Preguntas y respuestas
“No soy atractivo(a). Por favor, no me digan que lo soy. ¿Por qué nací así?”
Liahona
¿Qué ves cuando te miras en el espejo? En vez de pensar en tu apariencia, podrías pensar en tus relaciones. Eres un hijo o una hija; si tienes hermanos, eres un hermano o una hermana; eres un primo o una prima, un amigo o una amiga y un miembro del barrio o de la rama. Mucha gente te aprecia y te ama tal y como eres.
Podrías pensar en tus mejores cualidades. Tal vez seas una persona amable, trabajadora o un buen amigo o una buena amiga. Cualesquiera que sean tus aptitudes, eres bendecido o bendecida con importantes talentos, una personalidad única y un propósito para tu vida.
Podrías preguntarle a tu Padre Celestial quién eres y qué piensa Él de ti. “Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón ” (1 Samuel 16:7, cursiva agregada). La oración, el estudio de las Escrituras y la observancia de los mandamientos te ayudarán a saber que tienes un legado noble; eres un hijo o una hija espiritual de un Padre Celestial que te ama y se preocupa por ti.
Mira en tu interior
Puede que te sientas mal con tu apariencia cuando te compares con otras personas basándote en lo que el mundo considera importante. A veces la gente siente desánimo o envidia cuando piensan que los demás son más bellos (o más listos o más populares) que ellos. Hay quienes se vuelven orgullosos cuando piensan que son más bellos (o listos o populares) que otros. Una buena comparación es aquella en la que comparas la persona que eres ahora con la persona que puedes llegar a ser: tu mejor yo.
Haz aquello que esté a tu alcance
Determinados factores relacionados con tu aspecto físico no dependen de ti, pero sí hay otros factores a tu alcance que pueden hacerte más atractivo o atractiva, como el compartir tus talentos, mejorar tu personalidad, vestir con pulcritud, ser aseado o aseada o incrementar tu espiritualidad. El trabajar en estas facetas también puede ayudarte a sentirte mejor contigo mismo o contigo misma.
Sé positivo o positiva
El Salvador sabe cómo te sientes, pues Él padeció tus heridas y dolores (véase Alma 7:11–12). Con Su ayuda puedes emplear esta vida para el propósito con el que se concibió: vivir por la fe y aprender a hacer la voluntad de tu Padre Celestial (véase Abraham 3:25).
El desarrollo de la belleza interior (incluso un corazón puro, amable y agradecido) te brindará paz y felicidad, y tus problemas no te parecerán tan preocupantes.
Lectores
Nuestro Padre Celestial nos creó a Su imagen y semejanza (véase Génesis 1:26–27). Debemos aceptarnos tal y como somos, pues Él nos ama así. Él no tiene favoritos; para Él no hay feos ni hermosos. Él mira en nuestro corazón y si tenemos un corazón puro y buenos sentimientos, la apariencia no es importante.
Alma Iris Sánchez Echeverría, 17, Barrio Siguatepeque, Estaca Comayagua, Honduras
La apariencia física puede impedir que seamos los más populares de la escuela, pero jamás impedirá que nuestro Padre Celestial nos ame. La felicidad no se basa en la apariencia, sino proviene del conocimiento de que somos hijos de Dios, que Él desea que amemos y ayudemos a los demás para que seamos felices.
Élder Moroni Abraham Jiménez Pérez, 20, Misión México Ciudad de México Oeste
Dios sabe que sufres, pero a veces los problemas de la vida nos permiten crecer espiritualmente. Nuestro Padre Celestial desea que des lo mejor de ti mismo o de ti misma con los dones que Él te ha concedido. Si te esfuerzas por ayudar a otras personas para que sean felices, ellos verán tu belleza interior y te sentirás mejor contigo mismo o contigo misma.
Lynnette Drouin, 18, Rama Whitecourt, Estaca Riverbend, Edmonton, Alberta, Canadá
Puede que no tengamos un cuerpo perfecto en esta vida, pero debemos recordar las maravillosas bendiciones que nos ha dado nuestro Padre Celestial: una familia, amigos y el Evangelio.
Ammalyn C. Loterte, 19, Barrio López Uno, Estaca López, Filipinas
Creo que lo más importante es el espíritu de la persona. El no ser físicamente atractivo o atractiva no te impide ser una buena persona. Ya llegará el día en que nuestros cuerpos sean perfectos.
Ángeles Natalia Tissera, 15, Rama Roque Sáenz Peña, Distrito Roque Sáenz Peña, Argentina
Gracias a las enseñanzas de mi familia, sé que la verdadera belleza no es lo que impresiona al hombre, sino lo que agrada a Dios. Cultivemos más humildad, paciencia y amor para animar a los que nos rodean.
Merirani Johnston, 15, Barrio Fautaua, Estaca Papeete, Tahití
Parece como si casi todas las chicas pensaran que son feas. Cuando yo tengo esos pensamientos es que me estoy olvidando de lo mucho que mi Padre Celestial me ama. Cada persona es hermosa y única. Lo más importante es gozar de un espíritu hermoso y de paz interior.
Svetlana Kopitova, 18, Rama Kolpino, Distrito San Petersburgo, Rusia
A la vista de Dios, eres una joya preciosa. Él te ha bendecido con los dones que precisas para llevar una vida recta. La belleza desaparece con el tiempo, pero los valores y las cosas que has hecho no.
Rex Daniel D. Lomboy, 16, Rama Binalonan Dos, Estaca Urdaneta, Filipinas
Yo me consideraba fea, pero mi madre me dijo que era hermosa por lo que había en mi interior. Ahora estoy felizmente casada con un buen hombre que me llevó al templo. Si haces lo correcto, el Señor puede ayudarte a encontrar a la persona que vea en ti la belleza que los demás no alcanzan a ver.
Claudia Alonso, 20, Barrio Woodlake, Estaca San Antonio Este, Texas
Nuestro Padre Celestial sabe que tienes muchas cualidades buenas, pero desea que las descubras. Él quiere que te ames a ti mismo o a ti misma tanto como Él te ama. La mayoría de los adolescentes se compara con otros, pero debemos simplemente ser lo mejor que podemos ser y escoger lo correcto. Los demás se percatarán de la Luz de Cristo que irradiamos.
Nikelle Bird, 16, Barrio Shoreline, Estaca Richland, Washington
Las respuestas de Liahona y de los lectores tienen por objeto servir de ayuda y exponer un punto de vista, y no deben considerarse como pronunciamientos de doctrina de la Iglesia.
Testifico que ninguno de nosotros es menos apreciado o menos valorado por Dios que otro. Testifico que Él ama a cada uno de nosotros: a cada cual con sus inseguridades, afanes, imagen de sí mismo y todo. Él no sopesa nuestros talentos ni nuestro aspecto… Él aclama a cada corredor y le hace saber que la carrera es contra el pecado y no de unos contra otros”.
Élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, “El otro hijo pródigo”, Liahona , julio de 2002, pág. 72.