Cómo aprender verdaderamente
Obtén una formación académica en lugar de sólo terminar la escuela.
“Obtén una buena formación académica”. Este consejo es probablemente el que más reciben los adolescentes.
Pero, aun entre quienes siguen este consejo, unos parecen sacar mucho más provecho de sus estudios que otros; y no nos referimos sólo a calificaciones, títulos ni puestos de trabajo. ¿Cuál es, entonces, la diferencia entre aquellos que realmente “llegan a ser instruidos” y los que sólo “terminan la escuela”?
Tiene menos que ver con el talento innato, que con ciertas prioridades, actitudes y habilidades, tales como las siguientes:
Prioridades
1. Procurar obtener conocimiento espiritual. Para asegurarte el éxito definitivo, sigue el consejo del presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia:
“Nuestra prioridad principal debe ser el aprendizaje de lo espiritual…
“El poner en primer lugar el aprendizaje de lo espiritual no nos exime de la necesidad de aprender las cosas terrenales; todo lo contrario, concede un propósito a nuestro aprendizaje de lo terrenal y nos motiva a esforzarnos más.
“A fin de mantener el aprendizaje de lo espiritual en el lugar adecuado, tendremos que tomar ciertas decisiones difíciles en cuanto al uso del tiempo, pero jamás debemos tomar, de manera consciente, la decisión de dejar que lo espiritual pase a segundo término; nunca. Eso sólo conduce a la tragedia”1.
2. Buscar el equilibrio. Lograr el equilibrio significa conocer claramente tus prioridades. Considerar el mantener el equilibrio como una prioridad en sí misma te ayudará a conservar la perspectiva adecuada. El élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Recuerden que un exceso de cualquier aspecto de la vida puede hacernos perder el equilibrio; al mismo tiempo, muy poco de las cosas importantes puede causar el mismo efecto”2.
3. Dormir lo suficiente. Aunque parezca poca cosa, el dormir lo suficiente produce una gran diferencia, y elimina la necesidad de buscar maneras de permanecer despierto en clase. Los estudios confirman una y otra vez que un descanso apropiado es importante para el aprendizaje; no obstante, muchas personas lo sacrifican por diversas razones (con frecuencia, la diversión). Asegúrate de que esté en tu lista de prioridades. (Pero no exageres; ve el punto 2 más arriba y Doctrina y Convenios 88:124).
Actitudes
1. Tú eres responsable de tu formación académica (incluso de tus fracasos). ¿Has conocido a jóvenes que aún dependen de la ayuda de sus padres para hacer sus tareas y proyectos escolares; o que justifican sus bajas calificaciones diciendo: “El profesor me tiene rabia”; o que lo culpan a otras circunstancias? Sé responsable por tu formación académica. De hecho, te sorprenderás de todo lo que aprenderás y lo feliz que te sentirás.
2. Buenas calificaciones no equivalen a aprender. No confundas el símbolo (una nota o calificación) con lo que se supone que representa (el aprendizaje y el esfuerzo). Si bien las calificaciones son valoraciones importantes, recuerda que el conocimiento y las destrezas que obtengas son mucho más importantes que cualquier calificación, sea ésta alta o baja. Al tener esa actitud, te sentirás más satisfecho con tus calificaciones con más frecuencia.
3. Tu valía personal no debe estar ligada a cosas externas tales como los reconocimientos, las calificaciones y los títulos. Si tú entiendes tu valor intrínseco como hijo del Padre Celestial, podrás ser feliz, bien sea que tus logros estén acompañados de reconocimientos externos, o no. Esfuérzate por hacerlo bien y alcanzar tus objetivos académicos, pero no permitas que los reconocimientos definan tu valor.
4. Esforzarse y ser diligente es más importante que “ser inteligente”. Aun cuando creas que tus habilidades innatas hacen que tus estudios te resulten más fáciles que a otras personas, debes hacer que tus éxitos sean el resultado del esfuerzo diligente en lugar de algún talento con el que hayas nacido. Por otro lado, si las cosas no te resultan tan fáciles, no te rindas; el trabajo compensará las diferencias. Esa actitud te será de utilidad en todos los aspectos de tu vida, en particular cuando finalices los estudios e ingreses al mundo laboral. No existen atajos para el verdadero aprendizaje; no puedes abrirte camino en la vida fingiendo ante los demás que sabes.
5. Ya sabes muchas cosas, pero no lo sabes todo. Establece conexiones entre todas las cosas que vayas aprendiendo; pero no abordes ninguna situación pensando que ya lo sabes todo, porque nadie lo sabe. Esa actitud genera una barrera para el aprendizaje.
6. El aprender es la recompensa en sí misma. Muchos consideran la formación académica como un medio para lograr un fin: progresar en la vida, obtener un buen trabajo, u otros. Aun cuando éste pudiera ser el caso, también es cierto que serás más feliz y aprenderás más si consideras el aprender como un objetivo en sí mismo. No seas de los que siempre preguntan: “¿Saldrá esto en el examen?”, o “¿cuándo vamos a usar esto en la vida?”
7. No rehuyas los desafíos sólo porque existe la posibilidad de fracasar. Mientras más dispuesto estés a realizar cosas difíciles ahora, más preparado estarás para enfrentar lo que venga más tarde. Por ejemplo, quienes sólo seleccionan los cursos de estudio que les sean fáciles, menosprecian su valía y están enterrando sus talentos.
8. Sé curioso. Aprenderás más si eres curioso y haces preguntas. Además, el interesarte por las cosas te hace a ti una persona más interesante. Recuerda, se aprende constantemente, en todas partes, no sólo en las clases.
9. Tú puedes hacerlo. Hay una diferencia entre lo que es difícil y lo que es imposible. Tu proceso de aprendizaje puede resultar difícil, pero tú puedes hacerlo. Una de las razones por las que viniste a la tierra es para aprender.
Habilidades
1. Aprende sobre lo que te interesa, y muestra interés en lo que aprendes. Busca aquello que te interesa y te entusiasma, y aplícate a ello; pero, también aprende a ver el valor de todo lo que se te enseña.
2. Lee por placer. Cada día lee algo bueno: libros, revistas, sitios web, algo que sea instructivo o inspirador. Los que leen buenos textos, por lo general, tienen más éxito en sus estudios y viven vidas más plenas.
3. Pon atención a la forma en que manejas el estrés. Ser consciente de las situaciones que te estresan y conocer las maneras y los métodos para reducir el estrés que funcionan mejor para ti son habilidades muy importantes en la vida.
4. Pide ayuda cuando la necesites, y pídela a quienes realmente te puedan ayudar. Aunque no lo creas, el pedir ayuda es una habilidad. Darte cuenta de cuándo estás estancado y recibir la ayuda apropiada antes de que sea demasiado tarde, puede marcar la diferencia.
5. Administra bien tu tiempo. Manejar bien el tiempo significa que las cosas que dices que son tus prioridades, realmente lo son. Encuentra un sistema con el que te sientas cómodo y que te ayude a alcanzar tus metas.