“¿Cómo sientes personalmente el Espíritu y Sus impresiones?”, Para la Fortaleza de la Juventud, agosto de 2023.
Preguntas y respuestas
“¿Cómo sientes personalmente el Espíritu y Sus impresiones?”
Ideas y pensamientos repentinos
“Siento el Espíritu y recibo impresiones por medio de ideas y pensamientos repentinos. Eso sucede cuando mi mente está abierta a Dios. En el campamento de las Mujeres Jóvenes, me sentía muy sola. Caminé hasta mi cabaña y oré al respecto. Después tuve el sentimiento de dar la vuelta. Lo hice y me reuní con mis líderes. ¡Lo pasamos muy bien en la tirolesa [cable o zip line] y comiendo helados! Esa experiencia me ayudó a saber cómo puedo sentir el Espíritu”.
Harper J., 14 años, Oregón, EE. UU.
Paz en la naturaleza
“La tranquilidad de la naturaleza me ayuda a sentir el Espíritu. La naturaleza me da paz cuando tengo dificultades con algo. A menudo me siento afuera o salgo a caminar y reflexiono sobre cómo puedo superar mis dificultades. He recibido muchas impresiones al estar rodeada por la naturaleza”.
Addison P., 14 años, Carolina del Norte, EE. UU.
Actúa de acuerdo con las impresiones
“No descartes las impresiones que puedan parecer pequeñas. Incluso la idea de decir algo a alguien puede ser la manera en que el Espíritu te inspira. Aunque una impresión parezca pequeña, actúa de acuerdo con ella. A medida que demuestres que estás dispuesto a actuar con fe, Él te indicará que hagas más”.
Rose W., 15 años, Utah, EE. UU.
Preparación
“Siento los susurros del Espíritu cuando estoy bien preparada. Para hacerlo, oro sinceramente y me esfuerzo lo más que puedo por escucharlo. Cuando me siento preparada, tengo más confianza y soy más resiliente. Sé que cuando estamos preparados, podemos recibir las impresiones del Espíritu”.
Pauline K., 17 años, Fiji
El Consolador
“El Espíritu me consuela. Una vez, oré para pedir ayuda en un asunto específico. Durante mi oración, me sentí consolada. Sabía que mientras siguiera Su consejo, Dios me ayudaría y consolaría. Eso me llevó a leer las Escrituras y a hacer todo lo posible por sentir el Espíritu con frecuencia”.
Sophie G., 15 años, Minnesota, EE. UU.