¡Susume!
“Sigue adelante con fe” es una frase que debe guiar nuestra vida.
En la traducción al japonés del himno “Llamados a servir” (Himnos, Nº 161), las palabras prestos y listos se tradujeron como susume. Esa palabra tiene un significado importante para mí debido a algo que sucedió hace unos años cuando era presidente de estaca en Fukuoka, Japón.
El Presidente de la Iglesia, Gordon B. Hinckley (1910–2008), estaba de visita, y se me pidió que lo acompañara. Durante una reunión, se reunieron 300 misioneros de tiempo completo para escuchar al profeta. El Espíritu Santo llenó la capilla, y muchos derramamos lágrimas de gozo. Cantamos “Llamados a servir” en japonés, y repetimos una y otra vez susume, susume. El presidente Hinckley le preguntó al presidente de misión, que estaba sentado junto a él: “¿Qué significa susume?”.
El presidente de misión respondió: “Significa ‘sigue adelante’”.
La reunión fue maravillosa. El presidente Hinckley animó y motivó a los misioneros. Más tarde, les dijo adiós con la mano y salió del edificio. Cuando se subió a mi auto para regresar al hotel, me dijo una sola palabra, en japonés: “¡Susume!”.
Un mensaje maravilloso
Esa palabra se convirtió en un lema para mí: “¡Sigue adelante! ¡Sé positivo! ¡Afronta el futuro con fe!”. Es el mismo mensaje que se da a los jóvenes de la Iglesia en la última sección de Para la Fortaleza de la Juventud. Tras repasar las bendiciones que se obtienen al obedecer las normas del Señor, en una sección intitulada “El seguir adelante con fe”, dice: “Al hacer esas cosas, el Señor hará mucho más por tu vida de lo que tú solo(a) puedes hacer por ella: aumentará tus oportunidades, expandirá tu visión y te fortalecerá; te dará la ayuda que necesitas para hacer frente a tus pruebas y retos. Obtendrás un testimonio más firme y hallarás verdadero gozo al llegar a conocer a tu Padre Celestial y a Su Hijo Jesucristo, y al sentir el amor que Ellos tienen por ti” (2011, pág. 43).
El Evangelio nos enseña que sigamos adelante con fe. “…buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7). Para mí, eso quiere decir susume.
Una historia famosa
Los samurai eran la nobleza militar de Japón en la era medieval y a principios de la era moderna. Los japoneses todavía hablan sobre uno de ellos, Ryoma Sakamoto, que murió en 1867. Una de las razones por la que todavía es tan reconocido es porque siempre mantuvo una actitud positiva. No le temía a nada ni a nadie; iba a todo lugar donde se le necesitaba. Inspirado por el ideal de que todos los hombres han sido creados como iguales, hizo todo el esfuerzo posible por establecer un nuevo gobierno. Pero fue asesinado, e incluso al ser apuñalado varias veces con la espada de otro samurai, no se dio por vencido. Intentó ponerse de pie y seguir caminando. Esa historia es muy famosa en Japón.
Comprendo que todos tenemos desafíos y sufrimientos, y a veces quizá sintamos que nuestros enemigos nos están atacando. Satanás nos tentará a que seamos negativos en nuestra forma de pensar y a que abandonemos la esperanza.
Pero les testifico que el Evangelio nos da la fuerza para decir susume y avanzar. El Evangelio no nos da mensajes negativos. Debemos ponernos de pie y caminar hacia adelante con fe, ya que tenemos la promesa del Señor de que no seremos vencidos. “Y Jehová es el que va delante de ti; él estará contigo; no te dejará ni te desamparará; no temas ni te intimides” (Deuteronomio 31:8).
La fuente de la felicidad
Mis queridos amigos, me gustaría que fueran felices. La verdadera felicidad se debe basar en el conocimiento de que nuestro Padre Celestial vive. Él nos ama y nos conoce individualmente. Él sabe todo sobre nosotros: nuestras debilidades, fortalezas, puntos buenos, puntos malos, desafíos y sufrimientos. Gracias al amor que nos tiene, mandó a Su Hijo para salvarnos. Jesucristo es mi Salvador; es el Salvador de mi familia; es el Salvador de ustedes; nos guía; nos dirige. Sé que ésta es Su Iglesia, y sé que el presidente Thomas S. Monson es nuestro profeta viviente.
Les prometo que si tienen una actitud positiva y procuran las cosas buenas, tendrán la compañía del Espíritu Santo. Si piensan en Dios y en cosas buenas, el Espíritu Santo los guiará. Podrán animarse a ustedes mismos a “seguir adelante” y, a pesar de sus pruebas, avanzarán con fe.