Línea sobre línea
Mateo 5:14–16
En el Sermón del Monte, el Salvador nos enseña la importancia de permitir que la luz del Evangelio brille en nuestra vida.
La luz del mundo
“Jesucristo desea que lo conozcamos por el poder transformador que ese conocimiento tiene en nosotros y por el gozo indescriptible que nos trae. Pero la influencia del Evangelio debe extenderse hacia toda persona y debe ser como un rayo de luz que disipe la oscuridad de la vida de los que nos rodean. Nadie se salva sola y exclusivamente por sí mismo, así como tampoco se enciende una lámpara para que se ilumine a sí misma”.
Élder Joseph B. Wirthlin, del Quórum de los Doce Apóstoles, “Una magnífica estructura”, Liahona, noviembre de 1990, pág. 47.
Una ciudad asentada sobre un monte
Las ciudades de la antigüedad con frecuencia se establecían sobre un monte para su seguridad y para poder defenderlas más fácilmente. Además, la gente podía verlas a lo lejos y así saber a dónde huir si se presentaba algún peligro. ¿Por qué el ser discípulo de Cristo es como ser una ciudad asentada sobre un monte?
Un almud
Esta palabra proviene originalmente de una antigua medida de capacidad griega para áridos (aproximadamente 8,7 litros) y también se refiere al recipiente que se utiliza para medir dicha unidad. Imagina cubrir una vela con un recipiente grande, tal como un balde.
Así alumbre vuestra luz
“La lámpara que el Señor ha encendido en esta dispensación puede llegar a ser una luz que alumbre todo el mundo, y otros, viendo nuestras buenas obras, serán guiados a glorificar a nuestro Padre Celestial, emulando en sus propias vidas los ejemplos que habrán llegado a observar en nosotros.
“Comenzando con ustedes y conmigo, puede haber todo un pueblo que, por virtud de nuestra vida en nuestros hogares, en el desempeño de nuestras profesiones, trabajos y vocaciones, aun en nuestras diversiones, llegue a ser como una ciudad en la cima de una colina a la que los hombres puedan mirar e imitar, y un pendón a las naciones del cual reciban fortaleza los pueblos de la tierra”.
Presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008), véase “Una ciudad sobre una colina”, Liahona, noviembre de 1990, pág. 8.
Buenas obras
Lee la letra del himno “¿En el mundo he hecho bien?” (Himnos, Nº 141). Anota unas cuantas cosas que puedas hacer para ayudar o elevar a otra persona, y planifica cuándo las harás. Coloca tu lista en algún lugar donde la puedas ver fácilmente.
Nota del editor: Esta página no se ha dispuesto con el fin de que sea una explicación completa del pasaje seleccionado de las Escrituras, sino como un punto de partida para tu propio estudio.