Mensaje de las maestras visitantes
Las bendiciones de pertenecer a la Sociedad de Socorro
Por medio de la oración, seleccione de este mensaje los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas que satisfagan las necesidades de las hermanas a las que visite. Comparta sus experiencias y su testimonio e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.
¿Cómo puede la Sociedad de Socorro fortalecer su relación con Jesucristo?
Sarah Cleveland, ex primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro: “Tenemos por objeto actuar en el nombre del Señor a fin de aliviar las necesidades de los afligidos y hacer todo el bien que nos sea posible… Hemos concertado esta obra en el nombre del Señor. Avancemos con audacia” (Relief Society Minutes, Archivos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 17 de marzo de 1842, pág. 12; 30 de marzo de 1842, pág. 24).
Kathleen H. Hughes, primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro: “Sean cuales sean nuestras circunstancias, somos mujeres bendecidas. Hemos hecho convenios con nuestro Padre Celestial de realizar Su obra, ¡y la estamos realizando! Al igual que María y Marta, nos hemos puesto a los pies del Maestro y hemos escogido ‘la buena parte’ [véase Lucas 10:42]. Hemos escogido a Cristo y hemos escogido la Sociedad de Socorro… Es grato pensar que [Marta y María, así] como otras mujeres fieles que eran discípulas de Cristo deben de haberse reunido para aprender su parte en la edificación del reino. Ellas eran mujeres del convenio como nosotras. Resolvieron dar al Salvador toda su dedicación. Por lo que también, cuando se organizó la Sociedad de Socorro, ésta se originó de nuestro divino llamamiento y de nuestro anhelo de servir, de amar y de cuidar las unas de las otras” (“Un convenio con Él”, Liahona, noviembre de 2003, pág. 108).
Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
¿Cómo puede la Sociedad de Socorro bendecirles a usted y a su familia?
Presidente Boyd K. Packer, Presidente en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles: “La Sociedad de Socorro guía a las madres para que encaminen a sus hijas y para que cultiven en su marido, en sus hijos y en sus hermanos la cortesía [y] el valor… Las defensas del hogar y de la familia se ven grandemente reforzadas cuando la esposa, la madre, y las hijas pertenecen a la Sociedad de Socorro… Las Sociedades de Socorro firmes pueden surtir un efecto preventivo y curativo en madres e hijas, en quienes crían solas a sus hijos, en las hermanas solteras, en las ancianas y endebles… [Tanto la Sociedad de Socorro como los quórumes del sacerdocio] tienen por objeto final afianzar a la familia por la eternidad” (“La Sociedad de Socorro”, Liahona, julio de 1998, págs. 78–80).
Presidente Gordon B. Hinckley: “Dios bendiga a la Sociedad de Socorro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Que el espíritu de amor que ha motivado a sus miembros por más de un siglo y medio, continúe creciendo y se perciba en todo el mundo. Que sus obras de caridad conmuevan para siempre la vida de infinidad de personas doquiera que se encuentren. Y que la luz y la comprensión, el aprendizaje y el conocimiento y la verdad eterna adornen la vida de generaciones de mujeres aún por venir en las naciones de la tierra debido a esta institución singular que ha sido divinamente establecida. Que estas hermanas reconozcan su gran responsabilidad y bendición de ser ‘instrumentos en las manos de Dios para llevar a cabo esta gran obra’ (Alma 26:3)” (“Video: Instrumentos en las manos de Dios”, Liahona, noviembre de 2005, pág. 106).