el evangelio de Jesucristo cuando Ammón y sus hermanos les enseñaron, y cuantos de ellos “fueron convertidos al Señor, nunca más se desviaron” (Alma 23:6).
Estudia a fin de prepararte para la clase
Lee Alma 24:9–11, 15, 19, y busca lo que los anti–nefi–lehitas hicieron para fortalecer su conversión al Señor.
Al comentar el potente cambio de corazón que experimentó ese pueblo, el élder Bednar aconsejó:
Para abandonar las preciadas “armas de rebelión” tales como el egoísmo, el orgullo y la desobediencia, se necesita más que el solo creer y saber. La convicción, la humildad, el arrepentimiento y la docilidad preceden al abandono de las armas de nuestra rebelión. ¿Poseemos todavía, ustedes y yo, armas de rebelión que nos impiden convertirnos al Señor? Si es así, entonces tenemos que arrepentirnos ahora mismo(véase “Convertidos al Señor”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 109).
Medita a fin de prepararte para la clase
¿Qué “armas de rebelión” podrían estar impidiéndote experimentar un cambio de corazón?