2023
Miren al profeta
Febrero de 2023


“Miren al profeta”, Para la Fortaleza de la Juventud, febrero de 2023.

Miren al profeta

Hay consuelo y seguridad al confiar, creer y seguir al profeta.

World Trade Center el 11 de septiembre de 2001

Fotografía de Getty Images

Parecía una mañana normal de camino hacia la escuela. Sin embargo, a mis trece años, ese día aparentemente común y corriente en mi vida se convertiría en algo muy diferente una vez que llegué allí.

“¿Has oído las noticias?”, me preguntó mi amigo.

“No”, respondí. “¿Qué pasa?”.

Cuando entramos a nuestra primera clase, el maestro tenía un televisor encendido. Fue entonces cuando vi las noticias sobre los terribles acontecimientos de la mañana del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos. Los aviones secuestrados se habían estrellado contra el World Trade Center en la ciudad de Nueva York y contra el Pentágono, cerca de Washington D. C. Otro avión se había estrellado en un campo de Pensilvania. Miles de personas murieron o resultaron heridas. Fue un día aterrador y trágico.

En ese momento, mi papá era piloto de combate a bordo de un portaaviones en un despliegue rutinario de seis meses para la Marina de los Estados Unidos. En los días que siguieron, seguí viendo noticias sobre los atentados. También escuché a compañeros de clase expresar temor e ira. Todo eso me hizo sentir inquieto por el futuro y por lo que podría ocurrirle a mi papá.

Piloto de aviones de combate en el avión

Hal Murdock, capitán de la Marina de los Estados Unidos, en la cabina de un Super Hornet F/A-18F en la Estación Aérea Naval en 2008.

El consuelo de la oración de un profeta

La conferencia general se llevó a cabo tres semanas después. Mientras escuchaba, el profeta, el presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008), dijo que vivíamos en tiempos peligrosos, pero “[e]l Dios en el que yo creo […] es un Dios de misericordia; Él es un Dios de amor; Él es un Dios de paz y consuelo, y acudo a Él en tiempos como este como guía y una fuente de fortaleza”1.

En la última sesión, el presidente Hinckley concluyó su discurso con una oración. Oró pidiendo bendiciones de fe, amor, caridad y un “espíritu de perseverancia a fin de arrancar de raíz las maldades atroces que hay en este mundo”. Él oró a Dios: “Brinda protección y guía a los que participan activamente en la batalla. Bendícelos; protégeles la vida; guárdalos del mal y de la maldad. Oye las oraciones de sus seres queridos por su seguridad”. También suplicó: “Compadécete de nosotros y ayúdanos a andar siempre con fe en Ti y siempre con fe en Tu Hijo Amado”2.

Gordon B. Hinckley

El presidente Gordon B. Hinckley ofrece una oración durante la Conferencia General de octubre de 2001.

A menudo había oído al profeta decir que oraba por muchas cosas, pero esa fue una experiencia única. Nunca había oído realmente al profeta hacer una oración en la conferencia general. Escuchar al profeta orar me brindó un consuelo que no había sentido en semanas. Oró acerca de mis preocupaciones. Sentí que había orado por mi familia. Si bien su oración era por el mundo, me sorprendió que la oración de un profeta también pudiera ser para .

Una carta especial

Varios meses después, nuestra familia recibió una carta de mi papá. Escribió que el día de la oración del presidente Hinckley, él y todos los que estaban a bordo del portaaviones habían comenzado una misión para detener más ataques de aquellos que habían agredido a Estados Unidos.

“Al reflexionar sobre la oración que ofreció el profeta”, escribió mi papá, “me he dado cuenta de varias cosas extraordinarias. No sufrimos lesiones ni pérdidas durante toda la operación. En ocasiones, mis compañeros pilotos y yo nos encontrábamos a muchos kilómetros de distancia de la compañía, volando sobre territorio hostil en misiones de doce horas. Cuando regresábamos al portaaviones para aterrizar nuestros aviones de combate por la noche, el mar y el clima permanecían en calma mucho después de la hora en que el tiempo normalmente se vuelve desapacible en esa parte del mundo. Llevar a todos a casa es una bendición milagrosa. Sé por experiencia personal que la oración que ofreció el profeta a nuestro favor fue contestada”.

