“Bitcoines, pizza y el encontrar la felicidad duradera”, Para la Fortaleza de la Juventud, febrero de 2023.
Bitcoines, pizza y el encontrar la felicidad duradera
Nada se puede comparar con lo que el Padre Celestial tiene reservado para nosotros.
Para muchos, hay pocas cosas más sabrosas que la pizza. Dependiendo de los ingredientes que escojas, ¡la pizza puede ser lo que tú quieras que sea!
La pizza puede ser picante (solo agrega jalapeños o pimiento rojo molido). También puede ayudarte a comer verdura si agregas espinacas, cebolla, champiñones o aceitunas negras. Con tantas opciones sabrosas —desde el salami hasta la piña— la pizza puede ser deliciosa para casi todos.
Sin embargo, aquí tienes una pregunta interesante: ¿pagarías 400 millones de dólares por unas pizzas?
Una pizza extremadamente cara
Hace años, un hombre de Florida, EE. UU., cambió 10 000 bitcoines, una moneda virtual, por dos pizzas. En ese momento, el bitcoin no valía mucho; la transacción equivalía a unos 40 dólares. Varios años más tarde, el valor del bitcoin se disparó. Hoy en día, esos 10 000 bitcoines habrían sido valorados en casi ¡400 millones de dólares! Así que, si usara 10 000 bitcoines para comprar dos pizzas hoy, estaría pagando 400 millones de dólares, ¡por unas pizzas!
Visto así, esas dos pizzas son las más caras de todos los tiempos. ¡Espero que hayan estado muy buenas!
Mira más allá del aquí y del ahora
Si ese hombre hubiera sabido cuál iba a ser el valor del bitcoin, ¿crees que los habría intercambiado por las pizzas? La lección para nosotros es que no debemos renunciar a lo que es importante por algo que tal vez deseamos en este momento.
El plan del Padre Celestial para nosotros es la vida eterna. Ninguna cantidad de bitcoines, pizza (a pesar de lo deliciosa que es) o cualquier otra cosa puede compararse con lo que Él tiene reservado para nosotros. Él ha prometido que todo lo que tiene será nuestro si somos fieles.
Invitaciones a la felicidad duradera
En abril de 2020, el presidente Russell M. Nelson presentó un nuevo símbolo para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días “que representará el lugar central de Jesucristo en Su Iglesia”. En el centro está el “Señor resucitado y viviente con los brazos extendidos para acoger a todo el que venga a Él”1.
El símbolo se basa en la estatua de mármol del Christus. El original, creado por el escultor danés Bertel Thorvaldsen, se encuentra en una catedral de Copenhague, Dinamarca. Arriba del Christus original se encuentran estas palabras: “Este es mi Hijo Amado; a él oíd” (Marcos 9:7). Y debajo dice: “Venid a mí” (Mateo 11:28)2.
La invitación del Padre Celestial a escuchar a Su Hijo y la invitación de Jesucristo a venir a Él son Sus invitaciones a que encontremos la felicidad duradera.
A Él oíd
El presidente Nelson ha enseñado: “… [C]ada vez que [Dios] ha presentado a Su Hijo Unigénito […], lo ha hecho usando muy pocas palabras […]: ¡A Él oíd! […].
“Nuestro Padre sabe que lo que más nos ayudará […] es escuchar a Su Hijo”.
Puedes escucharlo al estudiar las Escrituras y asistir al templo. Puedes aprender cómo te habla el Espíritu Santo y prestar atención a las palabras de los profetas, videntes y reveladores.
El presidente Nelson ha dicho que “[e]n esa palabra ‘Escúchalo’, Dios nos da el patrón o modelo para tener éxito, felicidad y gozo en esta vida”3.
Venid a Él
Independientemente de lo que desees en la vida —incluida la felicidad—, la invitación del Salvador es siempre la misma: “Venid a mí”.
Venimos a Él al ejercer fe en Él, al ir a la Iglesia, al participar de la Santa Cena y al amar a Dios y a nuestro prójimo (véase Mateo 22:37–39). Jesús también enseñó por medio del ejemplo que debemos orar y perdonar a los demás.
Edificar tu vida sobre las enseñanzas de Jesucristo requiere trabajo y tiempo, pero no tienes que hacerlo solo. Jesús es “el camino, y la verdad y la vida” (Juan 14:6). Él te ayudará.
Entonces, un día, podrás mirar hacia atrás y ver una vida de la que tú y el Salvador estarán orgullosos. Y eso te hará más feliz que cualquier otra cosa, ¡incluso la pizza!