Tiempo para compartir
Seré un fuerte eslabón
“La familia es ordenada por Dios” (“La Familia: Una proclamación para el mundo”).
Cuando el presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) era un jovencito, él y su familia vivieron en una granja durante el verano; en ese lugar él tuvo esta experiencia:
“Había un árbol muerto que quería arrancar, así que aseguré el extremo de una cadena al árbol y el otro al tractor. Al intentar avanzar con el tractor, el árbol se estremeció un poco y la cadena se rompió.
“Contemplé el eslabón roto y me pregunté por qué habría cedido. Fui a la ferretería y compré un eslabón de repuesto. Lo uní a la cadena, pero la unión era tan mala, que la cadena jamás volvió a ser la misma”1.
Considérense a ustedes mismos parte de una cadena, una cadena familiar. El presidente Hinckley dijo que nunca deberíamos permitir que fuésemos un eslabón débil en nuestra cadena familiar.
Adán y Eva fueron la primera familia en la tierra; ellos empezaron la cadena familiar. Dios les dijo que tuvieran hijos, y a medida que los fueron teniendo, les enseñaron el Evangelio.
Al igual que los hijos de Adán y Eva aprendieron de sus padres y más tarde enseñaron a sus propios hijos, nuestro Padre Celestial desea que tú aprendas de tus padres; de ese modo, cuando tengas tus propios hijos, Él quiere que les enseñes. Para saber qué es lo que debes hacer para ayudar a tu familia a ser eslabones fuertes en la cadena familiar, ve el ejemplo de Adán y Eva y de otras familias rectas de las Escrituras.
Actividad
Quita la página A4 y pégala en cartulina gruesa. Recorta cada uno de los eslabones por las líneas negras continuas. Para cortar el centro de los eslabones, córtalos en la línea punteada. En uno de ellos escribe tu nombre, y el nombre de tus padres, hermanos, hermanas, abuelos, tías, tíos, primos u otros parientes en los demás eslabones. Conecta los eslabones y cuelga la cadena en algún lugar que te recuerde que eres parte de una familia y que puedes ser un eslabón fuerte. Durante una noche de hogar, pide a los integrantes de la familia que elijan uno de los nombres que figuran en los eslabones y que mencionen alguna cosa que hayan aprendido de esa persona, la cual les sirve para ser fuertes.
Ideas para el Tiempo para compartir
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En seis sobres, escriba por fuera las referencias de los siguientes pasajes de las Escrituras; una referencia por sobre: Moisés 3:24; Moisés 5:1; Moisés 5:2; Moisés 5:4; Moisés 5:5; Moisés 5:12. Prepare seis tiras de papel en las que anote lo siguiente: matrimonio, trabajar juntos, tener hijos, orar, obedecer los mandamientos, enseñar a los hijos. Recorte las letras; una las letras de cada palabra con un clip y colóquelas en el sobre correspondiente. Busque láminas de familias en las que se ilustre cada tira de papel. Muestre la lámina 119 (Adán y Eva enseñan a sus hijos), del juego de láminas Las Bellas Artes del Evangelio. Brevemente relate la historia de Adán y Eva, haciendo hincapié en que por medio de ellos se estableció el modelo de nuestro Padre Celestial sobre las familias. Divídanse en seis grupos, y dé un sobre a cada uno. Pida a los niños que lean el pasaje de las Escrituras, que pongan las letras en orden y que las unan con pegamento o cinta adhesiva. Empezando con Moisés 3:24 y yendo por orden, pida a cada grupo que muestre la tira con la palabra o las palabras y que elija la lámina correspondiente. Coloque las láminas alrededor de la pintura de Adán y Eva. Explique que la familia es el mejor lugar para aprender y vivir el Evangelio.
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Con el fin de enseñar que nuestro Padre Celestial bendice a las familias rectas, presente una dramatización sobre los hijos de Helamán que fueron protegidos en la batalla. Incluya partes para un narrador, Helamán y los hijos de Helamán (véase Alma 53:10–23; 56; 57). Si lo desea, utilice etiquetas de identificación o disfraces sencillos. Nuestro Padre Celestial también bendijo a otras familias rectas. Divídanse en dos grupos; dé a cada grupo uno de los siguientes relatos: la familia de Nefi (1 Nefi 17:7–13; 18:1–6) y familias jareditas (Génesis 11:1–9; Éter 1:33–43). Pida que cada grupo lea el relato. Actúe como reportero (utilice un micrófono, si hubiera uno disponible) y entreviste a cada grupo por medio de preguntas que destaquen los detalles de cada relato. Testifique que nuestro Padre Celestial bendice a las familias rectas.