Cuando leí el testimonio de mi papá de una respuesta a la oración del profeta, el Espíritu me llenó el corazón y me vinieron a la mente estas palabras: “Mira al profeta y estarás bien”.

Familia

El comandante Murdock y su familia el día en que regresó a salvo de un despliegue militar.

Guía para tiempos difíciles

Hoy en día, hay muchas voces confusas y negativas que tratan de desviarnos y hacer que las cosas parezcan diferentes de lo que realmente son, tergiversando y distorsionando la verdad.

Se ha profetizado que en nuestros días Satanás “enfurecerá los corazones de los hijos de los hombres, y los agitará a la ira contra lo que es bueno” (2 Nefi 28:20). Habrá “guerras y […] rumores de guerras” (Mateo 24:6) y angustia y confusión entre las naciones (véase Lucas 21:25) y “todas las cosas estarán en conmoción” (Doctrina y Convenios 88:91). Como resultado, el corazón de muchas personas desfallecerá a causa del temor (véase Lucas 21:26).

Afortunadamente, el Señor conoce “el fin desde el principio” (Abraham 2:8) y no nos ha dejado sin ayuda. Como señal de Su amor por nosotros, Él ha llamado profetas para bendecirnos y guiarnos3.

El profeta actual, el presidente Russell M. Nelson, enseña los mandamientos de Dios y recibe revelación para guiar a la Iglesia. Él puede ver cosas que nosotros no vemos y nos proporciona una guía que nos protege y nos ayuda. Por ejemplo, él ha prometido que, si tienen fe en Jesucristo, “no tienen por qué temer4.

Hay consuelo y seguridad al confiar, creer y seguir al profeta, a sus consejeros de la Primera Presidencia y a los miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles. Si nos centramos en ellos y en sus palabras, no nos desviarán ni podrán hacerlo5 . El Salvador declaró: “… [S]ea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo” (Doctrina y Convenios 1:38).

Piloto de avión de combate

El comandante Murdock en la cabina del F/A-18C Hornet en una larga misión, en algún momento durante octubre–diciembre de 2001. Se tomó un selfi con un mensaje para su familia. Decía: “Me retiré la máscara de oxígeno para la foto para que supieran que era yo de verdad”.

Avión de combate

Un F/A-18C Hornet que realiza un aterrizaje a bordo del portaaviones USS Carl Vinson. El gancho de cola de la parte posterior del avión se utiliza para atrapar uno de los cables de retención en la cubierta de vuelo.

puedes conocer la verdad

No siempre es fácil seguir al profeta y a los apóstoles. Cuando sus enseñanzas sean poco populares o parezcan socialmente inaceptables, podría ser tentador escoger qué enseñanzas aceptar; pero sus palabras se basan en la doctrina inalterable y las verdades eternas que debemos conocer. “Es posible que no siempre les digamos a las personas lo que estas quieren oír”, ha enseñado el presidente Nelson. “Los profetas rara vez son populares, ¡pero siempre enseñaremos la verdad!”6.

El presidente Russell M. Nelson con un joven

El presidente Russell M. Nelson saluda a algunas personas en un devocional en Singapur el 20 de noviembre de 2019.

Podemos saberlo por nosotros mismos. El presidente Nelson también nos ha enseñado: “Pregúntenle a su Padre Celestial si realmente somos los apóstoles y profetas del Señor. Pregunten si hemos recibido revelación [para dirigir la Iglesia]”7. El Espíritu Santo puede confirmarles las verdades que ellos enseñan. Otra manera de averiguar si sus palabras son verdaderas es aplicarlas en su vida “con toda fe y paciencia” (Doctrina y Convenios 21:5). ¡Simplemente, háganlo! Actúen de acuerdo con lo que ellos enseñan y vean lo que sucede.

Estoy agradecido por el testimonio del Espíritu Santo que recibí cuando tenía trece años sobre el llamamiento divino de un profeta. Hoy estoy más seguro de ello. Si miramos al profeta y seguimos Sus enseñanzas, estaremos bien sin importar qué desafíos nos rodeen.