¿Cómo demuestro amor a la gente que no es amable conmigo?
El Salvador enseñó: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44). Este mandamiento no es fácil de seguir, porque va en contra de nuestra naturaleza, es decir, en contra del hombre natural (véase Mosíah 3:19). Entonces ¿Por dónde comenzamos? A continuación encontrarás algunas ideas:
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Intenta ver a todas las personas como hijos del Padre Celestial; no es sólo una buena idea, es una realidad. Deja que esa idea penetre profundamente tu corazón y tal vez tus interacciones cambien.
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Reconoce que la clase de amor que el Salvador nos manda tener es realmente un don de Dios, por lo que debes “[pedir] al Padre con toda la energía de [tu corazón], que [seas lleno] de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo Jesucristo” (Moroni 7:48).
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Encuentra pequeñas maneras de servir a esas personas que no son amables. Nunca sabes cuándo pueda ayudarlos a cambiar, pero incluso si no lo hacen, tu serás mejor por haber sido amable.
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Comparte el Evangelio con ellos, aun cuando sólo sea declarar un testimonio franco y firme de una verdad sencilla, tal como: “Todos somos hijos de Dios”.