Clásicos del Evangelio
Algo más que un joven granjero
[Testifico] sobre el divino llamamiento del profeta José Smith y [declaro] mi fe en el milagro mediante el cual se tradujo y se publicó el Libro de Mormón.
José Smith hizo más por la salvación de los hombres en este mundo que cualquier otro que haya vivido en él, con la única excepción de nuestro Señor y Salvador, nuestro Redentor, Jesucristo, el Hijo divino de Dios.
José fue el instrumento mediante el cual la Iglesia verdadera y el reino de Dios fueron nuevamente restaurados a la tierra. Sacó a luz el Libro de Mormón, el cual tradujo mediante el don y el poder de Dios, y por medio de él ese libro fue publicado en dos continentes durante la vida de él. Fue él quien envió el Evangelio eterno, ahora restaurado, a los cuatro cabos de la tierra.
Recibió numerosas revelaciones del Señor, las cuales se han publicado en Doctrina y Convenios, en la Perla de Gran Precio y en la historia de la Iglesia…
Vivió como un gran hombre y murió como un gran hombre, un mártir de la causa de Cristo; y tal como la mayoría de los ungidos del Señor en tiempos antiguos, selló su misión y su testimonio con su sangre (véase D. y C. 135:3).
Dejó un nombre y una fama que nunca perecerán, y a medida que transcurran los años y la Iglesia continúe llevando el Evangelio a toda nación, tribu, lengua y pueblo, su nombre será magnificado, honrado y bendecido aún más por los millones de fieles que llegan a conocer la gran dimensión de su llamamiento. Fue preordenado en los cielos para esta grandiosa obra en estos últimos días; cumplió su misión con honor e inspiración, siempre dando gloria al Dios Altísimo, a quien dedicó su vida.
Pero por más grandioso que fuera ese profeta, fue de humildes orígenes. Se crió en una granja y recibió escasa educación formal. El hogar de su juventud se encontraba en el oeste de Nueva York, que en aquel entonces era el límite de la zona colonizada de los Estados Unidos.
La familia taló los árboles de una parcela en el bosque para construir una granja. Eran personas humildes que conocían la pobreza y las penalidades, pero mediante el esfuerzo diligente y las bendiciones de los cielos, llevaron una vida de provecho.
La profecía de Isaías
La obra de José Smith fue predicha por el profeta Isaías, quien habló acerca del humilde origen [de José] y de su carencia de educación formal…
A medida que introduce el tema en el capítulo 29 de su libro, Isaías describe una nación que sería destruida de forma repentina, pero que en tiempos modernos hablaría literalmente desde la tumba por medio de un libro…
Testificamos que la profecía de Isaías se ha cumplido y que el libro está ahora a nuestro alcance. Es el Libro de Mormón…
El Libro de Mormón
El día 22 de septiembre de 1823, cerca de Palmyra, Nueva York, un ángel de Dios le reveló a un joven de 17 años, llamado José Smith, el lugar donde se encontraba [el Libro de Mormón]. Aunque en esa época aquel joven era un campesino indocto y sin educación formal, fue llamado por Dios para ser Su Profeta en los últimos días.
El libro era de metal y tenía la apariencia de oro; sus páginas metálicas eran tan delgadas como la hojalata común; cada una medía aproximadamente 18 por 20 centímetros y estaban unidas por unos anillos de metal que permitían pasarlas con facilidad. El libro tenía unos 15 centímetros de espesor y yacía en una caja de piedra que lo había protegido de los elementos durante siglos…
Se han encontrado muchas cajas de piedra, especialmente en México y Centroamérica. Algunas son pequeñas, hermosamente grabadas y contienen joyas; otras son lo suficientemente grandes para almacenar comida. El uso de cajas de piedra era común en tiempos antiguos.
Por el don y el poder de Dios
Consideremos… la traducción misma de este registro. José Smith dice que lo hizo por el don y el poder de Dios, mediante el uso del Urim y Tumim. Iletrado como era en esa época de su vida, no podría haberlo hecho de otra manera…
…Oliver Cowdery, su escriba, dijo lo mismo, y añadió: “Escribí con mi propia pluma la totalidad del Libro de Mormón, salvo algunas páginas, a medida que salía de los labios del profeta José Smith mientras él lo traducía por el don y el poder de Dios”1.
Martin Harris, otro escriba ayudante, dio el mismo testimonio. Y Emma Smith, la amada esposa del Profeta, que… lo asistió algunas veces como escriba, dio este testimonio:
“Estoy convencida de que ningún hombre podría haber dictado los escritos del manuscrito a menos que fuese inspirado, porque cuando actué como su escriba, José me dictaba hora tras hora, y cuando regresaba después de sus comidas o interrupciones, empezaba inmediatamente en la parte donde había suspendido el dictado, sin que tuviera que mirar el manuscrito o hubiera que leerle una porción del mismo… Habría sido improbable que un hombre instruido pudiera hacer esto, pero… para uno tan indocto como él, era sencillamente imposible”2…
El Libro de Mormón es una obra maestra, tanto literaria como religiosa, y está mucho más allá de las esperanzas más preciadas y las habilidades de cualquier joven granjero. Es una revelación moderna de principio a fin; es un don de Dios…
La tarea entera de la traducción fue un milagro. El libro es, como dijo Isaías, “un prodigio grande y espantoso” (Isaías 29:14)…
De tapa a tapa, el Libro de Mormón es una revelación, una traducción inspirada, la obra de Dios y no de ningún hombre. De tapa a tapa es verdadero…
Del humilde origen de José Smith surgió este nuevo tomo de escritura, una nueva revelación de Dios, un segundo testigo fiel de la divinidad del Salvador del mundo.
Adaptado de un discurso de la conferencia general de octubre de 1977. Se han añadido los encabezamientos y se ha actualizado la puntuación.