“¿Debemos ser perfectos ahora?”, Para la Fortaleza de la Juventud, febrero de 2023.
La última palabra
¿Debemos ser perfectos ahora?
Tomado de un discurso de la Conferencia General de octubre de 2017.
Las Escrituras se escribieron para bendecirnos y alentarnos, y ciertamente lo hacen; pero, ¿se han dado cuenta que de vez en cuando aparece un pasaje que nos recuerda que no estamos cumpliendo como deberíamos? Por ejemplo: “Sed, pues, vosotros perfectos, así como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” [Mateo 5:48]. Con ese mandamiento, queremos volver a la cama y cubrirnos hasta la cabeza. Esa meta celestial parece estar fuera de nuestro alcance. Sin embargo, el Señor nunca nos daría un mandamiento que Él supiera que no podríamos cumplir.
“Sí, venid a Cristo, y perfeccionaos en él”, implora Moroni. “[Amad] a Dios con todo vuestro poder, mente y fuerza, entonces […] por su gracia [podréis ser] perfectos en Cristo” [Moroni 10:32; cursiva agregada]. Nuestra única esperanza de tener la verdadera perfección está en recibirla como un regalo de los cielos; no podemos “ganárnosla”.
Con la excepción de Jesucristo, no ha habido comportamientos perfectos en este viaje terrenal en el que estamos embarcados; así que, mientras estemos en la tierra procuremos mejorar de forma continua y evitemos las expectativas excesivas respecto a nosotros mismos y a los demás.
Si perseveramos, en algún momento de la eternidad nuestro refinamiento habrá terminado y será completo, que es lo que en el Nuevo Testamento significa la perfección.