Primero abre la tarjeta
Cuando somos jóvenes, a veces en lo único que pensamos durante la Navidad es en lo que vamos a recibir. En 1991 recibí el mejor regalo de todos.
El año anterior había decidido servir en una misión, gracias al ejemplo que me habían dado mi madre y otros familiares. Así que dejé de ir a la universidad al cumplir 18 años y me puse a trabajar en una estación de bomberos durante un año para ahorrar dinero y aliviar a mi familia de la carga económica de apoyarme en la misión.
Finalmente, envié los documentos necesarios para mi misión, con la certeza de que el 1º de diciembre partiría para servir al Señor. Cuando pasaron las dos primeras semanas de diciembre, estaba más ansioso por recibir una respuesta que por recibir ningún regalo de Navidad. Pero no llegó ninguna carta. Pensé que tal vez el Señor no me amaba o que mi dignidad se ponía en tela de juicio; tenía todo tipo de pensamientos desalentadores.
El día de Nochebuena salí temprano por la mañana para ir a jugar al balonmano (frontón) con mi hermano en un club cercano a nuestra casa. Al llegar a casa vi varias tarjetas de Navidad que colgaban del árbol, entre ellas una muy grande envuelta en papel de regalo; tenía mi nombre. Quería abrirla, pero mi madre dijo que sería mejor esperar hasta la noche, en que toda la familia estuviera reunida.
Después de cenar decidimos abrir los regalos. Yo me dirigí al más grande de todos, pero mi familia me dijo que primero abriera la tarjeta. Cuando lo hice, vi que se trataba de una carta y que el remitente era La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Iba dirigida al élder Samuel Osorio.
Todo lo que podía ver era el flash de la cámara, pues mi padre estaba tomando fotos de mi cara sorprendida. Me sentí muy feliz y agradecido por recibir mi llamamiento en Nochebuena.
Ése fue el mejor de todos los regalos. La misión fue una de las experiencias más grandes de mi vida y el llamamiento del Señor fue el mejor regalo de Navidad que jamás he recibido.
Samuel Osorio Mendoza es miembro del Barrio Palmas, Estaca Palmas, Poza Rica, México.