“El mejor regalo”, El Amigo, septiembre de 2023, págs. 28–29.
El mejor regalo
¿Qué es lo que más querría papá para su cumpleaños?
Esta historia ocurrió en EE. UU.
Josiah estaba entusiasmado. ¡Hoy era el cumpleaños de papá! Mamá colocó tiras de papel de colores en la cocina. También hizo un pastel especial de cumpleaños.
“Debemos darle regalos”, dijo Josiah.
“¡Sí!”, dijo Madeline, su hermanita. “Pero ¿qué le regalamos?”.
“Tengo una idea”. Josiah fue al cobertizo. Tomó algunos pedazos de madera y los pegó para hacer un pequeño banco.
“¡Corté algunas flores para papá de su jardín!”, dijo Madeline mientras sostenía en alto las flores. “¿Crees que le agraden?”.
Josiah asintió. “¡No puedo esperar a que vea los regalos!”.
Esa tarde, Josiah y Madeline cantaron “Feliz cumpleaños” y comieron pastel con papá.
“¡Es hora de los regalos!”, dijo Josiah y le dio a papá su regalo.
Papá le quitó la envoltura y dijo: “¡Vaya! Hiciste un buen trabajo, ¡gracias!”. Papá abrazó a Josiah.
Luego Madeline le dio a papá las flores.
“Muchísimas gracias”. Papá sonrió. “Son hermosas”.
Pronto llegó el momento de limpiar. “Josiah, ¿puedes ayudar a recoger la mesa?”, preguntó mamá.
“¡Claro que sí!”, dijo Josiah. Sonrió y llevó los platos al fregadero.
“Yo también puedo ayudar”, dijo Madeline.
Papá sonrió de oreja a oreja. “Me siento muy feliz cuando ustedes dos ayudan y son amables el uno con el otro. Y sé que eso también hace feliz a Jesús. ¡Ese es el mejor regalo de todos!”.
Más tarde, Josiah y Madeline jugaban con los juguetes; Josiah hizo una torre alta con bloques de juguete. ¡Era casi tan alta como él! Pero luego Madeline la derribó.
“¡Oye!”, dijo Josiah, “¡arruinaste mi torre!”. Y tomó un juguete de Madeline.
“¡Es mío!”, gritó Madeline.
Papá se acercó. Tenía el ceño fruncido. Les recordó que se turnaran para jugar con los juguetes.
Cuando papá se fue, Josiah preguntó: “¿Viste la cara de papá? Se lo veía triste”.
“¿Por qué estaba triste?”, preguntó Madeline.
“Él dijo que el mejor regalo era que seamos bondadosos”, dijo Josiah, “pero lo olvidamos”.
“¡Oh!”. Madeline bajó la mirada. “Discúlpame por haber derribado la torre”.
“Está bien”, dijo Josiah. “Perdóname por haberme enojado. Seamos amables el resto del día”.
“¿Y si se nos olvida?”, preguntó Madeline.
“Entonces tendremos que disculparnos e intentar ser amables de nuevo”, dijo Josiah.
Josiah y Madeline recogieron los bloques. Luego jugaron un nuevo juego. Cuando papá pasó por donde ellos estaban, sonrió.
“¡Creo que lo logramos!”, Madeline le susurró a Josiah. “¡Le dimos un gran regalo a papá!”.
Josiah sonrió. “Sí, lo hicimos. ¡Y también es un regalo para Jesús!”.
Ilustraciones por Jeff Harvey