Tiempo para compartir
Envió a Su Hijo
“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” (Lucas 2:10–11).
Este año hemos aprendido sobre las promesas. Una promesa es dar tu palabra de que harás o no harás cierta cosa.
Al leer las Escrituras, vemos que el Padre y el Hijo siempre cumplen Sus promesas. Unas de las promesas más grandes que hizo nuestro Padre Celestial fue la de enviar a Su Hijo a la tierra. En el Gran Concilio de los cielos, nuestro Padre Celestial prometió enviar un Salvador que expiaría nuestros pecados para que pudiéramos volver a vivir con nuestro Padre Celestial.
¿Cómo envió nuestro Padre Celestial a Su Hijo a la tierra? Lo envió en forma de recién nacido. Permitió que Jesús aprendiera y creciera tal y como lo hacemos nosotros. Como nuestro Padre Celestial nos ama tanto, permitió que Su Hijo muriera por nosotros. Pero después Jesús resucitó, lo que hace posible que también nosotros vivamos de nuevo.
¡Qué maravillosa promesa fue Jesucristo para la tierra! Nuestro Padre Celestial había prometido enviarlo y cumplió con Su promesa.
¿Qué espera nuestro Padre Celestial de nosotros? La canción de la Primaria “Mandó a Su Hijo” nos recuerda:
La fe y la caridad, ser como Jesucristo fue y a otros ayudar.
¿Qué pide Dios? Ser como Jesús.
(Canciones para los niños, pág. 21)
Al vivir como vivió Jesús, mereceremos recibir las promesas que nuestro Padre Celestial tiene para nosotros.
Juego del antes y el ahora
Pega la página A4 sobre cartulina gruesa y recorta las tarjetas. Coloca la tarjeta redonda del nacimiento sobre una superficie lisa y lee la Escritura que aparece en ella. Túrnate para escoger las demás tarjetas y leer los pasajes. Si el pasaje habla de un evento o de una profecía anteriores al nacimiento de Jesús, pon la tarjeta antes de la lámina de María, José y Jesús. Si el pasaje habla de un evento o de una profecía posteriores al nacimiento de Jesús, pon la tarjeta después de la lámina de María, José y Jesús.
Ideas del Tiempo para compartir
-
1. Con una semana de antelación, invite a un miembro del obispado o de la presidencia de la rama a ir a la Primaria y anúncieles a los niños esa visita. Cuando los niños entren en el aula, recuérdeles que va a visitarlos una persona invitada. Canten una canción de Navidad mientras aguardan y vean si el invitado está en camino. Dígales a los niños que nuestro Padre Celestial prometió enviar un Salvador al mundo y que las personas esperaron y esperaron a que llegara. No sabían exactamente cuándo vendría. Sigan cantando hasta que llegue el invitado. Pídale que acuda con un juego de Escrituras envuelto como si fuera un regalo. Invite a uno de los niños a desenvolver el regalo y a leer Juan 3:16. Pida al invitado que comparta el relato de cómo nuestro Padre Celestial dio al mundo el regalo de Su Hijo. Pida a la pianista que toque suavemente mientras el invitado lee Lucas 2:1–20. Explique que el invitado había prometido ir y que cumplió con su promesa. Nuestro Padre Celestial prometió enviar a Su Hijo y también Él cumplió con Su promesa.
-
2. Recuerde a los niños que durante todo el año han estado hablando de las promesas de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo y pídales que marquen 2 Nefi 10:17, explicándoles que también nosotros podemos hacer promesas. Debemos prometer que seguiremos a Jesucristo. Pida a los niños que sugieran cosas que Jesús hizo y que también ellos pueden hacer, y anótelas en la pizarra. Divida los niños en grupos y déjeles que ilustren una idea de la pizarra.