“Lección 9 — Material de preparación para la clase: La fe en Jesucristo”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro, 2021
“Lección 9 — Material de preparación para la clase”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro
Lección 9 — Material de preparación para la clase
La fe en Jesucristo
¿Alguna vez has sentido un fuerte deseo de mejorar y cambiar a fin de que puedas llegar a ser más semejante al Salvador? El hermano Brian K. Ashton, quien fue Segundo Consejero de la Presidencia General de la Escuela Dominical, enseñó: “La doctrina de Cristo nos permite acceder al poder espiritual que nos elevará de nuestro estado espiritual actual a un estado en el que podemos llegar a ser perfeccionados como el Salvador” (“La doctrina de Cristo”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 106). La doctrina de Cristo se refiere a tener fe en Él y en Su expiación, arrepentirse, bautizarse, recibir el don del Espíritu Santo y perseverar hasta el fin (véanse 2 Nefi 31:2, 10–21; 3 Nefi 27:13–22). A medida que estudias la doctrina de Jesucristo, empezando por la fe en Él, piensa en qué formas te gustaría cambiar y en la persona que te gustaría llegar a ser.
Sección 1
¿Qué puedo hacer para fortalecer mi fe en Jesucristo?
El resumen siguiente explica lo que significa tener fe en Jesucristo:
Tener fe en Jesucristo significa confiar totalmente en Él: confiar en Su poder, inteligencia y amor infinitos, lo cual incluye creer en Sus enseñanzas; significa creer que, aunque no entendamos todas las cosas, Él sí las entiende […]. Siempre está dispuesto a ayudarnos conforme nosotros recordemos Su exhortación: “Mirad hacia mí en todo pensamiento; no dudéis; no temáis” (Doctrina y Convenios 6:36) (“Fe en Jesucristo”, Temas del Evangelio, topics.ChurchofJesusChrist.org).
El obispo Richard C. Edgley, quien fue consejero del Obispado Presidente, dijo que la “fe es una elección que se debe buscar y cultivar” (“Fe: Tú escoges”, Liahona, noviembre de 2010, pág. 32).
El profeta Alma enseñó con gran poder sobre el principio de la fe. Alma estaba preocupado por los zoramitas, los cuales habían dejado de creer en Jesucristo y se habían apartado de Su Iglesia. Cuando Alma y sus compañeros de misión fueron a predicar entre ellos, se dio cuenta de que algunos de los zoramitas se habían humillado debido a su pobreza y eran receptivos a su mensaje. Alma quería que comprendieran la manera en que el Salvador podría cambiar su vida (véase Alma 31–32).
Cuando enseñó a los zoramitas, Alma comparó la palabra de Dios a una semilla y explicó que esta crecerá cuando la plantemos en el corazón y la nutramos cuidadosamente al ejercer la fe (véase Alma 32:26–33).
Al comentar la metáfora de Alma sobre la semilla que representa la palabra de Dios, el presidente Dieter F. Uchtdorf, entonces miembro de la Primera Presidencia, enseñó:
Con demasiada frecuencia tomamos el Evangelio como lo haría un agricultor que pone una semilla en el suelo por la mañana y espera tener una mazorca de maíz lista para comer por la tarde […].
El saber que la semilla es buena no basta; debemos “nutr[irla] con gran cuidado para que eche raíz” [Alma 32:37] […].
El discipulado no significa ser espectadores. Del mismo modo que no podemos experimentar los beneficios de la salud al quedarnos sentados en un sillón mirando deportes en la televisión y dándoles consejos a los atletas, no podemos esperar recibir las bendiciones de la fe si nos quedamos inmóviles fuera del área de juego (“El camino del discípulo”, Liahona, mayo de 2009, págs. 76–77).
Sección 2
¿De qué manera el nutrir la palabra de Dios por medio de la fe me acerca más a Jesucristo?
Alma enseñó que cuando la semilla brote y empiece a crecer, sabremos que la semilla es buena y que nuestra fe será fortalecida. Después de este crecimiento inicial, Alma nos advirtió que no “deb[emos] dejar a un lado [n]uestra fe” ni desatender el árbol (véase Alma 32:30–38).
Cuando Alma terminó de enseñar a los zoramitas en cuanto a la fe, señaló que la semilla que deseaba que ellos plantaran en sus corazones era el mensaje de que Jesucristo es el Hijo de Dios, quien iba a “expiar los pecados de ellos; y que se levantar[ía] de entre los muertos” (Alma 33:22–23). El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, escribió:
En este brillante discurso, Alma lleva al lector de un comentario general sobre la fe en la palabra de Dios, que es como una semilla, a un discurso centrado en la fe en Cristo como la palabra de Dios, que crece hasta convertirse en un árbol que da fruto, un árbol cuyo fruto se asemeja exactamente a la percepción de Lehi sobre el amor de Cristo […]. Cristo es la semilla, el árbol y el fruto de la vida eterna (Christ and the New Covenant: The Messianic Message of the Book of Mormon, 1997, pág. 169).
Sección 3
¿De qué maneras puedo ser bendecido al ejercer fe en Jesucristo?
Cuando Moroni finalizó su labor en el Libro de Mormón, incluyó un sermón que su padre, Mormón, había dado muchos años antes (véase Moroni 7:1). En ese sermón, Mormón enseñó lo que se puede lograr por medio del poder de la fe.
El élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó cómo nuestra fe en Cristo trae un mayor poder a nuestra vida:
Obtener una fe inalterable en Jesucristo es inundar tu vida de una luz resplandeciente. Ya no estás solo para enfrentar retos que sabes que no puedes resolver ni controlar, porque Él ha dicho: “… Si tenéis fe en mí, tendréis poder para hacer cualquier cosa que me sea conveniente” (Moroni 7:33; cursiva agregada).
Si estás desalentado o agobiado por la transgresión, si estás enfermo, solo o desesperado por recibir consuelo o apoyo, testifico solemnemente que el Señor te ayudará si obedeces minuciosamente la ley espiritual en la cual se basa esa ayuda. Él es tu Padre; eres Su hijo. Él te ama. No te abandonará nunca. Sé que te bendecirá (véase “Cómo obtener ayuda del Señor”, Liahona, enero de 1992, pág. 96).