“El invitado a la cena”, El Amigo, septiembre de 2023, págs. 12–13.
El invitado a la cena
Johne estaba entusiasmado por aprender sobre otro apóstol.
Esta historia sucedió en Guam.
Johne vio a su madre de acogida poner la mesa y pegar una fotografía del élder Dieter F. Uchtdorf en una silla adicional, junto con un dibujo de un avión.
“¡A comer!”, llamó mamá.
Lydia, hermana de la familia de acogida de Johne, saltó del sofá. “¡Tengo mucha hambre!”.
“Yo también”, dijo Johne.
Mamá empujó la silla de ruedas de Johne hasta la mesa y se sentó junto a él. Papá y Lydia también se sentaron a la mesa. A Johne le encantaba cuando todos estaban en casa para cenar.
Papá ofreció la oración para bendecir la comida y mamá les pasó el pollo y el arroz. “Esta noche vamos a aprender acerca de uno de los apóstoles”, dijo ella. Papá señaló la fotografía de la silla. “¿Alguien sabe quién es?”.
“Es el élder Uchtdorf”, dijo Johne.
Papá asintió. “Lo escogí para que fuera el invitado de esta noche”.
“¿Puedo escoger mañana?”, preguntó Lydia.
“Sí, claro”, dijo mamá.
Johne estaba entusiasmado por aprender sobre el élder Uchtdorf. La conferencia general era en dos semanas y en la familia de acogida de Johne había una gran tradición para prepararse para ella; cada noche, escogían a un apóstol sobre el que aprenderían. Mamá pegaba una fotografía del apóstol en una silla y luego contaba a la familia datos sobre él y relatos de su niñez.
“¿Qué saben del élder Uchtdorf?”, preguntó papá.
“Yo sé”, dijo Lydia, “piloteaba aviones”, y señaló el dibujo del avión que estaba en la silla.
“Así es”, dijo mamá. “Antes de ser llamado como apóstol fue piloto de aviones en Alemania”.
Johne imitó con la mano el vuelo de un avión e hizo el ruido de un aeroplano: “¡Fiú!”.
“El élder Uchtdorf se unió a la Iglesia cuando era niño”, dijo papá. “Igual que tú, Johne”.
Johne miró la fotografía. ¡Era difícil imaginar al élder Uchtdorf como un niño de su edad!
“Y tenía una tarea especial en la Iglesia los domingos”, dijo mamá. “El órgano necesitaba que le bombearan aire para que pudiera funcionar. Durante los himnos, ayudaba a bombear aire para que se pudiera tocar el órgano”.
“Me imagino que era un trabajo arduo”, dijo papá. “Pero le encantaba la música. Su himno favorito era ‘Cristo me manda que brille’”.
Lydia sonrió. “¡También es mi favorito!”.
“El élder Uchtdorf se parece mucho a nosotros”, dijo mamá. “Y en unas pocas semanas, podremos escucharlo hablar a toda la Iglesia. Compartirá un mensaje que Jesucristo desea que todos escuchemos”.
Después de cenar, mamá quitó la fotografía de la silla. La pegó en la pared, junto a las fotografías de los demás apóstoles. Dejaban las fotografías hasta la conferencia general para que les ayudaran a reconocer a los discursantes.
Johne ayudó a papá con los platos; papá los lavaba y Johne los secaba. Mientras lo hacían, él sonreía a las fotografías de la pared.
Le encantaba aprender sobre el Evangelio. Deseaba escucharlos en la conferencia.
Ilustración por Brooke Smart