Ideas para la noche de hogar
Estas ideas le serán útiles para la enseñanza en el aula y en el hogar. Las puede adaptar para presentarlas a su familia o a su clase.
“No es fácil”, pág. 16: Invite a los integrantes de la familia a escribir en una tira de papel diferentes formas en que el Señor los haya ayudado o los haya bendecido. Prepare un “recipiente de gratitud” y pongan las tiras de papel allí. Inste a los integrantes de su familia a seguir llenando el recipiente (o a escribir acerca del tema en sus diarios personales) cuando tengan una experiencia en la que el Señor los ayude.
“Cómo tener éxito como nuevo converso”, pág. 22: Si usted es miembro nuevo, e incluso si no lo es, es importante cultivar la amistad entre los miembros de la Iglesia. Como familia, hablen acerca de las formas en que pueden establecer lazos de amistad con los miembros de su barrio o rama. Explique que por medio del fortalecimiento de esas relaciones, pueden surgir amistades duraderas y podemos venir a Cristo mediante el servicio a otras personas.
“Nadie se va a enterar”, pág. 28: ¿A qué se refieren las personas cuando dicen que nadie se va a enterar? Hablen acerca de por qué esa manera de razonar no es correcta y cómo los integrantes de la familia pueden resistir la tentación. Hagan una lista de algunas tentaciones y pida a los integrantes de la familia que dramaticen la forma en que responderían si surgiera esa tentación. Lean 1 Corintios 10:13.
“Generaciones”, pág. 40: Comparta los relatos de su conversión o comparta relatos acerca de sus antepasados que hayan encontrado el Evangelio. Invite a los integrantes de la familia a compartir las razones por las cuales el Evangelio es importante en su vida.
“Una invitación a un día de actividades”, pág. A10 y “Puedo ser misionero ya”, pág. A14: Luego de leer estos relatos, piensen en personas que puedan invitar a una reunión o actividad de la Iglesia. Hagan una lista de vecinos, amigos y familiares. Incluso si piensan que alguna persona podría no estar interesada, inclúyanla en la lista. Uno nunca sabe quién aceptará la invitación. Antes de la reunión o la actividad, con espíritu de oración, elijan a algunas de las personas de su lista e invítenlas a ir con ustedes. De ser posible, ofrézcanse a ir caminando con ellas o a llevarlas en su auto. Si alguna de las personas opta por no ir, sigan siendo amigos de ella.