Voces de los jóvenes
Mi lucha con mi propia imagen
Paulina M., 18 años, Podlasie, Polonia
Le gusta tocar el violín, tocar el piano y leer novelas.
En la escuela luché mucho con mi propia imagen y por tratar de encajar; intentaba hacer ejercicio para verme de cierta manera, pero simplemente no me sentía feliz con la imagen en el espejo.
Entonces, mi hermana mayor recibió su bendición patriarcal y yo empecé a pensar en recibir la mía. Tenía doce años y al principio pensé que tal vez sería demasiado joven, pero oré y hablé con mi obispo, y me sentí bien.
Mi bendición patriarcal me recordó que el Padre Celestial está al tanto de mí y que conoce las dificultades por las que estoy pasando. Él sabe cómo me llamo; Él está allí para ayudarme, si tan solo estoy dispuesta a pedir Su ayuda.
A veces quizás te mires a ti mismo y pienses que no eres lo suficientemente atractivo según los estándares del mundo; pero aprendí por mí misma que la opinión que Dios tiene de mí es más importante que la de cualquier otra persona. Y si sé que Dios me ve como Su hija, entonces eso es todo lo que necesito.