“La clave del verdadero cambio”, Para la Fortaleza de la Juventud, agosto de 2023.
La clave del verdadero cambio
El cambio verdadero y duradero es posible, pero no podemos hacerlo solos.
Intenté practicar remo en la escuela secundaria. Parecía fácil: sentarse en un bote y mover los remos para ir rápido por el agua. No tenía ni idea de lo que me esperaba.
Durante un tiempo, no pude mantener el equilibrio del bote y el uso que hacía de los remos hizo que me detuviera en lugar de navegar suavemente sobre el agua.
Con el tiempo, cambié la forma de equilibrar el bote y manejar los remos. Lentamente hice otros cambios y mejoré, a menudo, sin darme cuenta. ¡Entonces el remo se volvió divertido! Me encantaba el movimiento reconfortante de remar mientras me deslizaba rápida y silenciosamente por el agua.
Hacer cambios positivos, incluso los más pequeños, no solo ayuda en deportes como el remo, sino también para llegar a ser quienes debemos ser.
Sin embargo, el cambio no siempre es fácil.
Estamos aquí para cambiar
¿Has tenido alguna vez uno de estos pensamientos al tratar de hacer cambios en tu vida?
“¡Oh no, cometí el mismo error otra vez! ¿Cómo pude ser tan débil?”.
“No valgo nada”.
“Ya he pecado demasiado como para ser perdonado”.
Pensamientos como estos pueden hacer que el cambio nos parezca imposible, pero estamos aquí en esta vida para cambiar y mejorar. El cambio verdadero y duradero es posible, pero no podemos hacerlo solos.
El presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, ha dicho: “¿Han notado que haya algo en su vida que es menos de lo que quisieran que fuera? […]. Si están al tanto de cosas en su vida que no les gustan, pidan ayuda a su Padre Celestial y encontrarán la fortaleza interior para cambiar”1.
La fortaleza para cambiar viene por medio de Jesucristo y Su expiación.
Ilustración de Cristo por Judith A. Mehr.
Atributos semejantes a los de Cristo: Una guía para el cambio
El Salvador nos ha mostrado la mejor manera de vivir. Él nos pide que lo sigamos y que lleguemos a ser como Él es (véase 3 Nefi 27:27). Podemos hacerlo al estudiar Su vida y Sus atributos.
Las Escrituras describen atributos semejantes a los de Cristo, entre ellos la fe, la esperanza, la caridad y el amor, la virtud, el conocimiento, la paciencia, la humildad, la diligencia y la obediencia2. El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, ha enseñado que, a medida que procuremos desarrollar atributos semejantes a los de Cristo con diligencia y oración, “el Salvador nos bendecirá más allá de nuestra propia capacidad para que lleguemos a ser lo que Él quiere que seamos”3.
Acepta la oportunidad de cambiar
Tuve que hacer cambios si quería mejorar en remo, solo entonces pude experimentar el gozo que el remo ofrece.
Para que experimentemos lo que la vida, incluso la vida eterna, puede ofrecernos, el Salvador no nos pide que renunciemos a nuestra personalidad solo por cambiar. Él nos pide que cambiemos lo que necesitemos cambiar para acercarnos más a Él.
De eso se trata el arrepentimiento. El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Al escoger arrepentirnos, ¡escogemos cambiar! Permitimos que el Salvador nos transforme en la mejor versión de nosotros […]. Al escoger arrepentirnos, escogemos llegar a ser más semejantes a Jesucristo”4.
El Salvador dio Su vida para poder ayudarte a aceptar la maravillosa oportunidad que tienes de cambiar y llegar a ser todo lo que Él desea y sabe que puedes llegar a ser.