2009
La fortaleza para seguir al Señor
Junio de 2009


Entre amigos

La fortaleza para seguir al Señor

De una entrevista que Sarah Cutler le hizo al élder Claudio D. Zivic, de los Setenta, quien actualmente presta servicio en la Presidencia del Área Sudamérica Sur.

“…Yo, el Señor… me deleito en honrar a los que me sirven en rectitud y en verdad” (D. y C. 76:5).

Elder Claudio D. Zivic

Una de mis actividades predilectas cuando era joven era participar en carreras; formaba parte del equipo de atletismo y mi especialidad era la carrera de los 800 metros llanos, lo que significaba que corría dos veces alrededor de la pista.

Mi sueño era participar en las Olimpíadas. Mi entrenador había sido un atleta olímpico, y él pensaba que yo tenía el talento suficiente para participar en las Olimpíadas, si practicaba con diligencia.

Practiqué mucho y participé en muchas carreras. Cuando tenía quince años, obtuve el segundo lugar en mi categoría en todo el país de Argentina. Tenía la esperanza de que si seguía esforzándome, tal vez pudiese participar en las Olimpíadas.

Pero surgió un problema: muchas veces las carreras se llevaban a cabo en domingo, por lo que no tardé en darme cuenta de que no podía seguir compitiendo; por eso dejé las carreras.

Fue una decisión difícil; tuve que abandonar mi sueño de participar en las Olimpíadas. Mi entrenador no comprendía la razón por la que dejé de hacerlo, pero yo sabía que había tomado la decisión correcta. A pesar de que los deportes son buenos, el elegir seguir al Señor y a Su Iglesia es mejor.

Más tarde, mientras prestaba mi servicio militar, se me envió a un regimiento cerca de las montañas andinas. Cuando recibí mi asignación, presentí que el Señor deseaba que yo hiciera algo especial en ese lugar. Oré mucho y supliqué: “¿Para qué propósito estoy aquí?”.

Al cumplir tres meses en ese lugar, el Jefe del Regimiento dijo: “Quiero organizar un club para los soldados”. Él quería que tuviésemos un lugar para leer, escuchar música, jugar, escribir cartas y descansar. El Espíritu Santo me ayudó a reconocer que eso era lo que el Señor deseaba que hiciera. Se me pidió ser el presidente del club. El tratar de tener todo listo fue mucho trabajo ya que reparamos, pintamos y amueblamos un edificio en donde reunirnos.

Durante la ceremonia de apertura del club, me pidieron hablar frente a los oficiales y los soldados. Tuve la oportunidad de compartir mi testimonio del Evangelio y mis sentimientos acerca de la Iglesia con muchos de los soldados que no vivían las normas del Evangelio. Todos ellos sabían que yo era un “joven mormón” que vivía mis principios. No hacía lo que ellos hacían, pero me respetaban. Los oficiales me respetaban también, y uno de ellos me dijo: “Le admiro por sus principios”.

Nunca tengas miedo de decir a los demás lo que crees y cuáles son tus principios. No tienes por qué ocultar quién eres. Sé que el Señor te bendecirá si tienes el valor suficiente para seguirlo.

Arriba, izquierda: fotografía por Craig Dimond; otras fotografías cortesía del élder Zivic.

A los nueve años.

Derecha: El élder Zivic y su familia en el año 2007.

Debajo: A los quince años, cruzando la meta de los 800 metros llanos en el Club River Plate, en Buenos Aires, Argentina.